El 56% de los españoles afirma sufrir estrés por el ritmo de vida que impone la sociedad actual, según recoge el Instituto Nacional de Estadística. Combatir los síntomas derivados del estrés y rebajar las prisas del día a día es posible con la terapia forestal, conocida como “baño de bosques”.
Los expertos indican que las personas pueden regenerar y reforzar los sistemas de defensa naturales o favorecer la conciliación del sueño acercándose a la naturaleza. Aunque todavía se está analizando a nivel científico realmente qué beneficios reporta a la salud, los estudios preliminares apuntan, además, al carácter preventivo frente a enfermedades asociadas con el estrés.
Los pioneros en practicar los “baños de bosque”, allá por 1982, fueron los japoneses que denominaron esta práctica como Shinrin-yoku con el objetivo de utilizarla como una terapia que favoreciera un estado de relajación mental y físico en un grupo poblacional con niveles altos de competitividad y estrés.
Para que funcione la terapia forestal expertos de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, desarrollaron una investigación a gran escala, publicada en Scientific Reports, que concluyó que pasar al menos dos horas a la semana en la naturaleza es suficiente para promover la salud y el bienestar.
En este estudio, la mayoría de las visitas se realizaron en lugares próximos al domicilio de los participantes, por lo que según explica el doctor Mat White, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter y director del estudio, “visitar los espacios verdes urbanos también puede ser positivo para obtener el beneficio».
Respecto a los beneficios psicológicos, mejora el estado de ánimo, proporciona sensación de vitalidad y bienestar mental.
El estudio mide la presión arterial y otras variables fisiológicas de los participantes, antes y después de realizar la actividad en la naturaleza e identificar los cambios que se producen en el cuerpo humano.
Los beneficios fisiológicos más significativos que han encontrado son la disminución de casi un 40% de los niveles de glucosa en sangre en diabéticos. Además, reduce la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y los niveles de homocisteína.
La investigación comprobó que ese contacto con la naturaleza rebaja las hormonas del estrés y aumenta la función del sistema nervioso.


Claves para darse un «baño de bosque»
Existen varias maneras de realizar esta terapia forestal.
La opción más sencilla es dar un paseo por un bosque o parque urbano y dejarse llevar por las sensaciones de la naturaleza, sentir el olor, la temperatura, la humedad, los sonidos, conectar con lo que el bosque nos ofrece para salir de la inercia del día a día.
Otra opción es realizar una actividad guiada que nos permita compartir la experiencia con un grupo de personas.
El guía Alex Gesse, certificado por la Association of Nature and Forest Therapy propone despertar los sentidos a partir del método japonés del shinrin-yoku.
Se trata de elegir el lugar, un bosque o un parque frondoso y tranquilo, mejor si es llano y con zonas diferentes, más húmedas, más frondosas o más claras, y realizar una ruta corta alrededor de un kilómetro.
Para conseguir el objetivo hay que caminar lentamente. A lo largo del recorrido, recomiendan hacer pausas y cerrar los ojos para centrarse en los sentidos y el contacto con la naturaleza.
Dónde disfrutar de un «baño de bosque»
