“Fortnite es la nueva droga de los jóvenes”. Así de tajantes se han posicionado algunos medios para mostrar la gran influencia que el juego de Epic Games ha cosechado entre los adolescentes. Una expresión algo exagerada, pero no alejada de la realidad de un videojuego que, más que ser un título normal, se ha vuelto en un canal de comunicación.
Marvel Studios, por ejemplo, ha hecho uso de este juego para poder promocionar las dos últimas películas de Los Vengadores a través de dos eventos que han causado un gran éxito entre los fans y los jugadores habituales. Visto esto, ¿es posible utilizar los videojuegos como un canal más para transmitir, por ejemplo, mensajes que conciencien sobre el cambio climático?
Para Tania Ouariachi Peralta, doctora en Ciencias Sociales en la Universidad de Granada miembro del Grupo de Investigación Acceso y Evaluación de la Información Científica, esto es más que posible.
“Existe una necesidad urgente de buscar nuevas estrategias para fomentar la concienciación y la acción social capaces de conectar con la llamada generación interactiva, quienes han crecido en un mundo rodeado de ordenadores, Internet o videojuegos”, explica la experta.
“El cambio en la forma de interactuar requiere revisar los paradigmas educativos existentes y caminar hacia nuevos formatos educomunicativos que faciliten una interacción natural entre persona, interfaz y entorno. Los videojuegos en general, y los juegos en línea en particular, ofrecen esa posibilidad inagotable de alfabetización científica y ambiental de las nuevas generaciones de jóvenes”, añade.
Sin embargo, a pesar del potencial que pueden llegar a tener los videojuegos, no son muchos los desarrolladores que se lanzan a la piscina e introducen temáticas medio ambientales en sus producciones. Aunque existen algunos estudios independientes y publishers más reconocidos que han decidido dar el paso adelante y abordar estas temáticas. Estos son algunos ejemplos.
Earthgames
Este, más que una desarrolladora, es una plataforma o comunidad en la que investigadores, creadores de videojuegos y estudiantes “trabajan para adaptar los últimos trabajos científicos en títulos virtuales o juegos de mesa para inspirar a los usuarios sobre el mundo natural y el papel humano dentro de él”.
Fundada en 2015 por un grupo encabezado por el ecologista Josh Lawler, la plataforma alberga más de una decena de simples videojuegos, entre los que destaca Climate Quest. Este título “retro”, por sus gráficos en 8 bits y banda sonora al estilo de los clásicos juegos de Nintendo, pone al usuario en la piel de uno de los posibles cuatro científicos que el título da a elegir: un planificador urbano, un ecólogo, un científico agrícola o un científico climático.


Con el personaje ya en sus manos, el jugador tendrá como misión salvar a los Estados Unidos de distintas catástrofes, basadas en datos del US National Climate Assessment, que irán ocurriendo a lo largo de los diez minutos que dura el juego.
Este juego, que debutó en el Museo Smithsonian en el 2016, fue galardonado en el Climate Game Jam, un evento patrocinado por la Casa Blanca, NOAA y el Smithsonian. Ahora, los usuarios pueden seguir disfrutando de él a través de los dispositivos Android e iOS.
ECO
Dentro de la línea de los desarrolladores independientes, tal vez el juego que más destaque dentro de las temáticas medio ambientales es ECO, un título que, tal y como dejan ver sus creadores en Twitter, está pensado para concienciar sobre la fragilidad de los ecosistemas.
En este título, el jugador se pone en la piel de una persona que tiene como misión levantar una civilización desde cero. A través de la construcción de nuevos edificios e investigación de nuevas tecnologías, el jugador podrá ir avanzando en su tarea. Sin embargo, tendrá que tener en cuenta que el ecosistema tiene un límite y si no es respetuoso con él, lo destruirá. Por eso, a medida que avance en su tarea, tendrá que ir adoptando nuevas políticas y medidas para lograr el perfecto equilibrio entre la economía, ecología y gobierno.
“Cada organismo en Eco existe como parte de una detallada simulación; una perturbación en una sola especie puede tener efectos en cascada a lo largo de todo el planeta. Si se talan todos los árboles, los hábitats para las criaturas serán destruidos. Si se contaminan los ríos con desechos de la minería, se envenenarán tus granjas y sucumbirán. El ecosistema provee los recursos que tú y tu comunidad necesitan para hacer frente al meteorito. Controla la contaminación, los desechos de minería, la caza y el uso de recursos para equilibrar tu efecto en este sistema”, expone su página en Steam.
