Alvar Aalto, arquitecto inspirado en el agua y los bosques de Finlandia

Alvar Aalto, arquitecto universal inspirado en el agua y los bosques de Finlandia

Alvar Aalto, arquitecto universal inspirado en el agua y los bosques de Finlandia

En su segunda entrega de la serie dedicada a los creadores y el agua, nuestro colaborador Julián H. Miranda elige la figura del arquitecto y diseñador finlandés Alvar Aalto, quien reconstruyó Rovaniemi en la zona de Laponia, tras la Segunda Guerra Mundial y que ha dejado más de 500 proyectos e inspirado a numerosos arquitectos en la segunda mitad del siglo XX por su modo integral de abordar esta disciplina


Julián H. Miranda
Madrid | 26 febrero, 2021

Tiempo de lectura: 9 min



Finlandia, rodeada por el Mar Báltico, es uno de los países europeos que admiramos por la calidad de su educación, su economía próspera, alto desarrollo tecnológico y consolidación del estado del bienestar. Suma a ello una riqueza ambiental y paisajística en la que el agua y los bosques boreales tienen un gran protagonismo. Junto al escritor Mika Waltari, autor de Sinuhé el egipcio, el arquitecto y diseñador Alvar Aalto (Kuortane, 1898- Helsinki, 1976), fue una de las personalidades más fascinantes del pasado siglo en Finlandia desde que consiguiera su independencia en 1917.

Alvar Aalto siempre apostó por la modernidad humanista, inspirándose en la expresión simbólica que le ofrecían la naturaleza y el agua, dos elementos estrechamente unidos a la geografía finlandesa con sus cerca de 200.000 lagos, la extensión de sus parques naturales y su amplio litoral. Muchos de sus más de 500 proyectos los desarrolló en su país natal pero también dejó su impronta en otros 18 países en ambas orillas del Atlántico.

Retrato de Alvar Aalto. Museo de Arquitectura finlandesa. | FOTO: Cortesía de editorial Taschen   
Retrato de Alvar Aalto. Museo de Arquitectura finlandesa. | FOTO: Cortesía de editorial Taschen

“Aalto siempre apostó por la modernidad humanista, inspirándose en la expresión simbólica que le ofrecían la naturaleza y el agua”

Hace poco más de cinco años tuve la ocasión de recorrer la exposición organizada por Fundación La Caixa en Caixaforum de Madrid y volví a constatar una visión integral de la arquitectura y de los objetos cotidianos que diseñó para todo tipo personas,    porque él pensaba que “el trabajo del arquitecto es dar a la vida una estructura más sensible”, cita recogida en una monografía editada por Taschen y escrita por Louna Lathi, una de las mayores expertas  en su obra.

Museo Alvar Aalto en Víborg (Rusia). | FOTO: John Art
Museo Alvar Aalto en Víborg (Rusia). | FOTO: John Art

 

Interior de la biblioteca de Vyborg, en la actual Rusia, diseñada por el arquitecto Alvar Aalto con lucernarios que iluminan la sala con radiación natural. | FOTO: Kaliam
Interior de la biblioteca de Vyborg, en la actual Rusia, diseñada por el arquitecto Alvar Aalto con lucernarios que iluminan la sala con radiación natural. | FOTO: Kaliam

Este estudio sobre Aalto forma de una serie básica de Arquitectura, en la que se han publicado más de una treintena de obras dedicadas a los grandes arquitectos desde Palladio, Gaudí, Otto Wagner o Shinkel hasta los más relevantes del siglo XX como Le Corbusier, Mies van der Rohe, Gropius, Frank Lloyd Wright o Zada Hadid, entre otros.

Para el creador finlandés “el trabajo del arquitecto es dar a la vida una estructura más sensible”

Desde su niñez y juventud Alvar Aalto siempre profesó un gran amor por la naturaleza, los bosques y el agua porque todo ello formó parte de su primer paisaje en la Finlandia central. Aunque se sintió atraído por la pintura y el dibujo, al final se decidió a estudiar Arquitectura en la Escuela Politécnica de Helsinki. Una vez allí se dejó impregnar por el magisterio de dos de sus profesores, Usko Nyström, quien le introdujo en la arquitectura de la Antigüedad y Edad Media, mientras Armas Lindgren le abrió el camino a la Edad Moderna. En 1921 con solo 23 años concluyó sus estudios y dos años después abriría su primer estudio y contrató a una joven arquitecta, Aino Marsio, que más tarde sería su primera esposa y socia de innumerables proyectos.

El arquitecto Alvar Aalto y su mujer y colaboradora Aino Marsio en una foto de 1940.
El arquitecto Alvar Aalto y su mujer y colaboradora Aino Marsio en una foto de 1940.

En 1924 se casaron y viajaron a Italia, país que les fascinó. Las vivencias del mes y medio que pasaron allí tuvieron una gran influencia en su trabajo posterior, debido a la inspiración que encontraron en el Renacimiento.

