Las historias ambientadas en el entorno financiero de Wall Street siempre nos despiertan un cierto morbo e interés por ver como se construyen y destruyen fortunas en cuestión de minutos y por decisiones instantáneas. Billions te va a alimentar esa sed de intrigas financieras de alto calado, cuyas consecuencias reales suelen ser recogidas en las páginas económicas de El Ágora.
Billions desarrolla la salvaje rivalidad entre un multimillonario gurú de las finanzas, Bobby Axelrod, propietario de uno de los fondos de inversión más rentables de Wall Street y un perseverante fiscal de distrito, Chuck Rhoades, que está convencido de que su rival comete delitos y prácticas fraudulentas y está decidido a todo para derribar su imperio.
Esa lucha entre los dos poderes, el económico y el legal la puedes asimilar a esas peleas de carneros en que se van propinando cabezazos entre ambos sin parar, pero en este caso utilizando todas las artimañas legales que tienen a su favor y que son una recomendación ideal para la edición de fin de semana de El Ágora.
La trama
Chuck Rhoades es el fiscal federal del distrito sur de Nueva York, especializado en perseguir delitos financieros y está completamente obsesionado con acusar y detener al magnate financiero Bobby Axelrod, un billonario que fue el único superviviente de su compañía tras los atentados del 11-S, forjando su inmensa fortuna tras esos sucesos, con algunos procedimientos no siempre claros y diáfanos.
Los métodos de Bobby Axelrod para ganar dinero se basan en disponer de toda la información privilegiada que necesita para tomar sus decisiones, junto con una intuición y un olfato que se han hecho legendarios en Wall Street, como demuestra en su primera escena de la serie, donde toma decisiones fulgurantes en base a la información de sus empleados.
Detrás de esa fachada tenemos a un hombre torturado y solitario con el remordimiento del superviviente y que se ha convertido en un auténtico yonki del dinero, más como sinónimo de poder que por necesidad de gastarlo, como intenta inculcar a sus dos hijos.
En cambio su rival el fiscal Chuck Rhoades, procede de una familia patricia, influyente y rica de Nueva York. En su comportamiento se muestran tanto sus ansias peculiares de hacer prevalecer la justicia, como un enorme desdén hacia la nueva generación de ricos salidos de la especulación financiera.
Cada personaje tiene su propio bando de fieles y acólitos que van a ser instrumentales en la lucha para vencer a su enemigo, pero entre medio de ambos tenemos a la mujer de Chuck Rhoades, Wendy, que es la psicóloga motivadora de la empresa de Axelrod, Axe Capital.
Wendy (esplendida Maggie Siff, seg der) lleva trabajando con Axelrod mas de quince años y, además, gana muchísimo más dinero que su marido con su exiguo sueldo oficial, al conseguir que los empleados de Axe Capital rindan por encima de lo esperado.


El personaje que cierra el cuarteto protagonista es la mujer de Bobby, Lara (la sueca Malin Akerman ( izq) que también perdió a su hermano en los atentados, tras los cuales conoció y se casó con Bobby, del que es una devota esposa y madre de sus hijos, pero sin olvidar sus raíces humildes, que le van a hacer defender como una loba cualquier ataque contra su familia
Con esos cuatro personajes como guías vas a ser testigo de algunos de los comportamientos habituales en las altas finanzas neoyorquinas, donde la codicia y la avaricia son los motores que mueven a unos personajes que son unos verdaderos adictos a ganar dinero y cuanto más mejor, sin importarles las consecuencias que dejan a su paso.
Esas tensiones personales llevadas al extremo solo pueden funcionar si tenemos grandes actores como Paul Giamatti (John Adams) en el papel del fiscal y Damien Brody ( Homeland) como el salvaje gurú económico, que brillan especialmente en las escenas que ambos comparten con las que disfrutarás enormemente al ver dos fieras escénicas tirarse dialécticamente los trastos a la cabeza.


En la actualidad se está emitiendo la quinta temporada (aunque la pandemia ha impedido la emisión de los cinco últimos episodios por no haberlos acabado). Esa lucha inicial se ha ido enriqueciendo con la entrada de interesantes personajes secundarios entre los que destaca el personaje de Taylor, el alter ego de Asia Kate Dillon, el primer personaje de la historia de la televisión estadounidense de género no-binario o fluido, que ha insuflado nueva vida a esa rivalidad.
Billions tuvo unos inicios dubitativos pero empieza a arrancar de forma fulgurante en el cuarto episodio con un viaje a Montreal para ver al grupo Metálica, y a partir de ese momento vas a ver como sus posturas se van acercando implacablemente al choque brutal que van a acabar teniendo, repleto de giros, trampas y jugadas maquiavélicas que se hacen uno al otro, el fiscal para atraparlo y el financiero para escabullirse y que con distintas variaciones se van reproduciendo en todas las temporadas.
Los actores
El británico Damian Lewis era un actor teatral que fue descubierto en una representación teatral de Hamlet por Steven Spielberg, que no dudó en darle el papel principal de una serie tan coral como Hermanos de Sangre, lo que le situó en el radar de todos los directores de casting mundiales. Tras un periodo en su Inglaterra natal volvió a los EEUU a protagonizar una serie tan interesante como Life para seguir con el papel que le ha hecho mas popular el sargento Brody en Homeland.
Lewis es un actor que me encanta, capaz de interpretar excepcionalmente a un rey británico en Wolf Hall , soldados de todo tipo y ahora un magnate financiero, siempre con ese punto canalla y misterioso que es una de sus señas de identidad: En este caso le costó algo asentarse pero al final sus escenas intensísimas con Paul Giamatti son de lo mejor de la televisión actual.


Paul Giamatti es otra fiera escénica al nivel de Damian Lewis, apareciendo en innumerables películas durante todo este siglo tanto como protagonista en Entre Copas, como de secundario en The Illusionist o The Cinderella Man, aunque su papel mas reconocible fue como protagonista en la miniserie John Adams, donde estaba espectacular y le valió el Emmy al mejor actor en miniseries.
Giamatti hace una magnifica interpretación de un personaje muy complejo y atormentado, que encima tiene en el masoquismo y en ser dominado, una de sus válvulas de escape, en contraposición al depredador de delincuentes financieros que quiere ser en la vida real.
Maggie Siff es el termómetro de la serie y cuando su personaje progresa y se implica en la pugna entre sus dos facetas personales y profesionales, la serie alcanza las más altas cotas, con un personaje femenino muy fuerte e inteligente de los que escasean por desgracias en las pantallas, muy bien conducido por la actriz que se dio a conocer por Mad Men.
Si disfrutas con las intrigas financieras de alto calado y con unas grandes interpretaciones, con Billions vas a disfrutar de lo lindo, al ser de lo mejor que se ha estrenado en ese género estos últimos años y tras cinco temporadas sigue conservando gran parte de la frescura inicial, por lo que nada mejor que dejarte con el trailer largo que sirvió como promoción de su estreno.