Actualmente este título se encuentra en estado de beta ya que sus desarrolladores esperan que el juego siga avanzando, pero no solo en temas jugabilidad o arreglo de errores, sino pretenden que ECO se convierta en un ejemplo de esta nueva manera de aprendizaje a través de los videojuegos
“Creo que la integración de los juegos en la educación es una parte importante de la respuesta a los problemas que enfrenta el sector educativo. Los juegos responden a la pregunta de ‘por qué necesito aprender esto’ al proporcionar mundos compartidos y colaborativos donde se necesitan las habilidades que aprenden para tener éxito. En lugar de proporcionar conocimiento en bruto, proporcionan una necesidad para aprender, y los recursos que el sistema educativo existente les proporciona para recuperarlo (maestros, libros, internet) de repente se vuelven esenciales y relevantes para sus vidas, y por lo tanto son interesantes y deseados. El conocimiento es infinitamente más útil para la persona cuando se tira de él que cuando se empuja”, explica uno de sus desarrolladores en la página web oficial de ECO.
Civilization VI y los grandes juegos de construcción de ciudades
Tal vez sean los grandes desarrolladores los que introducen menos la temática medio ambiental dentro de sus creaciones. Sin embargo, son cada vez más los que se lanzan a la piscina e intentan introducir estas mecánicas en ellos.
Civilization VI es uno de ellos. En concreto, en su último DLC Gathering Storm. Aquí el título de Firaxis introduce nuevas mecánicas basadas en el clima que, sobre todo, harán acto de presencia a partir de la era industrial. En ese momento, donde el carbón y otros combustibles se vuelven imprescindibles para continuar el desarrollo, el usuario tendrá que empezar a reducir las emisiones de CO2 al ambiente para evitar las consecuencias del cambio climático, como las sequías o la subida de los niveles del mar.
Además, el DLC añade también un nuevo tipo de victoria y presiones internacionales, relacionadas con el apartado anterior, que tendrán que ser gestionadas en los Congresos Mundiales que se organizarán de forma periódica en las últimas fases del juego.
Civilization: Call to Power
Sin embargo, esta no ha sido la primera vez que la saga de Civilization veía algo así en alguno de sus títulos. En 1999, Civilization: Call to Power, el precursor de este juego, que por aquel entonces estaba bajo los mandos de Activision, ya introducía estas mecánicas relacionadas con la contaminación.
Además del juego de Firaxis, existen otros más conocidos que tratan estos temas. Los famosos Sim City son un claro ejemplo de cómo crear la perfecta ciudad sostenible. No obstante, Cities Skylines, su más directo rival, con sus incontables mods, llevó la gestión ecológica a otro nivel a partir de marzo de 2015. Así pues, en el título de Paradox se permite al jugador controlar, incluso, recursos tan importantes como los hídricos.
Cities Skylines obliga al jugador a ser consciente de que el respeto del entorno es una tarea tan importante como la buena gestión de la economía de la ciudad
Lo mismo pasa con la calidad del aire y flora de alrededor: si las fábricas son muy contaminantes acabarán por destruir el ecosistema. En este sentido, obliga a ser conscientes de que el jugador debe progresar para encontrar energías renovables o limpias que ayuden al correcto funcionamiento de la ciudad.
Otras alternativas a la creación de videojuegos
Si no puedes vencerlos, únete a ellos. La creación de videojuegos puede ser una tarea que puede acarrear un gran consumo de recursos. Por ello ¿no sería mejor coger un juego de moda como percha e introducir los mensajes climáticos en ellos?
La Universidad Tecnológica de Texas, en este sentido, tuvo una idea similar. La institución creó un canal de Twitch y otro de YouTube en el que Henri Drake, estudiante graduado del MIT, y sus colegas juegan a títulos de moda o que tratan estos temas, como Fortnite o Civilization VI, mientras discuten con los espectadores sobre temas climáticos.
De momento, ambos canales poseen menos de 20 vídeos y parecen estar abandonados, pero, sin duda, es un ejemplo de alternativa para expandir y concienciar sobre los temas medio ambientales que afectan a la sociedad actual.
A pesar de no ser tan visibles como otros, estos títulos existen. Ahora, según Tania Ouariachi, el reto común al que estos distintos videojuegos tienen que hacer frente es el de “hacer que el usuario traspase el mundo de la ficción, mostrando que lo que han vivido a través del juego es una realidad y que las acciones que han experimentado ofrecen soluciones reales al problema del cambio climático”.
