En un verano tan particular, con algunas piscinas públicas cerradas (o que tienen cupo y requieren cita previa), tramos de ríos vallados o charcas y mares con mascarilla, las instalaciones puertas adentro de los hogares han adquirido un valor único. La primera de ellas es, sin duda, el jardín y, la segunda, la piscina. De ahí que quienes hace tiempo sueñan con la natación o el chapuzón sin olor a cloro demuestren un interés renovado por las piscinas naturalizadas, con depuración biológica, que permitan adaptar el espacio privado a las virtudes de los procesos de la naturaleza.


“La purificación natural del agua es una tecnología de Adán y Eva, que al sur de Europa llegó en los años 2000, pero que en Centroeuropa (Suiza, Alemania y Austria) está extendida desde los años 60 y 70”, según lo describe Ignasi Pujol-Xicoy, experto de ARAGrup, y uno de los socios de la Asociación Piscinas Naturales, que en España reúne a especialistas, diseñadores, constructores, fabricantes de material y comercializadores de maquinaria, así como a centros de investigación y educación, y particulares.


Por ahora son unos pocos los intrépidos impulsores de esta agrupación que busca (y encuentra) soluciones basadas en la naturaleza para reproducir la purificación del agua. Quieren impulsar zonas de baño con depuración natural, aunque todavía resulten soluciones bastante alternativas en los países meridionales de Europa.
En qué se distingue de una piscina de agua clorada
A diferencia del sistema de purificación artificial (con cloración, sales u otros productos químicos), que elimina todo proceso vivo, “un sistema natural lo que hace es controlar el desarrollo de algunos procesos vivos, sin eliminar nada”, nos explica Pujol-Xicoy.
¿Cómo son las instalaciones?
En las piscinas (o estanques) de aguas naturalizadas, hay necesariamente dos zonas: una de baño y otra destinada a los procesos de filtración. Ambas están conectadas por una tubería y un sistema de bombeo que permite la circulación del agua. En la zona de filtración se encuentran las piedras y el jardín acuático, con plantas (juncos, cálamo, jacintos y nenúfares) que limpian el agua que llega. En esta zona puede haber peces y pequeños insectos que cumplen su función natural.


¿En qué consiste la purificación?
“Principalmente se busca controlar los nutrientes que dan vida al agua. Si hay muchos nutrientes, hay mucho desarrollo biológico. Controlando nutrientes se reducen los organismos en el agua”, asegura el especialista de Aragrup.
¿Molestan las algas?
“Que no haya algas en un sistema natural es imposible, pero se intenta reducirlas al máximo, con plantas que quitan algunos nutrientes”, nos dice Pujol-Xicoy. Sabemos que parte de la flora acuática se controla revisando los niveles de fósforo, también el oxígeno y el nitrógeno, de modo que “haya un equilibrio que sea favorable” al agua cristalina.


¿Con qué fauna debería convivir el bañista?
“La fauna de un sistema natural es positiva (habrá pájaros, o ranas, en un entorno más rural). Pero reduciendo la comida, no vamos a crear un zoológico”, ironiza el experto. Si hay batracios, “para el verano ya se habrán ido”, asegura, aunque agrega que lo que más preocupa a la gente son los mosquitos, cuya población, a su vez, controlan otros insectos del ecosistema.
¿El agua se cambia o se recicla?
No hay impacto en cuanto al uso de recursos naturales. Si el sistema funciona correctamente, solo habrá que reponer el agua que se evapora, por lo que no hay un gasto adicional de agua.


Un espacio para la creatividad y la tecnología artesanal
“En procesos naturales, cada uno utiliza su sistema. Un sistema con purificación natural conlleva más trabajo manual y es difícil que haya dos iguales. Hay algunos que están más basados en elementos artificiales, con más bombas y filtros externos; hay otros procesos de filtrado que con gravas y plantas se pueden alcanzar. Es una tecnología que tú te puedes hacer solo, con ayuda de internet. Aquí hay autoconstrucción”, nos informa Pujol-Xicoy.
¿Es posible extender esta tecnología de purificación natural a las instalaciones públicas?
“Por ahora, no está generalizada. En las regiones de Europa con una sensibilidad mayor hacia el medio ambiente ya hay más de mil piscinas de uso público con sistemas de aguas naturalizadas, sin cloro (en Alemania, Austria, Suiza, Francia, Dinamarca y Suecia). A nivel público, en la legislación española aún se exige tener cloro residual en el agua. Eso sí, se podrían recabar los parámetros biológicos de las aguas continentales, lo que permitiría comparar estas aguas naturalizadas con las de un río o un lago. En Cataluña estamos empezando a tramitar esos permisos para hacer obras de uso público. Pero el mercado es pequeño aún y los procesos son lentos”, concluye el especialista.