

Según la psiquiatra norteamericana Lise Van Susteren, el costo psicológico cada vez es más claro, pero se está pasando por alto. Veo un creciente número de síndrome de Casandra climático, personas paralizadas por pensamientos de daños futuros, sufriendo de respuestas pre-traumáticas, porque saben que el mundo no está escuchando las advertencias con la responsabilidad suficiente.
¿Qué podemos hacer? Los profesionales de la salud mental ayudan a la gente a enfrentar la realidad, porque sabemos que vivir en la negación puede arruinar la vida de una persona. Mientras se revela la crisis climática, vemos a personas cuya rabia, ansiedad y depresión –causada por los errores de la generación previa- les impiden desarrollar sus vidas productivamente.