'Un Mundo Feliz': una versión fallida del clásico de Aldous Huxley

‘Un Mundo Feliz’: una versión fallida del clásico de Aldous Huxley

‘Un Mundo Feliz’: una versión fallida del clásico de Aldous Huxley

‘Un Mundo Feliz’ (Brave New World) es una adaptación muy descafeinada del clásico de la lucha de clases que era el libro de Aldous Huxley, más preocupada por la estética que por la sustancia de la historia


Lorenzo Mejino
Barcelona | 6 noviembre, 2020

Tiempo de lectura: 5 min



Las utopías, ucronías y distopías son un tipo de series que nos encanta analizar en nuestra columna semanal de la edición del fin de semana de El Ágora. Estas ficciones nos permiten analizar problemas presentes mediante simulaciones que ayudan a pensar y reflexionar sobre nuestros comportamientos actuales y sus consecuencias futuras, como es el caso de Un Mundo Feliz, el título de nuestra serie de esta semana.

Aldous Huxley fue un gran intelectual y filósofo británico de la primera mitad del siglo XX, con una numerosa obra entre la que destaca Un Mundo Feliz publicada en 1932 y que sigue siendo considerada una de las mejores novelas distópicas de ciencia-ficción de la historia junto a 1984 de su buen amigo George Orwell y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

La obra ha sido adaptada en diversas ocasiones tanto en forma de película como en formato de miniserie, pero en ningún caso ha conseguido acercarse a la calidad de la obra original, por lo que existían ciertas expectativas para ver si esta nueva versión en forma de miniserie de Un Mundo Feliz iba a ser la buena, pero no lo ha sido.

Ficha: Un Mundo Feliz (Brave New World) 9 ep 40-60 min . Jul 2020 Cadena: Starzplay

La trama

En un futuro ubicado dentro de más de un siglo, la sociedad ha alcanzado un aparente equilibrio perfecto, con un sistema de castas sociales perfectamente jerarquizado desde los Alfas dominantes en la cúspide de la pirámide a los Epsilons que forman el escalón inferior.

En esa sociedad utópica la ingeniería genética y las gestaciones artificiales son la manera de crear los nuevos seres humanos. Se han prohibido todos los conceptos susceptibles de ser problemáticos, como la monogamia, la familia, la privacidad, el dinero o la propia historia. Todo gracias a la presencia de una inteligencia artificial omnipresente llamada Indra, que controla todos los resortes de la sociedad que puebla la ciudad de New London.

El hedonismo, la sexualidad compartida y la felicidad es conseguida mediante la ingestión de una pastilla denominada Soma. Dicha droga permite a todo el mundo estar flotando en un perpetuo estado positivo y de alegría, sin tener que pensar en ninguna preocupación, con una sociedad llena de gente guapa, donde nadie es gordo ni poco atractivo.

En ese mundo sin privacidad ni exclusividad, Lenina, una especialista en fecundación artificial, es advertida por Bernard Marx, uno de los directores, de ser sospechosa de empezar a mantener una relación demasiado exclusiva con Henry, otro director, algo que no será tolerado por Indra, en caso de continuar.

Bernard no duda en invitar a Lenina, para limpiar su imagen, a acompañarle en una visita a un parque de atracciones Las Tierras Salvajes, donde tienen a unos grupos de humanos que viven como en los viejos tiempos, reproduciéndose mediante partos naturales. En ese lugar conocen a un extraño personaje llamado John, que va a ser el catalizador de todas las convulsiones que llegaran a ese mundo feliz, como muestra el tráiler de la serie.

Estética en vez de sustancia

Un Mundo Feliz es una adaptación muy descafeinada del clásico de la lucha de clases que era el libro de Aldous Huxley. Los problemas son muchos, empezando por su imitación de la estética de la serie Westworld, con otro parque de atracciones donde las cosas se descontrolan, en lugar de desarrollar de otra manera la potente imaginería del libro.

Desde el principio están más preocupados por la estética que por la sustancia de la historia, como inventándose deportes espectaculares visualmente pero que no aportan nada a la historia.

Un mundo feliz

Sus creadores han decidido apostar por la parte ‘voyeurista’ recreando todo tipo de orgías y de relaciones sexuales en todo tipo de lugares pero con una estética ‘soft-porn’ mas parecida al Canal Playboy que a una obra distópica sobre un futuro mejor. La explicación de esas decisiones creativas, la puedes ver en este vídeo donde explican las interioridades de la serie.

 

Toda la interesante problemática social presentada por Huxley se diluye completamente entre esos diseños de revista de interiorismo futurista y la sexualidad fría, mecánica y glacial que no dudan en explotar hasta la saciedad, sazonada por un ritmo cansino y sin brío alguno.

De vez en cuando aparece algún diseño sorprendente y espectacular como el de la foto inferior, donde nos muestran los límites de la ciudad de New London, pero no ha sido suficiente para desperezarme del sopor que me acompañó durante su visionado.

Los actores

El capitulo interpretativo tampoco ha destacado por su calidad a pesar de reunir un reparto de nombres con un cierto gancho como el protagonista Alden Eldenreich, que había acabado de protagonizar a un joven Han Solo en la precuela Solo. Una historia de Star Wars y aunque la película no hubiera sido un bombazo, siempre atrae una cierta atención.

Un Mundo Feliz

Por desgracia, su interpretación ha sido de las más desganadas que recuerdo como un pasmarote que recita sus frases, sin transmitir ninguna emoción y ni en las escenas sexuales es capaz de transmitir la más mínima tensión y a su pesar se ha convertido en el principal problema de la serie.

Bastante mejor está Jessica Brown Findlay, que para muchos sigue siendo la Lady Mary de Downton Abbey, como la técnica Lenina, centro de la atención de muchos personajes masculinos, aunque el hecho de acentuar tanto su sexualidad tanto a nivel de vestuario como de relaciones personales, no le ha permitido estar tan cómoda como en otras series como Harlots, pero al lado de Alden Eldenreich, brilla todo el mundo.

El mejor del trío protagonista es Harry Lloyd, un actor versátil para este tipo de papeles de funcionario traicionero, como ha demostrado en Manhattan o Counterpart y que está muy bien como Bernard Marx, uno de los directores del complejo. Por lo menos Lloyd le pone ganas y se cree a su personaje que acaba siendo el mejor de toda la serie.

Un Mundo Feliz

 

Un Mundo Feliz ha sido cancelada recientemente, tras finalizar la emisión de su 1T, dejando bastantes cosas abiertas, por lo que no vas a tener la respuesta a todas las preguntas que han planteado.

Generalmente intento hacer recomendaciones positivas en mi sección semanal de El Ágora, pero hoy he querido hacer una excepción por la importancia que tiene Un Mundo Feliz, el libro de Aldous Huxley, en la historia de la literatura y que se merecía una adaptación que le hubiera hecho justicia, por lo que no deja de ser un aviso a navegantes televisivos sin base literaria.



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