Global Nature: biodiversidad, bienestar y seguridad alimentaria

Global Nature: biodiversidad, bienestar y seguridad alimentaria

Global Nature: biodiversidad, bienestar y seguridad alimentaria

La Fundación Global Nature tiene entres sus objetivos la defensa del territorio, compatibilizando el desarrollo de una economía sostenible con la protección de la naturaleza. Para ellos, proteger la biodiversidad es una tarea imprescindible que tiene que contar con todos los agentes implicados


Pura C. Roy
Madrid | 1 abril, 2022

Tiempo de lectura: 6 min



Conservar nuestros ecosistemas apostando por las alianzas. Esa es una de las metas principales del Objetivo de Desarrollo Sostenible que también vertebra el día a día de la Fundación Global Nature, cuyo cometido es asegurar la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas y establecer medidas contra la degradación y pérdida de biodiversidad. «Estas alianzas son las que nos permiten ir generando conocimiento y crear valor añadido para todos los sectores implicados. La conservación de la naturaleza no debe verse como un lastre, no debe entenderse como antagonista de la economía», nos dice Amanda del Río, directora técnica de esta entidad con más de 30 años de historia. 

Para llevar a cabo este trabajo esta Fundación cuenta con un equipo de casi 40 personas, pero a su vez «cuando hacemos trabajos, por ejemplo, de anidamientos de aves, participan voluntarios. También damos oportunidad de voluntariado a los empleados de empresas con las que colaboramos. Acogemos también a estudiantes en prácticas de distintas universidades. Hay campañas que lanzamos destinadas a un lugar concreto para solventar algunas problemáticas como pueden ser las especies invasoras».

Formada por un patronato cuyo director es Cosme Morillo, la Fundación cuenta ya en su haber 30 años luchando por promover la defensa de la naturaleza. Aunque ha evolucionado su forma de abordar los problemas, las áreas en las que están dedicados son las mismas. «Empezamos con aquel proyecto que todos tienen en mente como la recuperación de la trashumancia que hizo que pasar a las ovejas por la Gran Vía. En el fondo estaba la recuperación de las vías pecuarias. Los pastores no pueden desaparecer, su visibilidad social puede ayudar a atraer a nuevas personas a las zonas rurales», afirma del Río.

Estepas y humedales

«El objetivo fundamental de la Fundación es la conservación de la naturaleza y para conservarla trabajamos con el sector primario en entornos de gran valor natural como son las estepas cerealistas donde hay especies muy amenazadas como puede ser el sisón. Acompañamos a los agricultores y ganaderos proponiendo medidas de sostenibilidad para que se una el beneficio económico con la defensa de la naturaleza. Así se genera, para los implicados, un valor añadido al actuar en ambos frentes».

Las estepas de la península ibérica, para esta Fundación, son uno de los últimos y más importantes refugios de Europa donde aún podemos observar gigantes del cielo como las avutardas, maestros del camuflaje como los sisones, o ejemplares de gran elegancia como las gangas. Especies emblemáticas de un ecosistema cuya supervivencia pasa por cultivar la tierra respetando a estos bellos inquilinos.

«Durante los últimos cien años se han vivido importantes transformaciones y una mayor demanda de alimentos que ha hecho que imperase cantidad frente a la calidad en la producción agrícola. Con el tiempo este modelo productivo ha evidenciado serios problemas ambientales y resulta fundamental ya encontrar un equilibrio entre producción agrícola y conservación de naturaleza».

Dos grullas caminando por la estepa castellana. | Fundación Global Nature

Para del Río «en el caso de los humedales, la estrategia que seguimos es de pura conservación mediante la compra de tierras cuando es la única solución para salvar al humedal o recuperarlo. En los que no podemos comprar, colaboramos con las administraciones, si son públicos, o incluso con los propietarios, si son privados, para hacer labores de restauración de la vegetación, eliminar vertederos como en los humedales manchegos o introduciendo la ganadería para generar ese vínculo entre naturaleza y recursos económicos ya que se favorece por ejemplo a las aves acuáticas que necesitan zonas libres de vegetación».

Esta Fundación ha ayudado a proteger más de 14.000 hectáreas en más de 100 humedales. Los humedales constituyen uno de los ecosistemas más importantes para la conservación de la biodiversidad: más del 40% de las especies amenazadas dependen en algún momento de su ciclo biológico de los humedales. En España se calcula que a lo largo del último siglo se ha perdido un 60% de estas áreas.

Por ello resalta del Río que: «ahora tenemos una línea prioritaria que es actuar en todos los humedales costeros ya que entendemos que es una zona de paso de especies que dependen de ellos para sus viajes migratorios y que en muchos casos se pueden recuperar. Pero también es necesario preservar y restaurar en el centro peninsular los humedales esteparios ya que son lugares duros y con poca agua».

