Esta casa de madera recién terminada en el barrio de Vicálvaro, Madrid, es un lugar donde el continente y el contenido están en línea entre sí y con los tiempos que corren. Aquí, en este particular edificio, proyectado para ahorrar un 50% de energía con respecto a una edificación convencional, funcionará el Centro de Innovación de Economía Circular del Ayuntamiento de Madrid.
Es uno de los edificios públicos de nueva generación con los que los arquitectos sueñan para repoblar (y resetear) nuestras ciudades, tal como lo expresa uno de sus autores, Mauro Gil-Fournier, de Arquitecturas Afectivas. “El edificio –sostenible y de emisiones de CO2 casi nulas, gracias a la generación fotovoltaica– comenzó siendo diseñado como Mar de Reciclaje dentro del programa ‘MARES Madrid’ (2017-2019) y hoy se destinará a todas las actividades de la economía circular”, añade Gil-Fournier, quien firma el diseño junto a Diego Peris, David Martí, Miguel Jaenicke y Esaú Acosta, autores con quienes colaboraron una decena de arquitectos colaboradores y de obra.
La estructura de la casa, prefabricada en taller, con madera certificada (lo que garantiza una reducción de emisiones de CO2 desde lo constructivo), está pensada desde la circularidad, con módulos que se distribuyen en torno a un espacio central, y en los que podrán habilitarse espacios de coworking, laboratorios (se planea el funcionamiento de un fablab para la elaboración de prototipos de procesos y productos), cocinas comunitarias y estudios sobre alimentación de kilómetro cero, salas de charlas y conferencias. En la parcela, lo interior y lo exterior gozan de una continuidad, que también lleva la marca de lo sostenible, con unos espacios exteriores pensados para huertos comunitarios o de sombreo y reunión, para practicar la innovación y las soluciones basadas en la naturaleza, en covecindad.


«La estructura de la casa de madera está pensada desde la circularidad»
Este centro, ubicado en el número 1 de la calle Apeadero (Vicálvaro), precisamente en una zona con notoria deficiencia de dotaciones públicas, cuenta con 650 m² construidos en un terreno de 2.335 m². En efecto, el lugar fue imaginado como una infraestructura ecosocial para el barrio, aunque también dará vida a un vivero de actividades económicas innovadoras hacia la neutralidad en carbono, que pueden tener una proyección que supere largamente los límites del barrio y la ciudad.
¿Cuánto costó y cómo se financió? El presupuesto fue de 1.302.984 euros, financiados en un 80% por la Unión Europea y el 20% restante, por entidades socias.
El otro dato a destacar es que sus 25KW de producción fotovoltaica dan una previsión de 35.000 KWh/año de generación energética solar.
De los mares circulares
Las ideas también cumplen ciclos circulares y se reciclan. De ahí la vuelta de tuerca ecológica a este hub de reciclaje, que se inició como una de las patas del programa MARES, para la creación de empresas, generación de tejido productivo y comunitario, así como la promoción de buenas prácticas ciudadanas e institucionales.
Aquel programa –seleccionado dentro de la iniciativa Urban Innovative Actions de la Comisión Europea, en 2017– ponía el foco del empleo y la economía social en cinco sectores de cuatro distritos de Madrid: movilidad en Vallecas, alimentación en Villaverde, reciclaje en Vicálvaro, energía en Centro y los cuidados como quinto sector, común a todos los distritos.
En el caso de los populares barrios de Vallecas y Villaverde, se contaba con edificios y espacios públicos que estaban en desuso y podían rehabilitarse para albergar nuevas iniciativas productivas, solidarias y sostenibles. El edificio de Vicálvaro, en cambio, sería de nueva construcción, porque allí no había equipamiento público a recuperar.


«La idea matriz fue la resiliencia y la transformación urbana con soluciones basadas en la economía social»
En la aventura de MARES –que es el acrónimo de Movilidad, Alimentación, Reciclaje, Energía y Cuidados– confluyeron las voluntades del Ayuntamiento de Madrid y ocho socios de la sociedad civil: Dinamia, Estudio SIC, Vivero de Iniciativas Ciudadanas, Ecooo, Todo por la Praxis, Agencia para el Empleo, Acción contra el Hambre y el grupo cooperativo Tangente. La idea matriz era la resiliencia y la transformación urbana con soluciones basadas en la economía social, que se asentaran en experiencias de los propios vecinos en materia de autoempleo, recuperación de espacios en desuso o redes de apoyo mutuo.


Así, entre todas las iniciativas mapeadas y las intenciones que fueron apareciendo, se dio a luz, entre otros, el Mar de Movilidad, centrado en repartos de cercanía y formación en movilidad urbana sostenible; el Mar de Alimentación, con la puesta en marcha de la primera cocina incubadora pública de Madrid: el Gastrolab Villaverde; el Mar de Energía, para el ahorro y la eficiencia energética (en la calle Toledo 108) y el Mar de Cuidados para la visibilización del trabajo doméstico y no remunerado.
Hoy se perfila ya la próxima vida del Centro de Innovación en Economía Circular de Vicálvaro, que pretende convertirse en una herramienta más para la creación de empleo y de empresas innovadoras que allanen el camino de la transición energética hacia un futuro neutro en carbono. La sostenibilidad urbana es, sin duda, uno de los pilares en los que se sostendrán las acciones de una economía descarbonizada, el ambicioso objetivo que se ha dado Europa para 2050.
