Tecnología contra el desperdicio de comida en España

Apps para no tirar alimentos

Apps para no tirar alimentos

Poner en contacto a comercios con excedentes de comida y personas interesadas en consumirla. Es el objetivo de nuevas aplicaciones móviles que están resultando todo un éxito a la vez que reducen el desperdicio alimentario, una de las principales fugas de la economía circular


Mónica Timón
Madrid | 11 octubre, 2019

Tiempo de lectura: 5 min



Cualquier día de diario. Son las 21:30 y el rugido de tu estómago empieza a hacerse notar nada más sentarte en el sofá. Vas a la cocina, abres la nevera, pero el panorama no es muy alentador. Mientras, en la panadería de la esquina, la dueña hace balance de todo lo que no ha vendido hoy y se lamenta por tener que tirar, un día más, varios kilos de comida a la basura.

Estas dos escenas se repiten diariamente en la vida de una ciudad. La mayor parte de los comercios acaba la jornada con excedentes de comida y, al no poder darles salida, termina por tirarla. El desperdicio de alimentos en España se cuenta en millones, exactamente 7,7 millones de toneladas al año, siendo el séptimo país de la UE que más comida desaprovecha, según datos de la Comisión Europea.

Una solución al alcance de nuestra mano

La tecnología facilita nuestro acceso a la información, nuestras compras e incluso nuestras relaciones personales y ahora también nos da la posibilidad de salvar comida en buen estado a través de varias apps móviles.

Estas aplicaciones son el lugar de encuentro virtual entre establecimientos -restaurantes, hoteles, supermercados- que quieren dar salida a ese excedente diario y usuarios que acceden a una gran variedad de comida a precio reducido, evitando que acabe en el contenedor. Todo tiene cabida en estas herramientas, desde frutas y verduras o bollería hasta platos elaborados, como paellas o ensaladas.

Desperdiciar alimentos en buen estado es una práctica común en hogares y restaurantes de todo el mundo, como sostiene la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en sus informes. Sus datos apuntan a que un tercio de todos los alimentos que se producen a nivel mundial acaba en la basura, lo que equivale a unos 1.300 millones de toneladas desperdiciadas cada año. Una paradoja en un mundo donde una de cada nueve personas, más de 820 millones, padecen hambre.

Aunque esa gran cantidad de alimentos se pierde a lo largo de toda la cadena de suministro, en la UE los hogares son responsables de casi la mitad de su desperdicio, como recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por tanto, en la mano de los consumidores está también ayudar a reducir el impacto que ocasiona la pérdida de alimentos en el medio ambiente, que incluye el gasto de agua, de recursos o la emisión de gases de efecto invernadero.

Estas aplicaciones son el lugar de encuentro virtual entre establecimientos que quieren dar salida a ese excedente diario y usuarios que acceden a una gran variedad de comida a precio reducido, evitando que acabe en el contenedor

De esa idea nace la app Komefy, que pretende promover un cambio de consumo social para mejorar esta situación de derroche alimenticio, asegura a El Ágora su portavoz, César Moruno. A través de esta start-up española, más de 100 establecimientos -de momento solo operan dentro de la madrileña M-30- ofrecen hasta 220 productos diferentes que no han vendido durante el día, evitando así que acaben convertidos en desechos.

Su funcionamiento es sencillo: los comercios suben a la herramienta el excedente de producto a mitad de precio y los usuarios eligen los alimentos que ‘salvan’ del contenedor. Moruno afirma que su objetivo es “despertar la conciencia de los consumidores y facilitarles el acceso a un nuevo modo de consumo más responsable y sostenible”. La propia app es “100% sostenible por su modalidad para llevar, que pretende evitar cualquier emisión de gases contaminantes”, añade el portavoz.

Gracias al compromiso social, “la merma se convierte en una llamada de atención para el cliente” que “disfruta de productos muy apetecibles, puede encontrar nuevos sitios, cubrir sus necesidades y aportar su granito a evitar el derroche de alimentos”, continúa Moruno. Esta aplicación móvil ofrece al usuario “un arma más para luchar contra este problema y hacerlo de una forma gratificante”, asegura.

Una guerra contra el desperdicio

Cada madrugada, Paloma de Blas, gerente adjunto en la Confitería Camilo de Blas (Oviedo), hornea en su obrador centenario una gran variedad de pasteles y bollos. En esta confitería asturiana, “tenemos una filosofía de producción diaria y, al final de la jornada, muchos productos en buen estado se pierden por no haberse vendido”, lamenta De Blas en conversación con este diario.

Hace un año que su confitería forma parte de Too Good To Go, otra app que ha declarado la guerra al desperdicio de alimentos.

Este establecimiento ‘salva’ entre uno y tres packs de comida al día, que tendrían un precio aproximado de venta en el establecimiento de 12 euros, pero que los usuarios pueden comprar por poco más de un tercio: 4,5 euros. En el caso del comercio de Paloma, “no tiene una repercusión muy importante en términos económicos, pero es una manera de no perder el 100% de la inversión y repercute positivamente en el planeta”. Con lo que incluyen en estos packs, “logramos cumplir el objetivo de no tirar nada”, asegura.

La Confitería Camilo de Blas es uno de los más de 1.600 establecimientos que se han sumado a Too Good To Go en 20 provincias españolas. En poco más de un año de funcionamiento en nuestro país, sus usuarios han ‘salvado’ cerca de 260.000 packs de comida. A nivel europeo, donde el movimiento empezó en 2016, ya cuentan con más de 13 millones de usuarios y 29.000 establecimientos adheridos.

Lorena utiliza la app en Barcelona y cuenta a este medio que le sedujo la posibilidad de “evitar que se tirara tanta comida al día y, a vez, ahorrar un poco de dinero”. En el caso de Too Good To Go, el contenido de estos paquetes siempre es sorpresa ya que depende del excedente que cada día tienen los establecimientos. El primer pack que ‘salvó’ Lorena fue en una panadería de su ciudad y contenía varios croissants, un trozo de tarta de manzana, un sándwich y un bollo. “Al final tuve desayuno para varios días por 3 euros”, asegura.

Coincide con esa opinión María, que comparte su experiencia en una frutería cercana a su domicilio. Por 3 euros, se va a casa con un pack de fruta variada “en perfecto estado”, que incluye uvas, manzanas, tomates y mandarinas. Esta joven estudiante considera una ventaja el “ahorro económico”, a lo que se suma “una necesaria conciencia medioambiental y un consumo responsable”.

Para Carlos García, portavoz de Too Good To Go, los establecimientos y los usuarios se benefician con el uso de la app pero, ante todo, “sale ganando el medio ambiente”. “No somos conscientes de todo lo que se pierde y del impacto que tiene tirar comida”, lamenta. Y es que la comida es mucho más de lo que vemos en nuestro plato. Con cada alimento que se tira al cubo de basura se pierden también las materias primas, el agua, la energía, el suelo, la mano de obra y otros recursos naturales empleados para producirlo. No tirar comida es, a su juicio, “una manera de aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos y un gesto a favor del planeta”.



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