Reflexionar sobre las mutaciones de la naturaleza y la vida a través de las flores es lo que se propone María Eugenia Diego (Zamora, 1989). La arquitecta florista, que ha elegido el nombre Kokon para su marca artística y comercial, ha resultado elegida para participar del certamen de la quinta edición de FLORA. Festival Internacional de las Flores, que se desarrollará en Córdoba, del 17 al 27 de octubre próximos. El lema de esta edición del festival es, justamente, La metamorfosis, y los galardones están dotados con entre diez mil y 25 mil euros.
En este marco, entre las más de setenta propuestas que se presentaron a la segunda convocatoria del Patio Talento –destinado a artistas emergentes–, el jurado escogió la de Kokon para ser emplazada en el Palacio de Orive, por «su mirada contemporánea y arquitectónica sobre el trabajo con la botánica y su originalidad, que lo diferencia de todo lo que se ha visto en el festival hasta ahora».


Así, la arquitecta zamorana completa el cartel de cinco artistas (los demás son el norteamericano Maurice Harris, la británica Emma Weaver, el japonés Yuji Kobayashi y el Cordero Atelier de España) que este año mostrarán sus obras de arte floral, especialmente concebidas para cada uno de los patios institucionales y otros sitios de valor histórico que sirven de escenario. A saber: el palacio de Orive, el Museo Arqueológico, el palacio de Viana, la sede de la Diputación de Córdoba y el Patio de los Naranjos de la mezquita-catedral de Córdoba. Además, habrá una instalación fuera de concurso en el C3A, Centro de Creación Contemporánea de Andalucía.


Urbanistas con nueva conciencia
Quizá porque viene de una formación ligada a la construcción de edificios, KOKON centra sus reflexiones en los entornos urbanos, donde la desconexión con la naturaleza resulta más evidente. Según confiesa, en un diálogo mantenido con El Ágora. El diario del agua, llegó a las flores buscando “una actividad más artesana y creativa, vinculada al trabajo con las manos”.
Tras su paso profesional por estudios de arquitectura, la revelación llegó en la floristería de Loewe, donde se dio cuenta de que quería incidir con su pensamiento “sobre el mundo vegetal, a través de instalaciones a gran escala, que transmitieran conceptos con texturas, materiales y colores atractivos”.


Su cometido es, textualmente, “incorporar belleza a nuestras vidas urbanitas”.
¿Cómo se reflexiona a través de las flores?, le preguntamos. “A veces, con solo ver una flor aplicada en un uso diferente, el espectador sale a buscar más información, que es un poco lo que a mí me ha pasado”, contesta. “Lo que quise transmitir en la instalación que presentaré en el patio de Orive es que las flores son la metáfora de algo en mutación”, advierte la artista.
También los olores entran en la ecuación y por eso Diego imparte talleres de aromas, ya que estos “tienen un sentido evocador y son los que nos conectan con más recuerdos”. La artista procura, efectivamente, que la nariz participe del disfrute del espectador frente a sus instalaciones, aunque esa experiencia solamente puede conseguirse “utilizando un material de materia masiva”.


«El deseo de la creadora Kokon es “incorporar belleza a nuestras vidas urbanitas”
Sin embargo, como en toda actividad ligada al medio ambiente, hay límites que es mejor no franquear, o ejemplares de entornos silvestres que conviene no arrancar. En su caso, Diego asegura que no trabaja con plantas de plástico y que, aunque en el pasado ha pintado flores, hoy ya no le resulta “cómodo”: “No me he puesto una norma, pero cuando más conozco el mundo floral, menos sentido le veo a la pintura artificial”.
Entre sus principios, declara: “Cuando uso flores frescas prefiero pedirlas a granjas locales en lugar de encargarlas en Holanda, que suele enviar una variedad más grande, pero que alarga la cadena de transporte y de refrigeración”. Y agrega: “Trato de irme a materiales más rústicos. No utilizo espuma floral (ladrillos de esponja con los que se hidratan los tallos), porque no es biodegradable y hay posibilidades de trabajar sin ella”.
Por lo demás, sostiene que tiende a utilizar elementos duraderos, “incluso cuando la etapa bonita haya pasado y se muestre una decadencia natural”, porque eso le gusta”. También suele usar “elementos secos”, que no necesitan ningún tipo de hidratación. Enumera: el trigo, la lavanda y otras especies similares.


Primeros pétalos españoles
El arte floral en España apenas empieza a despuntar, según Diego. “España no tiene una costumbre de consumo o valoración de las flores, pero ahora está creciendo, al menos desde el confinamiento, cuando la gente necesitó sentirse más cerca de la naturaleza en su propia casa y por eso se nutrió de plantas”, resume.
De hecho, propuestas como la de FLORA, manifiesta, “dan mucha visibilidad al arte floral, hacen crecer el gusto y la curiosidad, y permiten el nacimiento de nuevas escuelas de floristería”, asevera. Además, quién podría estar en desacuerdo con su máxima de que “para estar a gusto recurrimos a la naturaleza”.
«Los artistas invitados al evento FLORA presentarán sus instalaciones en cinco espacios de la ciudad de Córdoba»
Finalmente, el Festival FLORA –que nació en 2017 de la mano de Zizai Cultura– presenta también un programa de actividades paralelas, fuera de concurso, como la puesta en escena de la performance Rozadura, que propone un diálogo físico-musical entre las personas y las flores; el concierto de Andrés Cosano y la acción lúdica callejera de la ‘guerrilla floral’, a cargo de Flor Motion, para reutilizar el material que haya sido exhibido durante los seis días de la muestra.