Sostenibilidad alimentaria

Para esta Fundación no hay duda: la biodiversidad, la alimentación y la nutrición están interrelacionadas. La biodiversidad contribuye a la seguridad alimentaria, al bienestar y a la nutrición. Aunque los hábitats para las especies, son una de sus principales prioridades, también fomentan otra línea de trabajo para obtener una la sostenibilidad alimentaria para ello, dice del Río, «trabajamos más con empresas y cultivos estratégicos, desde empresas como Borges que tienen cultivos leñosos al sector del vino en Cuenca. Tratamos de cubrir sus necesidades relacionadas con el cambio climático tanto de mitigación como de adaptación y que esas medidas que proponemos sean positivas para la biodiversidad. Medidas que ya están muy testadas y que sabemos que mejoran la resistencia de los cultivos».

Comenta del Río que a pesar de lo que se piensa «en el sector agrario no hay resistencia a introducir cambios que mitiguen el cambio climático ya que es un riesgo para sus negocios. La sequía, la pérdida de suelo, los polinizadores, son problemas que afectan a su negocio. Sin embargo hay que seguir haciendo mucha pedagogía y divulgación para una buena gestión del agua a pesar de la evidencias que existen sobre como afecta su sobreexplotación, las sequías, o bien su mala gestión a los caudales».

Global Nature
Flamencos en una laguna del Parque Nacional de Doñana, Huelva. | Fundación Global Nature

Para esta especialista no hay suficiente conciencia sobre el tema del agua: «Si preguntas por Doñana, la gente no piensan lo mismo que si les preguntas que opinan si se dinamitara la Giralda para hacer un parking porque es más útil. De esto último todo el mundo piensa que es una aberración, pero con el Parque Natural de Doñana, que es una catedral natural, no se ve así. Hay cosas que no tienen vuelta atrás, ni una catedral derribada pero tan poco la destrucción de este parque. No sabemos comunicar bien estos temas que no tienen que ver ni con la política, ni la ideología. No es agricultura o conservación, no es papá o mamá».

Recientemente el satélite nos ha dejado una imagen de Doñana para llorar, pero la actualidad tapa otros problemas que existen. «Pero no solo Doñana está necesitando un SOS, hay otros: el Mar Menor está desahuciado, la albufera está tocada, el delta del Ebro también. Podemos seguir: La Janda en Tarifa, El mar de campos en Castilla-león. Así que hay mucho trabajo por delante», apunta del Río. «Como el realizado en la zona de la Laguna Larga de Villacañas que hoy emerge como el oasis que es, un paisaje único lleno de vida, un refugio de fauna y flora que sirve también de atractivo turístico en la región”.

I+D+I y premios a Global Nature

Ante esa gran cantidad de trabajo cuentan con la ayuda del I+d+I. «Producimos datos conjuntamente con otras entidades para generar una ciencia aplicada. El Observatorio de Biodiversidad Agraria utiliza a los agricultores para obtener conocimientos del territorio. Trabajamos también, mediante un convenio con el Museo de Ciencias Naturales. Nosotros somos los catalizadores y vehiculamos la colaboración entre la base ciudadana y los científicos. Junto con la Universidad de Valencia tenemos el programa Humedales por el Clima ya que tienen datos desde hace 20 años con los que podemos conocer y contrastar cómo ha influido el cambio climático en los humedales. Cuando un humedal está bien conservado funciona como buen sumidero de CO2, pero si no es así se produce el efecto contrario se convierte en un emisor de gases, pasa de aliado a enemigo», dice del Río.

Vista aérea de la Laguna de Manjavacas, en Cuenca. | Fundación Global Nature

Entre sus objetivos está fomentar un mercado de CO2 para obtener fondos para restaurarlos. Además dentro de su plan estratégico está la preocupación por las nuevas situaciones que se producen en los territorios. «Estamos en momentos delicados debido a las renovables que pueden tener un gran impacto sobre el territorio y sobre todo en el mundo animal, así que necesitamos desarrollar nuevas estrategias. Ya hemos ido acumulando muchos impactos a lo largo de los siglos así que tendremos que minimizar los nuevos para que la pérdida de naturaleza no vaya en aumento, a pesar que no sea muchas veces visible».

El trabajo de esta Fundación ha sido reconocido con premios importantes en los últimos años. La Fundación BBVA en 2013 le otorgo el Premio a la Conservación de la Naturaleza. Premio que reivindican la necesidad de detener la grave crisis global de biodiversidad que está poniendo en riesgo el futuro de las nuevas generaciones. La Fundación Global Nature fue la primera entidad española en recibir el premio internacional Ramsar a la Conservación de humedales. La destrucción de los humedales fue el motivo de que en 1971 se aprobase el Convenio de Ramsar, único tratado global intergubernamental dedicado a un solo ecosistema.



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