La exposición ‘After Nature’ de la artista suiza Claudia Comte llega al Museo Thyssen-Bornemisza para intentar concienciar a la población mediante una instalación inmersiva de la progresiva destrucción de los corales derivada del cambio climático
La Fundación Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) fue fundada el 2002 por Francesca Thyssen, una de las hijas del Barón Heinrich Thyssen y cuarta generación de estos mecenas de las artes. Esta entidad nació con el objetivo de difundir proyectos artísticos multidisciplinares que están en la frontera de otras categorías artísticas al apoyarse en instalaciones, composiciones sonoras, perfomances y arquitectura contemporánea, con un inequívoco compromiso con el respeto y la defensa del medioambiente.
Desde la pasada semana, TBA21 y el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid presentan hasta el 22 de agosto la exposición After Nature, de la artista suiza Claudia Comte, comisariada por Chus Martínez. Una instalación inmersiva que nos alerta de la progresiva destrucción de los corales derivada del cambio climático. El interés de Comte por los corales, que son una de las fuerzas vivas más espectaculares que existen, ya que generan grandes cantidades de oxígeno, revelan su preocupación y nos alertan que su camino progresivo a la extinción tendría un gran impacto en la vida del planeta Tierra.


La génesis de este proyecto surgió hace tres años cuando una expedición de la Fundación TBA 21 viajó a Nueva Zelanda dirigida por la comisaria de la exposición, Más adelante continuó en 2019 con una residencia en Alligator Head Foundation en Jamaica, uno de los principales refugios para la conservación del océano y que además es socio científico de Academy. Claudia Comte inició su periplo artístico inspirándose en la regeneración de corales de dicha fundación, y con su motosierra trabajó la madera y colaboró con artesanos locales a los que involucró en el proceso. En Jamaica profundizó en sus conocimientos gracias a su contacto con dos expertos: el especialista en corales Colin Ford de Coral Morphologic de Miami y el biólogo marino Dr. David Gruber de Nueva York.
Claudia Comte (1983) se ha caracterizado siempre por poner el foco en la memoria de los materiales con los que trabaja. Casi siempre con un enfoque minimalista, que sigue un proceso metódico sin perder el sentido lúdico de la creación. Y se mueve en un terreno interdisciplinar que abarca desde la escultura hasta la pintura e incluso las instalaciones multimedia o el video. Estudió en la Escuela Cantonal de Arte de Lausana y ha exhibido sus obras en Alemania, Italia, Estados Unidos y ahora en España, entre otros países.


La mirada de la artista suiza, a través de las piezas que conforman la muestra, no pretende emular el fondo marino, pero mediante sugerentes imágenes nos acerca a él y de ese modo crea una atmósfera de formas e imágenes que nos envuelve en el mundo submarino, descubriéndonos aspectos tan relevantes como ¿qué es un coral?; si nuestros ojos pueden captar las múltiples señales de luz que emiten los animales del fondo marino?; ¿por qué desaparecen los corales? Y, sobre todo, ¿eso qué consecuencias tiene para el hábitat marino y las condiciones de vida en nuestro planeta?
El recorrido por After Nature se divide en dos mundos. Por un lado, el mundo de la luz, el mundo de los corales y los arrecifes. Y por otro, el mundo de la noche o el fondo marino, donde nuestros ojos tienen mucha dificultad para adaptarse a esas circunstancias. Un gran mural en las paredes unifica esos dos mundos, como el agua en el mar. En ese mundo representado, las ondas se asemejan a olas, pero también evocan las frecuencias de los vientos y las corrientes marinas al recorrer todo el perímetro de la exposición. La artista ha usado colores vivos, casi artificiales, que están inspirados en las señales bioluminiscentes que muchos animales del fondo marino emiten para comunicarse.


En la primera sala, encontramos la luz iluminando una serie de corales tallados en madera. Comte ha utilizado madera de árboles caídos, recolectada en la isla de Jamaica. Allí la artista durante su estancia entendió mejor el complejo proceso de regeneración de los corales. Para ella la madera es un material vivo que siempre le ha interesado. No en vano, en su región natal, Vallis, en Suiza, trabaja con los árboles y su memoria. En un país caribeño como Jamaica unificó por primera vez el interés por el bosque con otro nuevo, que muchos llaman selvas del mar: los arrecifes de coral.
Los corales de madera hablan de la belleza de sus formas, de su diversidad. Y aluden a la interconexión entre todo lo que constituye un biotopo, ese espacio vital cuyas condiciones ambientales son las adecuadas para que en él se desarrolle una determinada comunidad de seres vivos. En la segunda sala, que representa la noche, el fondo marino, emergen de nuevo los corales y esta vez Comte los ha traducido a animación digital, a un estudio técnico y minucioso de sus formas.


Según Chus Martínez, comisaria de larga trayectoria en el arte contemporáneo (exconservadora del MACBA y del Museo del Barrio de Nueva York y exdirectora de la Sala Recalde de Bilbao, así como otras funciones en bienales e instituciones internacionales), “La instalación site-specific que ha realizado Comte reúne aspectos característicos de su trabajo: la pintura mural como método para desorientar los sentidos en el espacio y las esculturas de madera; también introduce la inteligencia de la vida submarina, como la forma en que los peces usan la bioluminiscencia para enviar señales a través de su piel, y la presencia de corales como una llamada de atención para que los humanos aprendan a respetar el océano”.
Además, en la segunda estancia, se proyecta un vídeo que Chus Martínez describe como “una nueva familia de corales animados digitalmente. Se forman y se desforman, ofreciéndonos, traviesos, una nueva imagen de su morfología. Estos corales son los personajes de una historia que les gustaría contar al mundo”. En suma, una muestra que llama la atención del espectador con la curiosidad Claudia Comte que indaga y apela a la importancia del coral para nuestra vida en la Tierra.


