El ODS 8 de la ONU establece el trabajo decente como una necesidad imperiosa para seguir creciendo económicamente y desde el punto de vista histórico, las luchas sindicales han sido una poderosa herramienta para mejorar las condiciones laborales más precarias, haciéndose eco El Ágora en numerosas ocasiones como vamos a seguir haciendo en este rincón del fin de semana analizando la serie francesa Germinal.
Basada en la obra homónima del escritor Émile Zola, de la que ya se hizo una celebrada película francesa en 1991 interpretada por Gerard Depardieu, la miniserie Germinal describe de forma muy pormenorizada la brutal huelga minera de las minas de Anzin en 1884, que marcó un antes y después en las luchas sindicales para mejorar las deplorables condiciones económicas, sanitarias y de seguridad en que trabajaban los mineros.


La trama
Étienne Lantier es un joven minero que huye de la miseria de su ciudad natal de Lille para poder trabajar en las minas de Anzin, al norte de Francia y muy cercanas a la ciudad de Valenciennes en el año 1884.
En Lille había formado parte activa de los nacientes movimientos sindicales de esa ciudad industrial y al observar las deplorables condiciones laborales de los mineros empieza a agitar las aguas del sindicalismo entre unas personas desesperadas que trabajan por jornales de miseria con una esperanza de vida muy reducida debido a las explosiones de gas grisú en el interior de las minas de carbón y la silicosis que les destroza poco a poco en su interior.


La espoleta se produce cuando la dirección de la mina decide recortar unos salarios ínfimos para mejorar sus márgenes de beneficios, lo que desata una huelga salvaje con los mineros enfrentados a la dirección bajo el liderazgo de Etienne Lantier. La lucha es brutal con la dirección recurriendo a esquiroles, revientahuelgas y matones de todo tipo, para amedrentar a los mineros para que acepten sus condiciones, como muestra el tráiler de la serie.
Germinal es una adaptación muy fiel de la famosa novela de Émile Zola que como una especie de reportaje periodístico describió la dureza de esa huelga minera real en Anzin en 1884, mostrando ambos bandos de la contienda y la desigual lucha que tuvieron que lidiar.
Germinal tiene la duración ideal para poder mostrar muchos más detalles de la novela que lógicamente se vieron excluidos en la versión cinematográfica, dedicando los dos primeros episodios a mostrar tanto las condiciones de la precaria vida de los mineros como las posiciones de la dirección de la mina a cargo de la poderosa familia Hennebeau.


A partir de la tercera entrega, entramos en plena refriega sindical, brutal y salvaje para ver quién podía resistir más esa parada de la producción del carbón de la mina, que llega a su desenlace en el tramo final de la historia, aderezada con numerosos episodios de violencia que generan todo tipo de represalias por ambos bandos.
Con este planteamiento no es difícil imaginarse que Germinal tome claramente partido por el bando de los mineros y sus deplorables condiciones de vida con familias hipernumerosas como la Maheu, epicentro de las historias, con todos sus miembros obligados a trabajar desde edades muy pequeñas para poder aportar un jornal a la familia y poder subsistir, pero sin esperanza ni futuro alguno.


El contraste con las condiciones de vida de los propietarios y jefes a escasos centenares de metros de las casuchas donde viven los mineros es el germen ideal para la revuelta brutal que marcó la vida sindical francesa a partir de 1884.
La producción tiene un elevado nivel de calidad al rodarse en escenarios naturales de esas minas del norte de Francia, reconvertidas en reclamos turísticos una vez abandonadas sus explotaciones, como muestra el siguiente reportaje de la televisión francesa sobre el rodaje de la serie.
Los actores
El papel del protagonista y líder minero Étienne Lantier ha recaído en un casi debutante, Louis Peres, con apenas experiencia en una sola serie Mental y que ha sorprendido a todo el mundo con una gran interpretación de un joven valiente y aguerrido que no duda en enfrentarse a la poderosa patronal para mejorar las condiciones de sus compañeros con gran riesgo de su vida.


A su lado destaca un actor mucho más conocido y popular como Thierry Godard el inolvidable inspector Gilou de una de las mejores series francesas de la historia, Engrenages, y que en esta ocasión está impecable como el patriarca desesperado de la familia Maheu.
Epílogo
Si te interesan los inicios de las luchas sindicales cuando los sindicatos eran considerados casi como organizaciones terroristas, el visionado de Germinal (disponible en España en la plataforma Filmin) te puede aclarar muchas de sus dificultades y sobre todo las causas justas por las que luchaban frente a unos propietarios explotadores que los trataban como animales de carga, en las antípodas del trabajo decente del ODS 8, uno de los faros de El Ágora.
