Clarise Lispector reabre su jardín

Clarise Lispector reabre su jardín

Clarise Lispector reabre su jardín

Un libro-objeto recoge los breves textos que, a modo de herbario en prosa, publicó la autora de Cerca del corazón salvaje en un diario carioca a principios de los 70. En él se humaniza a las flores y las plantas dotándolas de poéticos sentimientos: los girasoles proceden de Ucrania, las violetas confiesan su enorme timidez y el cactus muestra todo su esplendor a la sombra de su esterilidad despótica


David Benedicte | Especial para El Ágora
Madrid | 18 diciembre, 2020

Tiempo de lectura: 4 min



Hay mucho, muchísimo, del herbario peripoético, íntimo y personal de Emily Dickinson entre las páginas de este De Natura Florum que Clarise Lispector publicó en 1971 en el diario Jornal do Brasil de Río de Janeiro, y en 1984 integró el volumen A Doscoberta do Mundo.

Y ya solo por eso, dejando a un lado que en este 2020 pandémico y nada celeste se cumplen los 100 años (el 10 de diciembre, para ser exactos) del nacimiento de la escritora ucraniano-brasileña de origen judío, merece la pena echar un vistazo a esta joyita con lomo que, con motivo de tal efeméride, ha publicado el sello editorial Nórdica Libros de la mano de Elena Odriozola, Premio Nacional de Ilustración, y Alejandro G. Schnetzer en materia traductora.

La escritora Clarise Lispector.

Chaya Pinjasovna Lispector, más conocida como Clarice Lispector, es considerada actualmente como una de las escritoras brasileñas más importantes del siglo XX, perteneciente a la tercera fase del modernismo, el de la Generación del 45 brasileña, con una obra de difícil clasificación.

De hecho, ella misma definía su trabajo como un «no-estilo» y sostenía que «escribir es una maldición, pero salva». Basta hojear De Natura Florum para comprender el alegato lispectoriano sobre el poder balsámico de la literatura: el libro parece estar concebido para leer y ver con todo el detenimiento del mundo, como si lo que se nos abriese entre sus páginas fuesen, en realidad, las puertas chirriantes y gigantescas del jardín secreto al que se nos acaba de invitar.

Abejas, ilustración de Elena Odriozola para De Natura Florum, la obra de Clarise Lispector recién publicada por Nórdica Libros.
Azalea, ilustración de Elena Odriozola para De Natura Florum, la obra de Clarise Lispector recién publicada por Nórdica Libros.

Erotismo y botánica

El texto, a la manera de los herbarios en prosa, se estructura a partir de 25 entradas, de las cuales las cinco primeras son definiciones botánicas generales (el néctar, el pistilo, el polen, el estambre y la fecundación), mientras que las restantes 20 se conciben como interpretaciones florales (la rosa, el clavel, el girasol, la violeta, la siempreviva, la margarita, la palma, la orquídea, el tulipán, la flor de los trigales, la angélica, el jazmín, la estrelicia, la azalea, la dama de noche, la flor de cactus, el edelweiss, el geranio, la victoria regia y el crisantemo), con una poética particular que, como ya ha quedado escrito, era más que marca de la casa en toda la obra de la inclasificable Lispector.

Ilustración de Elena Odriozola para De Natura Florum, la obra de Clarise Lispector recién publicada por Nórdica Libros.

 

Todas las definiciones de libro contienen tenues ecos eróticos que provienen de la atribución de cada flor a lo masculino o a lo femenino. ¿Pero es De natura florum un poemario al uso? Pues sí y no. Puesto que bajo la apariencia de poemas sin medida o rima aparente, lo que Lispector nos ofrece son una serie de textos que podrían a su vez ser definidos como ejercicios de prosa poética. Sin embargo, prefiere uno quedarse, como lector, con la extraña sensación de que ha sido invitado a recorrer un jardín particular en el que no hay reglas, ni etiquetas ni medidas, y donde solo queda la opción de dejarse embriagar por las palabras y los aromas que emanan de las mismas.

Aromas embriagadores

Y aquí van, a modo de muestra, tres ejemplos que, tomados al azar, dan una muestra casi completa de lo que uno puede encontrar deambulando por los nada trillados senderos de este frondoso rincón: el jardín botánico de Clarise Lispector.

Orquídea

Es hermosa, exquise y antipática.

No es espontánea; quiere una

redoma. Pero es una mujer

espléndida, no se puede negar.

Tampoco se puede negar

su nobleza; es epífita, es decir,

nace sobre otra planta pero

no obtiene de ella su nutrición.

Miento: adoro las orquídeas.

Girasol

Es el gran hijo del Sol, tanto

que nace ya con el instinto

de volver su enorme corola

hacia su madre. No importa

si el Sol es padre o madre,

no lo sé. ¿Es el girasol una flor

femenina o masculina? Pienso

que masculina. Pero una cosa

es cierta: el girasol es ruso,

probablemente ucraniano.

Dama de noche

Tiene perfume de luna llena.

Es fantasmagórica y un poco

asustadora: solo sale de noche,

con su aroma embriagador,

misterioso, silente. Es de las

esquinas solas y en tinieblas,

de los jardines de casas con

luces apagadas y ventanas

cerradas. Es peligrosa.

 

Clarise Lispector
Clarise Lispector

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