Guadalupe es un municipio de la provincia de Cáceres fundado en el siglo XIII y tiene una bonita leyenda. Un pastor encontró una talla de la Virgen en el río Guadalupe y cerca de ese lugar, se construyó una ermita alrededor de la cual fue surgiendo un asentamiento que se convirtió en el centro de peregrinación más importante de la Península Ibérica después de Santiago de Compostela.
Los muros del monumento monacal guardan no pocas curiosidades históricas. Los Reyes Católicos descansaron en el Monasterio tras la conquista de Granada. Fue en uno de sus salones donde Cristóbal Colón fue recibido por los Reyes Católicos en 1486 y 1489 y es aquí donde consiguió que le financiasen su viaje en barco. De hecho, desde el interior de los muros del monasterio el rey Fernando escribió las dos cartas en las que ordenó aprovisionar a Cristóbal Colón con dos carabelas para su viaje a Las Indias.
Otra de las curiosidades del templo es que contaba con un espacio reservado para los grilletes de liberados. Por ello, en 1580 Don Miguel de Cervantes visita el templo sagrado y le ofrece a la virgen de Guadalupe las cadenas de su cautiverio en la cárcel de Argel.
Pero si hay una sorpresa que esconde Guadalupe es una joya de la arqueología hidráulica: las minas del Arca del Agua.
Se trata de un sistema de captación, conducción y distribución de agua potable por gravedad para el Monasterio y puebla de Guadalupe, conocido como Arca del Agua. Data del año 1350 y en la actualidad sigue funcionando con leves modificaciones sobre su estructura original.
Los materiales que constituyen el subsuelo de la vertiente sureste de la Sierra de la Villuerca son rocas permeables o semipermeables. Sobre ellas se encuentran las pedreras de “Los Hollicios”, también de una elevada permeabilidad.
Después de pasar por las pedreras, el agua se filtra por las fracturas de los materiales del subsuelo y desciende a grandes profundidades, siendo recogida mediante excavaciones subterráneas llamadas galerías colectoras o minas de agua.
En ocasiones, el agua subterránea puede salir por sí sola al exterior, creándose manantiales o fuentes de ladera, llamados en la comarca “bohonales” o “trampales”, como los que se encuentran cercanos a las minas del Arca del Agua.
El conjunto consta de varias galerías de captación de los manantiales -las llamadas «minas del agua»- y de un depósito de almacenaje -el arca del agua-.
La obra se complementa con una conducción de 6 kilómetros de longitud, dotada de numerosas arquetas y respiraderos, de un túnel de unos 200 m de largo, excavado en la roca bajo el Cerro de Miramontes -luego conocido como Cerro Horadado u Horacado- y del sistema de distribución del agua por la Puebla y su monasterio.
