Nuestra colección de series veraniegas llega a su fin en la edición de fin de semana de El Ágora y me he guardado para el final Hierro, una de las mejores series recientes de nuestra televisión nacional que ha acabado teniendo una importancia mucho mayor a nivel económico que su emisión pura y dura por la cadena de pago Movistar.
La perspectiva del tiempo pasado desde la emisión de su primera temperada me permite enfocar el artículo no solo como un análisis de la serie sino comentando su papel catalizador de la economía local, como pude comprobar personalmente en un viaje a la remota isla canaria el pasado mes de enero del que te voy a comentar algunas anécdotas curiosas relacionadas con la serie y la isla de Hierro.
Recién finalizado el accidentado rodaje de su segunda temporada, interrumpido por la pandemia pero siendo una de las primeras producciones en retomar esa nueva normalidad, no se me ocurre mejor cierre veraniego que hablarte de la gran Hierro y de la importancia que ha tenido para la isla.


La trama
Candela Montes es una jueza que es enviada de forma forzosa al remoto juzgado de Valverde en la isla de El Hierro, como castigo y represalia por su comportamiento poco ortodoxo en su último destino que la ha enemistado con las instancias del poder judicial. Candela se traslada a su nuevo destino con su hijo adolescente que tiene una discapacidad funcional que requiere cuidados constantes.
Nada más llegar a la isla, tiene que investigar la extraña muerte de Fran, un joven que desapareció la noche previa a su boda y que ha aparecido en una cueva marina en el fondo del mar.
El principal sospechoso es Díaz, un importante empresario local con bastantes negocios turbios, Díaz es el jefe de Fran y el padre de su novia y al empezar la investigación todos los indicios apuntan hacia él.
El proceso de la investigación de ese crimen y la adaptación de la jueza a su nuevo destino se desarrollan durante los ocho episodios de su primera temporada que fue presentada en su momento con el siguiente trailer.
Hierro no es una serie de desarrollo lineal que se centre durante los ocho episodios en la resolución de ese caso inicial, sino que poco a poco se va complicando con nuevas historias y delitos que desplazan la atención del caso principal hacia esos nuevos crímenes.
Todas esas historias van confluyendo y van preparando toda la trama para el gran final que en un enorme acierto de guion se desarrolla durante la Bajada de la Virgen, la festividad tradicional más importante del Hierro que se celebra el primer sábado de Julio, cada cuatro años.
Hierro tiene un inicio bastante convencional, al centrarse en los problemas de adaptación de la jueza Candela a su nuevo destino, con el problema de la investigación criminal que le llega nada más incorporarse.
Su evolución empieza a ser mucho más interesante a partir del tercer episodio, cuando algunos personajes secundarios empiezan a tomar más protagonismo y desvían la atención del dúo principal, muy bien interpretado por dos grandes actores Candela Peña y Dario Grandinetti.
Con el ascenso narrativo de esos personajes, empiezan a aparecer sorpresas y buenos giros de guion que hace que el interés vaya in crescendo por la tensión y el ambiente opresivo que la isla provoca en todo momento.
Ni que decir tiene que el principal factor diferencial de Hierro es la fabulosa utilización de sus paisajes naturales tanto en planos aéreos, como en panorámicas desde los miradores privilegiados de una isla muy montañosa y con unos brutales cambios de clima que complicaron mucho el rodaje durante los casi tres meses que estuvieron en la isla, como explican los propios protagonistas en el ‘Making off’.
La importancia que ha tenido Hierro en cambiar la imagen de la isla ha sido impresionante, aumentando en casi un 40% las visitas de turistas y pernoctaciones en hoteles como me comentaron diversos empresarios el pasado mes de enero, antes del desastre de la pandemia, con mucha presencia francesa donde la serie se emitió con buenas audiencias.
Pero la anécdota más ilustrativa de esa explosión de popularidad isleña me sucedió, cuando en un trayecto en coche por las cercanías del mar de lava, nos encontramos a una persona tirando de un carrito a pleno sol y haciendo autostop.
Paramos nuestro coche y nos ofrecimos a llevarle, pronto nos comentó que era un ermitaño procedente de Talavera de la Reina, que vivía totalmente aislado en una cueva natural en medio del mar de lava y nos invitó a verla.
El lugar era espartano a más no poder, sin luz ni agua corriente pero el ermitaño se había organizado a la perfección para llevar su vida apartado del mundo, saliendo solo para buscar provisiones como en esta ocasión. Estuvimos un buen rato en su cueva y nuestra sorpresa fue cuando nos preguntó sobre qué tal estaba esa serie que se llamaba Hierro y de qué iba, porque tenía curiosidad sobre el tema a pesar de vivir apartado de todo el mundo.
Recuerdo que al día siguiente se lo comenté en persona a algunos de los responsables de la serie como el creador y director Jorge Coira (izq), creador de la serie junto con su hermano Pepe (derecha), la guionista Araceli Gonda y la productora Ana Míguez que habían acabado de llegar a la isla para empezar las tareas de preproducción y quedaron tan alucinados con la historia del ermitaño que estaban pensando alguna manera de utilizarlo en las historias de la segunda temporada.
El trío me comentó distendidamente bastantes detalles de la segunda temporada que iban a rodar, bajo secreto sumarísimo hasta que no se hicieran públicos por los canales oficiales, pero me alegró conocer el fichaje del gran actor sueco Matías Varela (segundo a la derecha) , hijo de padres gallegos, uno de mis actores preferidos en ficciones escandinavas como Blinded y en otras internacionales como Narcos.
En esta segunda entrega van a cambiar bastante las localizaciones de la isla, pasando de la zona de Frontera a hacerlo en la zona de las playas adyacentes al parador de Hierro, lo que les ha permitido atrincherarse y enclaustrarse en dicho establecimiento hotelero, para finalizar su rodaje en las mejores condiciones sanitarias posibles.
También está garantizada la continuidad de los dos protagonistas en un nueva trama por lo que podremos seguir gozando de Candela Peña que está disfrutando como nunca en su vida y se ha mutado casi en una herreña más por la paz, tranquilidad y el éxito que le dado esa isla a su vida.
Apenas se había prodigado en televisión, pero aceptar el personaje de su tocaya la jueza Candela, ha sido una gran decisión, puesto que ha compuesto un personaje con muchos matices.
Candela Peña recorre desde la jueza arisca, soberbia e incluso borde, hasta la madre amantísima de su hijo y que sufre por la gente a la que aprecia, en un registro que va dulcificando a medida que avanza la serie para ir quitándose la coraza legal en la que se escuda y mostrarnos todas sus contradicciones y dudas interiores.
Dario Grandinetti es uno de los mejores actores argentinos actuales y su presencia en cualquier reparto da la seguridad absoluta que ese personaje va a funcionar a las mil maravillosos, como le sucede en el caso de Hierro como el truculento empresario Antonio Díaz, un personaje manipulador y maquiavélico pero que acaba enredado en su propia tela de araña, de la que solo la jueza le puede ayudar a salir.
Grandinetti llena la pantalla en cualquier escena en la que aparece y en este caso no va a ser la excepción y sus escenas con Candela Peña, son una verdadera delicia para el espectador.
Hierro es un gran ejemplo de la solidez que está alcanzando nuestra industria audiovisual, aunando calidad y potenciando el conocimiento y las ganas de visitar uno de los lugares más remotos y olvidados de la geografía española. ‘Hierro’ muestra de una manera brillante su paisaje, su cultura y sus tradiciones, un colofón perfecto para la serie de series veraniegas en lugares poco habituales de la edición de fin de semana de El Ágora.