El respeto por la naturaleza y el deporte se unen más que nunca para crear el plogging. Un movimiento que nace no solo para aprovechar los clásicos beneficios que aportan las actividades físicas, sino también para cuidar el medio ambiente y los ecosistemas.
¿Cómo es posible esta combinación? Erik Ahlström es quién tiene la respuesta. Este sueco amante del deporte explica que todo empezó hace pocos años mientras se desplazaba a su zona de trabajo en su país natal: “Detestaba ver los desperdicios tirados por las calles, por lo que un día decidí recogerlos”.
La sensación que obtuvo al recoger residuos en los lugares por los que pasaba fue agradable, así que poco a poco fue incorporando ese hábito en sus rutinas diarias y atrayendo a sus círculos de amigos. En poco tiempo, este ejercicio que mezcla el acto de correr con el de recoger basura se popularizó hasta convertirse en lo que se conoce hoy como plogging o plogga, en sueco.
Los beneficios del plogging
Uno de los aspectos por los que el plogging tiene tanta acogida es por los beneficios que este acarrea para el ambiente y las personas.
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Desde el punto de vista ambiental, la plataforma Zero Emissions Objective (ZEO), una entidad sin ánimo de lucro que pretende concienciar y ayudar a reducir al máximo las emisiones de dióxido de carbono, subraya que esta actividad es un primer paso para frenar el cambio climático. “Es una acción pequeña, pero tangible, que ayuda a mantener los entornos limpios y a reducir las emisiones de CO2 al poder reciclar los residuos que se recogen”, explica la entidad.
En cuanto a las personas, el plogger catalán Lluís Riba declara que esta actividad es mucho más que correr: “En el plogging no solo tienes que correr, sino que tienes que agacharte, recoger la basura, llevar el peso de la bolsa… haces mucho más de lo que se piensa”. La mayoría de ploggers calculan que en unos 30 minutos de práctica se pueden llegar a quemar unas 300 calorías.
El plogging en España
En España, personas como Lluís Riba fueron las pioneras en transmitir esta actividad y en conocer que no eran los únicos que llevaban realizándola desde hace tiempo. “Yo empecé a recoger basura mientras corría. Después averigüé que lo que estaba haciendo ya se había patentado en Suecia, así que empecé a indagar más en esa actividad y a colaborar para darlo a conocer”, explica.
En concreto, Riba comenzó a trabajar junto a la plataforma ZEO, y ambos lograron llevar a cabo tres eventos en los que han recogido varios cientos de kilos de basura. “En la última trobada (nombre con el que denominan a las quedadas de plogging) recogimos 270 kilos de desperdicios entre los 40 voluntarios”, destacan.


Además de ellos, ZEO explica que en España existen otros focos de plogging, como en Valencia, y otras entidades que están organizando eventos parecidos a los suyos, como la Ultra Clean Marathon. No obstante, exponen que “lo que más abundan son grupos pequeños de unas cinco personas que quedan a través de redes sociales”.
Falta de conciencia
No obstante, a pesar del aparente éxito de estas quedadas, la visión que tiene el plogger y la plataforma es exactamente la contraria. “Que nosotros seamos los responsables de recoger toda esta basura es un síntoma de que algo está fallando en nuestra sociedad”, subraya Lluís Riba. Considera que la mayoría de las personas tienen una mentalidad centrada en la contaminación y les da igual el medio.
Sin embargo, según el plogger y la plataforma, los ciudadanos no son los únicos responsables, sino también algunas instituciones al “no querer mojarse mucho en estos temas y aportar su granito de arena”.
El futuro del plogging
Para ellos, es imperioso que el plogging sufra una remodelación “para que no se quede en una simple moda”. Una remodelación que pasa necesariamente, según ellos, por otorgar a esta de un plus de competición.
Y en eso es en lo que andan trabajando ahora. La plataforma ZEO explica que para su próximo evento quieren introducir este elemento a través de un sistema de variables que determinen tu posición en el ranking final: “Se puede medir, por una parte, el tiempo que se tarda en realizar el recorrido y, por otra, la cantidad de basura que se recoge”.
Además de estas ideas, ambas partes están de acuerdo en que también es necesario que las empresas privadas y administraciones públicas se involucren en el plogging ya que “ellos tienen el dinero y el poder de influencia como para convencer y convocar a la gente”.
Sin embargo, estas son solo ideas. Ahora son las personas las que tienen la responsabilidad de contribuir a ganar la única carrera que importa: la de la lucha contra el cambio climático.
