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Este no es un ensayo sobre cómo podemos salvar a los árboles, sino cómo ellos podrían ayudarnos a nosotros. Basta con observar, prestando atención, los complejos circuitos de vida interdependiente que crean a su alrededor. Ocurre en todos los bosques del planeta. Es más, el descubrimiento más relevante de este libro es la existencia de muchos ejemplares de «árbol madre». Se trata de criaturas sociales y cooperativas conectadas por redes subterráneas a través de las cuales se comunican su vitalidad y sus vulnerabilidades, desarrollando vidas comunitarias muy parecidas a las nuestras. Hay mucho que aprender de su estilo de vida. Pero aún estamos a tiempo.
Sostiene la ecologista británica Suzanne Simard, experta mundial en ecología forestal cuyo trabajo ha inspirado a cineastas y novelistas como James Cameron (‘Avatar’) y Richard Powers (‘El clamor de los bosques’), que se hizo científica movida por el deseo de desentrañar los mecanismos secretos de los bosques y los misterios que encierran sus vínculos con la tierra, el fuego y el agua.
«Observé los bosques, los escuché», confiesa. «Fui allá donde me llevaba la oscuridad, recordé las historias de mi familia y de la gente, y aprendí de los eruditos. Paso a paso, enigma a enigma. Cuanto aprendía lo fui vertiendo en la investigación sobre qué es lo que necesita la naturaleza para sanarse».
Y el resultado de sus investigaciones, tras sus duros inicios como una de las primeras mujeres en la nueva generación de trabajadores de la industria maderera, cobra ahora forma de voluminoso libro cuyo título es En busca del árbol madre y acaba de publicar en español la editorial Paidós (con un subtítulo del todo esclarecedor: Descubre la sabiduría del bosque).
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Se trata de un ameno ensayo divulgativo que es a la vez el relato de una historia de amor por la naturaleza con un final de lo más feliz: el descubrimiento de los Árboles Madre, poderosas y misteriosas fuerzas dedicadas a conectar y sostener desde el centro del bosque a los que los rodean.
En palabras de la autora: «Una de las primeras pistas me llegó mientras intentaba acceder a los mensajes que los árboles se enviaban mediante redes fúngicas subterráneas y encriptadas. Cuando tracé el recorrido clandestino de esas conversaciones, descubrí que la red abarca la «totalidad» del suelo del bosque y conecta a todos los árboles en una constelación de centro arbóreos y enlaces fúngicos».


«De una forma totalmente inesperada», prosigue Suzanne Simard con su explicación, «un mapa algo tosco reveló que los árboles más grandes y antiguos son el origen de conexiones microrrícidas que regeneran los retoños, y que, además, están conectados a todos sus vecinos, jóvenes y viejos, y ejercen de ejes de unión de toda una jungla de filamentos, sinapsis y nodos. Reharemos juntos el viaje que reveló el aspecto más sorprendente de todo el patrón: es una red similar al cerebro humano. En esta red arbórea, los viejos y los jóvenes se comunican y se responden enviándose señales químicas. Sustancias químicas idénticas a nuestros neurotransmisores. Señales generadas por iones que se desplazan por membranas fúngicas».
Concluye su estudio esta catedrática de Ecología Forestal en la Universidad de la Columbia Británica con la certeza de que los árboles más antiguos pueden detectar los retoños de su misma especie por muy perdidos que estén en cualquier rincón del bosque. Y esos árboles veteranos cuidan a los jóvenes y les proporcionan alimento y agua, tal y como nosotros hacemos con nuestros hijos. «Es imposible descartar las evidencias científicas que lo demuestran: el bosque está conectado para saber, para sentir y para curar».
The Mother Three Project
«Cuando los Árboles Madre, los majestuosos centros de comunicaciones, protección y sensibilidad de los bosques, mueren, transmiten sus sabiduría a los suyos y, generación tras generación, comparten el conocimiento de lo que ayuda y de lo que perjudica, de quién es amigo o enemigo, de cómo adaptarse y sobrevivir en un paisaje en constante cambio. Es lo que hacen todos los padres», remata Suzanne Simard.
Y nos invita a echar un vistazo al Mother Tree Project, una investigación interdisciplinaria en las profundidades del bosque mediante la cual podremos aprender técnicas y soluciones que nos permitan mejorar la biodiversidad y formar parte de una iniciativa científica-ciudadana de carácter global y necesario. Basta con pinchar aquí y empezar de una vez por todas. ¡Empieza a ser urgente!
