Hacer turismo está de moda. Según la Organización mundial del Turismo (OMT), durante los últimos 10 años el número de turistas ha aumentado de una forma nunca vista, sobre todo en la región europea. Esto puede ser bueno para las economías de los países que ven incrementados sus ingresos, pero nefasto para la salud del planeta, que tiene que asumir los costes ambientales de esos viajes.
Por ejemplo, el avión, medio de transporte preferido por los turistas según la OMT, posee una huella ecológica por persona similar a la causada por un motorista durante dos meses. En otras palabras, un vuelo de ida transatlántico de París a Nueva York en clase turista genera unos 381,58 kilogramos de CO2, de acuerdo con la calculadora de emisiones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Como respuesta a este excesivo consumo de turismo insostenible, durante los últimos años ha surgido una tendencia que tiene como misión ofrecer todos los beneficios que puede ofrecer el turismo convencional, como gastronomía, cultura o diversión, pero pensando en la salud del planeta: el ecoturismo.


Según el ministerio para la Transición Ecológica, el ecoturismo “comprende todas aquellas actividades de contemplación, disfrute o conocimiento del medio natural, con diferente grado de profundidad, y en la que se pueden realizar actividades físicas de baja intensidad sin degradar los recursos naturales”.
En ningún caso, recuerda, hay que confundirlo con el Turismo de Naturaleza, ya que el ecoturismo es una actividad nacida dentro de ese turismo más amplio.
“El Turismo de Naturaleza es un modelo que contribuye a la puesta en valor de la riqueza natural de un país, promueve un desarrollo socioeconómico equilibrado e impulsa la generación de ingresos y empleo, sin menoscabar la biodiversidad, mejorando su gestión y conservación”, define el ministerio.
Así pues, dentro de la modalidad del ecoturismo, se podrán realizar distintas actividades, como visitas guiadas, observación e interpretación de la naturaleza e, incluso, turismo científico, siempre acompañado de expertos en la materia, tal y como recuerda José Luis Ribera, propietario de Ecowildlife Travel, una agencia que impulsa el turismo sostenible.
La necesidad de un cambio
“El ecoturismo no surge tanto como una respuesta, sino como una necesidad. La Tierra está muriendo lentamente debido al incontrolable consumo de las personas”, apunta José Luis Ribera.
Para este experto en ecoturismo, el cambio climático se está convirtiendo en un riesgo para la preservación de los tesoros culturales y naturales que poseen la Tierra y de los que se nutre el turismo: “Las zonas que antes eran altamente turísticas, ahora ya no lo son”, añade.
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Por ello, José Luis Ribera apela a la necesidad de un cambio que transforme el turismo de masas actual en otro mucho más sostenible basado en el respeto en la naturaleza, que se pueda practicar durante todo el año y donde las zonas rurales sean las protagonistas.
“Las personas están acostumbradas a viajar a lugares exóticos a la otra punta del mundo sin pensar en el coste medioambiental que eso supone. Pero lo que ellos no saben es que pueden desplazarse hasta allí de una forma sostenible, o lo que es mejor, descubrir que cerca de ellos existen parajes que nada les tienen que envidiar a aquellos tan lejanos”, explica.
Parques Naturales españoles, destinos ejemplares
¿Qué lugares son los más idóneos para practicar el ecoturismo? Esta es una pregunta que, según Amanda Guzmán, miembro de la asociación de ecoturismo de España, muchos turistas sostenibles se hacen antes de comenzar su aventura dentro de este mundo.
Para ella, la respuesta es compleja, ya que prácticamente toda la geografía de la Tierra, y la de España sobre todo, es apta para practicar este turismo. Sin embargo, para simplificar más las cosas, la experta en ecoturismo especifica que zonas de La Red Natura 2000 y los Parques Naturales son los destinos idóneos para comenzar.
El Parque Nacional de Sierra Nevada, el Parque Nacional de Monfragüe o el Parque Nacional del Delta del Ebro son algunos claros ejemplos de lugares que posee España para practicar ecoturismo.
“Estas regiones son los últimos reductos de la naturaleza que no han sido altamente alterados por el hombre y, por tanto, los lugares idóneos para concienciarnos de la importancia de la naturaleza, así como las regiones perfectas para observar toda la belleza que puede ofrecer el medio”, concluye.