Durante esa década también conocieron Dinamarca y Suecia, luego Holanda y Francia, lo que les permitió entrar en contacto con uno de los grandes de la arquitectura moderna, Le Corbusier, y más tarde con pintores y creadores como Léger, Moholy-Nagy o Gropius, en su etapa en la Bauhaus.

Todo ese proceso de interacción profesional y sus dotes como observador le llevaron a pensar que el nuevo estilo era internacional y que la visión de los arquitectos cada vez debía ser más cosmopolita. En 1935 Alvar y Aino Marsio, junto a Maire Gullichsen y Nils Gustav Hahl fundaron la empresa mobiliaria Artek, que tantos objetos comercializó con la originalidad de sus diseños.

Instituto Politécnico de Tecnología de la Universidad de Helsinki. | FOTO: Claudio Divizia
Instituto Politécnico de Tecnología de la Universidad de Helsinki. | FOTO: Claudio Divizia

La influencia de la naturaleza y el respeto por el medio ambiente fueron decisivos en muchos de los proyectos arquitectónicos puestos en marcha por Alvar Aalto y su esposa porque ambos creían que el arte y la arquitectura tenían raíces comunes y estaban muy imbricadas en el inconsciente del ser humano.

Apostaron por las formas libres que el arte les permitía. A lo largo de más de cinco décadas Alvar Aalto diseñó casas privadas, pabellones de exposición, fábricas, hospitales, edificios de oficinas o universitarios porque los concebía con una visión integrada en el paisaje.

Uno de los ejemplos de la importancia del agua en su obra lo ofrece el diseño Bölgeblick, que ganó un concurso en 1932 al hacer referencia a las ondulaciones del agua, que posteriormente trasladó a la primera serie de jarrones, platos y cuencos fabricados en vidrio prensado.

“Durante cinco décadas Alvar Aalto diseñó casas privadas, pabellones de exposición, fábricas, hospitales, edificios de oficinas o universitarios con una visión integrada en el paisaje”

Entre sus obras arquitectónicas más conocidas conviene centrar la mirada en varias de ellas conectadas a la naturaleza, a la importancia de la tierra y el agua, en su modo de combinar de un modo equilibrado los volúmenes, la elección de los materiales, el uso de la luz y casi siempre ese juego interior y exterior que no pierde de vista lo que sus ojos alcanzaban.

Esos diseños estaban pensados para las personas que posteriormente vivirían individualmente en dichos espacios privados, sociales o culturales, dentro de una sociedad masificada. Por eso la elección y percepción del entorno tenían tanta importancia para Aalto, como si el lugar creado fuera una segunda naturaleza que habitar y no ajena a la otra.

Patio interior del Ayuntamiento de Saynatasalo diseñado por Alvar Aalto FOTO Vale Cantera
Patio interior del Ayuntamiento de Saynatasalo diseñado por Alvar Aalto FOTO Vale Cantera

Dentro de las tipologías de edificios que diseñó cabría mencionar la Fábrica de papel y área residencial de Sunila (1936-1939), cerca del puerto de Kotka, en medio de un paisaje rocoso de esta isla.

Sus riberas descendían al mar y allí proyectó varias zonas: el edificio de la propia fábrica, a base de acero y cemento, con cubierta de ladrillo rojo; el almacén y la torre de extracción pintados de blanco; y el área residencial para que los trabajadores e ingenieros pudieran vivir en casas adosadas de dos y tres plantas junto a una amplia zona boscosa al otro lado del istmo.

Entre los edificios más privados destacan las dos casas de los Alvar Aalto, la primera diseñada con Aina Marsio, y la segunda con su segunda esposa, Elissa, así como la Villa Mairea.

Interior de la vivienda particular de Alvar Aalto en Munkkiniemi, Helsinki, completada en 1936 y que emplea buena parte del mobiliario que él mismo diseñó. | FOTO: Karis 48
Interior de la vivienda particular de Alvar Aalto en Munkkiniemi, Helsinki, completada en 1936 y que emplea buena parte del mobiliario que él mismo diseñó. | FOTO: Karis 48
La silla Paimo, diseñada por Alvar Aalto en 1932, con cuerpo de madera de abedul y asiento de contrachapado en negro. | FOTO: Thomas Hernandez
La silla Paimo, diseñada por Alvar Aalto en 1932, con cuerpo de madera de abedul y asiento de contrachapado en negro. | FOTO: Thomas Hernandez

Su primer hogar lo proyectaron en Munkkiniemi, cerca de Helsinki, y allí instalaron su estudio en 1936. La segunda, ya con Elissa, fue el espacio de veraneo en Muuratsalo, construido entre 1952 y 1954 y situado junto a un lago, que terminó siendo un lugar experimental para poner a prueba los materiales usados respecto a la dureza del clima finlandés.

