¿Puede el deporte mejorar el medio ambiente?
Los eventos deportivos generan un gran huella de carbono, pero también se están viendo cada vez más afectados por fenómenos extremos o por la contaminación. Hay muchos ejemplos como el mal estado de las aguas en las Olimpiadas de Río (2016) o las altas temperaturas que obligaron a retrasar los partidos de la Liga en 2020. Quizá por eso cada vez son más los rostros de deportistas que hacen causan de la conservación y de la lucha contra el cambio climático
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