‘Total control’: el agua como herramienta electoral

‘Total control’: el agua como herramienta electoral

‘Total control’: el agua como herramienta electoral

En algunas ocasiones el agua se convierte en un arma electoral, como sucede en la excelente serie australiana ‘Total Control’, centrada en una activista política aborigen de una desertizada región del ‘outback’ australiano


Lorenzo Mejino
Barcelona | 10 junio, 2022

Tiempo de lectura: 4 min



Desde las páginas de El Ágora siempre se ha considerado el agua como un elemento esencial y su gestión ocupa gran parte de sus contenidos. En algunas ocasiones el agua se convierte en un arma electoral, como sucede en la excelente serie australiana Total Control, centrada en una activista política aborigen de una desertizada región del ‘outback’ australiano.

El paso del activismo a la política activa está reflejado con una gran veracidad al mostrarnos todas las puñaladas e interioridades del sistema político australiano y, en especial, de su primera ministra, que intenta aprovechar el carisma de la protagonista aborigen como si fuera su mascota personal, para sacar el máximo rédito político.

Además, tenemos muy recientes las elecciones australianas que han propiciado un importante cambio de liderazgo, por lo que nada mejor que utilizar mi columna quincenal de El Ágora para hablar de esta excelente propuesta australiana que puedo resumir como lo más parecido a la fabulosa serie danesa Borgen, pero en clave aborigen.

Ficha: Total Control 12 episodios. ( 2 temporadadas) 60 minutos. Octubre 2019- Cadena: ABC ( Australia) / Filmin (E)

La trama

Alexandra (Alex) Irving es una carismática líder y activista aborigen que reside en el perdido pueblo de Winton en la región de Mount Isa, en el interior del estado de Queensland.

Un acto heroico de Alex difundido por todas las televisiones llama poderosamente la atención de la primera ministra Rachel Morrison, que lidera una muy frágil coalición de partidos al borde de la ruptura.

Al producirse una vacante en el Senado australiano, la líder australiana no duda en desplazarse hasta el lejano outback para intentar reclutar a la nueva heroína nacional para ofrecerle ese puesto en el Senado, con la excusa de venderle que su activismo en defensa del pueblo aborigen se pueda escuchar en todo el país, aunque ocultándole los verdaderos motivos de su fichaje.

Total Control desarrolla la pugna sin cuartel entre esas dos mujeres, la poderosa primera ministra y la rebelde senadora con el trasfondo de la instalación de una gran base aérea en su pueblo de Winton que conlleva la promesa de la creación de muchos puestos de trabajo, pero con la contrapartida de acaparar toda la escasa agua de la región, condenando a la más completa sequía y miseria acuática a los pobres granjeros y ganaderos aborígenes.

«‘Total control’ desarrolla con gran brillantez los resultados devastadores que pueden tener determinadas políticas del agua sobre comunidades rurales muy empobrecida»

Ese uso y gestión de un bien tan escaso en el outback como es el agua, quitándosela a sus propietarios aborígenes para destinarla a usos militares, se convierte en una verdadera batalla campal entre las dos mujeres, con gravísimas consecuencias para la precaria estabilidad del gobierno de coalición.

Total control desarrolla con gran brillantez los resultados devastadores que pueden tener determinadas políticas del agua sobre comunidades rurales muy empobrecidas, en especial cuando las decisiones se toman a miles de kilómetros de distancia en las salas del parlamento de Canberra.

Si a eso le añadimos la historia de discriminación y masacres sobre el pueblo aborigen que están intentando reparar, Total Control es una verdadera maravilla desde el punto de vista geopolítico como se puede ver desde el tráiler de su estreno en la plataforma Filmin.

Las protagonistas

Deborah Mailman (izq) es la mejor actriz aborigen australiana ,con cinco premios a la mejor actriz en su poder, tanto en cine como en televisión. En esta ocasión hace su mejor personaje como Alex Irving.

Alex es una persona que lucha denonadamente para mejorar las condiciones de su gente y se desespera cuando le engañan, le toman el pelo o, simplemente, la desprecian, con el añadido especial de que la actriz nació precisamente en esa remota región donde se desarrolla la serie.

Esa impotencia desemboca en determinadas ocasiones en arranques de ira o momentos de autodestrucción, en especial cuando se combinan con su compleja vida personal de madre soltera de un complicado adolescente, lo que proporciona una gran imperfección humana a su personaje.

Rachel Griffiths (derecha) es una actriz australiana muy popular tras triunfar en la primera década de este siglo con series estadounidenses como A dos metros bajo tierra o Cinco Hermanos, hasta que decidió volver a su Australia natal para mejorar su calidad de vida y la de sus hijos.

No ha dudado en aprovechar su estatus para convertirse en productora ejecutiva de series como Aftertaste y en este caso como la creadora de Total Control, reservándose el personaje de la maquiavélica primera ministra Rachel Anderson para disfrutar con sus enfrentamientos dialécticos con su compañera/rival Alex Irving.

Epílogo

Total Control es una de esas series que combinan política y agua, por lo que encaja perfectamente en la línea editorial de El Ágora y permitirá conocer los entresijos tan peculiares de la política australiana en un formato apasionante y con un gran ritmo en todas las historias.

Se han emitido dos temporadas y no descarto la posibilidad de que sigan explorando más situaciones tras el excelente final de la 2T que deja los suficientes cabos sueltos para ello, por lo que para finalizar te voy a dejar con el tráiler de su 2T.



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