Hoy se celebra el Dia de la Tierra, una jornada que conmemora el 50 aniversario de la primera gran manifestación por la salud de nuestro planeta y en la que se nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida en él.
Este año, las celebraciones de este aniversario han quedado notablemente marcadas por la crisis del coronavirus. Por un lado, porque la pandemia ha demostrado ser un claro ejemplo de lo que pasa cuando se destruyen los ecosistemas, y por el otro, porque la humanidad va a tener que festejar el día confinados en sus casas.
No obstante, incluso recluidos en nuestros hogares podemos continuar con el activismo climático que se reclama hoy. ¿Cómo? Pues muy sencillo. En muchos hogares del mundo se llevan a cabo gastos o acciones poco respetuosas con el medio ambiente que, si bien pueden parecer insignificantes, en su conjunto pueden provocar un impacto relevante para el planeta.
Por ejemplo. En esos momentos en los que estamos invadidos por el aburrimiento, con enorme frecuencia nos acercamos a la nevera para buscar algo que comer y así matar el tiempo y el estrés del confinamiento. Sin embargo, ese pequeño gesto, realizado de forma continuada, es capaz de aumentar nuestro consumo energético en un 7%.
Con el agua pasa lo mismo. Ahora más que nunca que la debemos utilizar para destruir al virus, caemos en el error de dejar más veces el grifo abierto cuando nos enjabonamos en la ducha, nos lavamos los dientes o fregamos los platos, por ejemplo, malgastando un recurso que, si bien tiene un coste monetario reducido, es vital para el mantenimiento del medio que nos rodea.
Además de realizar cualquiera de estas acciones, que desde El Ágora os hemos recopilado en un vídeo, también hoy podemos poner nuestro granito de arena en la lucha contra la crisis climática y participar en cualquiera de los eventos que los promotores del Día de la Tierra han organizado a través de su página web y redes sociales. Sin duda, un fantástico plan con que el que aprenderemos nuevos aspectos de esta crisis mundial a la par que rompemos nuestra rutina del confinamiento.
