Ha pasado más de un año desde que publicamos en El Ágora un artículo refutando las noticias que decían que las Cataratas Victoria se habían secado. Tal y como comentaba entonces, las fluctuaciones del caudal del río Zambeze son comunes todos los años.
En los meses de agosto a octubre se recogen los datos más bajos de caudal en los que se ven una parte de las cataratas muy secas. Ciertamente impresiona ver gran parte las paredes de sus gargantas sin nada de agua, especialmente si se han visto en todo su esplendor alguna vez.
Sin embargo en la época de lluvias se alcanza el máximo caudal durante los meses de marzo, abril y mayo. Es hermoso poder observar el doble arcoíris que se produce por las gotas en suspensión. La máxima expresión de su grandeza.


La formación de estas magníficas cataratas se remonta a cinco millones de años atrás cuando movimientos tectónicos abrieron la falla que formó la primera caída de agua del río Zambeze. El agua se fue abriendo camino erosionando la roca basáltica y hace 250.000 años, la cortina de agua más grande del mundo adquirió un aspecto semejante al que podemos disfrutar en la actualidad.
“Mosi-oa-tunya”, (el humo que truena) como las llaman la tribu de los Tonga, todos los años descansa unos meses para volver a recobrar su caudal máximo con la llegada de la época de lluvias.
Analizando los datos un año después de que las Cataratas Victoria fueran portada internacional, podemos seguir respirando tranquilos sabiendo que siguen su ciclo natural con normalidad. Si bien es cierto que este año se observa un leve descenso del caudal con respecto al año pasado, según los datos obtenidos por la Autoridad del río Zambeze, se espera que el segundo pico de caudal comience en el mes de Mayo con fuerza.
Debido a las fuertes lluvias que han caído este año en la zona de Zimbabue y Zambia, la población local se esperaba alcanzar un record histórico de caudal. Si bien es cierto que, como podemos observar en la gráfica, los datos siguen siendo por encima de la media de los últimos treinta años, las cifras están lejos de ser de record. O eso parece a primera vista.


Sólo los datos de las gráficas del caudal de las cataratas no llaman especialmente la atención, pero aguas más abajo se encuentra una evidencia sorprendente.
Hace un año en estas fechas, la capacidad del lago Kariba era del 23%. Sin embargo este año se encuentra en un 48,17% ¿Por qué en los datos del flujo de las cataratas no se ve reflejado?
Debido a las grandes sequías de los últimos años, el suelo de toda esta región está muy seco. Con la llegada de las lluvias el suelo ha absorbido toda esta agua que poco a poco va llegando al río Zambeze. Lo esperable es que el nivel de las Cataratas Victoria alcance un pico que irá descendiendo mucho más lentamente que otros años.
La mejor noticia ha venido caída del cielo gracias a estas abundantes lluvias que han favorecido que parte de la población del área de Cataratas Victoria vuelvan a las zonas rurales a trabajar la tierra obteniendo un 50% más de producción agrícola de lo habitual.
Las Cataratas Victoria son un monumento natural de nuestro planeta digno de visitar y disfrutar. Un espectáculo que es visitado por dos millones de personas cada año.
De la sequía a la falta de turismo
Pero otra gran sequía está atacando a Cataratas Victoria y no es debida al cambio climático. A consecuencia de la pandemia se han implementado fuertes medidas restrictivas al movimiento internacional lo que ha hecho que el número de visitas a la zona se haya desplomado un 85% en 2020.
Miles de personas dependen del turismo en esta población de Zimbabue. Es un problema que se ha observado en todas las zonas turísticas del mundo. La sequía del turismo afecta a turoperadores, hoteles, restaurantes, guías de safaris y artesanos que con ninguna ayuda estatal están viendo peligrada su continuidad.
Como se intentó el verano 2020 en España, la esperanza de los empresarios turísticos de Cataratas Victoria está depositada en el turismo local. Aunque estos no creen que esto pueda amortiguar la gran pérdida económica que se está produciendo ya que para la población local de Zimbabue los precios que paga el turismo internacional son prohibitivos. Para muchos empresarios es inasumible reducir sus precios hasta poder atraer al público local pero podría ser un pequeño salvavidas para muchos negocios que están en la quiebra.
Miles de familias se han visto afectadas por la caída del turismo internacional y ante esta problemática surgió la iniciativa “Helpvicfalls” por dos empresarios españoles residentes en la zona, Jose Luis y María. Con la idea de conseguir fondos y comida para alimentar a las familias de Cataratas Victoria y otras poblaciones cercanas dependientes exclusivamente del turismo.
Recaudando fondos por medio de distintas iniciativas solidarias en España han conseguido recaudar más de 50.000$ que han utilizado para conseguir un total hasta ahora de 70 toneladas de alimentos y preparar comedores callejeros donde han ayudado a más de 33.000 personas en este último año.


Lo que nació como un programa para amortiguar la pérdida de ingresos provenientes del turismo se ha diversificado en proyectos con el fin de proveer fuentes estables de ingresos no dependientes del turismo.
Otra de las iniciativas que ha surgido en la zona es “Un cambio en tu maleta” con la idea de organizar viajes solidarios en los que se realizan actividades, formaciones y charlas en terreno que ayuden a colectivos de médicos, emprendedores, artistas y músicos dándoles herramientas formativas para generar valor añadido en la zona.
Con la llegada de las vacunas parece que se abre la esperanza a la temporada de verano 2021 aunque es incierto cuál será el escenario de restricciones que habrá entonces y si la confianza de los viajeros será suficiente para viajar al sur de África.
Las iniciativas solidarias sin duda han ayudado a amortiguar los efectos durante la falta de turismo en la zona. Ahora es nuestra oportunidad de apoyar la zona o con solidaridad o con turismo.
Unos 200 km aguas abajo de las Cataratas Victoria se encuentra la presa del lago Kariba, construido a finales de los años 50 del siglo XX.
La construcción de la presa vino acompañada de una polémica con la tribu local de los Tonga. Según esta comunidad, los niveles del río Zambeze vienen regulados por dos dioses, los Nyami Nyami.
Son un macho y una hembra con cuerpo de serpiente gigante y cara de pez que habitan en la garganta Kariba, donde se proyectó la construcción de la presa que lleva su nombre.


Los ancianos de la tribu de los Tonga advirtieron que el muro de la presa había separado a la pareja y eso no les gustaría a los Nyami Nyami y que estos tirarían la presa abajo.
Por supuesto las obras siguieron su curso y en 1958 hubo una gran inundación que destrozó el muro de la presa y arrasó con el área cercana. Se dice que la inundación fue de tal magnitud que se vieron cadáveres de elefantes en la copa de los árboles.
La presa se reparó pero los Tonga advirtieron que los Nyami Nyami se volverán a enfadar y la presa volverá a ser destruida por ellos.