“Uno de los ejemplos de la importancia del agua en su obra lo ofrece el diseño Bölgeblick, que ganó un concurso en 1932”

Montaje de fotos con distintas persperctivas de Villa Mairea, construcción del arquitecto finlandés Alvar Aalto. | FOTO: Claudio Divizia
Montaje de fotos con distintas persperctivas de Villa Mairea, construcción del arquitecto finlandés Alvar Aalto. | FOTO: Claudio Divizia

Otro hito de su trayectoria fue cuando diseñó con gran libertad, entre 1936 y 1939, la Villa Mairea al oeste de Finlandia, encargada por la galerista de arte Maire Gullichsen, que además de la casa principal pensó en un edificio aparte con galería de arte, detrás la piscina.

Ubicada en una suave colina con un bosque de pinos, introdujo originales innovaciones como esos troncos de árboles jóvenes, a modo de columnas, que sostienen el techo que cubría la entrada; un luminoso ventanal al patio interior, que tal vez simbolizaba el paisaje de las playas de Finlandia y que apelaba a la percepción sensorial de sus moradores.

Edificio de viviendas en el barrio de la Hansa (Berlín), diseñado por Alvar Aalto FOTO Claudio Divizia
Edificio de viviendas en el barrio de la Hansa (Berlín), diseñado por Alvar Aalto FOTO Claudio Divizia
Una vista de las casas del barrio de la Hansa, en Berlín, levantadas en 1957 y donde Alvar Aalto trabajó junto a Walter Gropius y Oscar Niemeyer FOTO Claudio Divizia
Una vista de las casas del barrio de la Hansa, en Berlín, levantadas en 1957 y donde Alvar Aalto trabajó junto a Walter Gropius y Oscar Niemeyer FOTO Claudio Divizia

Dentro de los entornos residenciales destacan los apartamentos que pensó en el barrio berlinés de la Hansa, una torre de viviendas en Bremen, la residencia de estudiantes de Baker House para el MIT en Cambridge, Massachusetts, o las casas que diseñó en la región de Ostrobothnia del norte, con esos meandros de agua junto a las viviendas. En ellos Aalto proyectó una arquitectura orgánica, siempre respetuosa con el entorno natural, dotándola de un equilibrio entre la luz natural diurna y la luz eléctrica para mejorar el bienestar cotidiano.

Vista aérea de Oulu en la región de Ostrobothnia del norte, Finlandia, con las casas que Alvar Aalto diseñó junto al agua. | FOTO: MBNEWS
Vista aérea de Oulu, en la región de Ostrobothnia del norte, Finlandia, con las casas que Alvar Aalto diseñó junto al agua. | FOTO: MBNEWS

Alvar Aalto, a lo largo de su carrera, dedicó numerosos proyectos a edificios públicos, ya fueran hospitales como el de Paimio para enfermos de tuberculosis, pero también bibliotecas como la de Vipuri (Viborg), que hoy forma parte de Rusia, el Ayuntamiento de Säynätsalo, basado en los principios arquitectónicos de los países mediterráneos, que en cierto modo suponía un centro simbólico de reunión para la convivencia democrática: el ágora ateniense.

Dentro de esta tipología de espacios públicos destacan el Palacio de Congresos y Conciertos de Finlandia en Helsinki, el Instituto Politécnico de Tecnología de la Universidad de la capital finlandesa o los edificios en el campus principal de la Universidad de Jyväskylä, inspirados en los principios de la Acrópolis griega.

El primero es una de sus mayores obras, concluida en los años 70, con vistas a la bahía de Töölö y enclavado en una zona privilegiada de la ciudad, con esa ilusión de estar casi al lado de la playa; el segundo en los alrededores de un parque y sobre una colina, un edificio pensado por Aalto para posibles ampliaciones; y el tercero en forma de herradura cercano a otro parque, que incluía todo tipo de servicios para los estudiantes: edificio principal, biblioteca, viviendas para el personal, un pabellón deportivo y una piscina climatizada.

Gente paseando al lado de la sala de Conciertos de Finlandia diseñada por Alvar Aalto para la ciudad de Helsinki. | FOTO: Trabantos
Gente paseando al lado de la sala de Conciertos de Finlandia diseñada por Alvar Aalto para la ciudad de Helsinki. | FOTO: Trabantos

En muchos de sus proyectos está presente la apertura a la naturaleza mediante enormes ventanales y a su alto concepto de lo humano, porque como él mismo afirmó en 1935: “Los objetos que rodean al hombre no llegan a ser fetiches y alegorías que poseen un valor místico eterno. Son más bien células y tejidos, vivos como él, piezas de construcción de las cuales está compuesta la vida humana. No se les puede tratar de manera distinta que a las otras unidades biológicas; de lo contrario se corre el riesgo de que no encajen en el sistema, tornándose inhumanos”.

El arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), retratado en su estudio en 1945© Alvar Aalto Estate / Alvar Aalto Museum. Foto: Eino Mäkinen
El arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), retratado en su estudio en 1945© Alvar Aalto Estate / Alvar Aalto Museum. Foto: Eino Mäkinen


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