Mayo llega volando tras un abril de aguas mil - EL ÁGORA DIARIO

Mayo llega volando tras un abril de aguas mil

Bienvenidos a la Nueva Sintonía del Agua, un espacio en el que les invitamos a navegar en el mundo acuático para descubrir todas las curiosidades que encierra el elemento natural por excelencia, el agua. Si están listos comenzamos la inmersión…


Iniciamos este repaso semanal dando la bienvenida al mes de mayo, ese mayo florido y hermoso, y despedimos a un abril lluvioso y loco en lo meteorológico que nos ha dejado menos aguas mil de lo deseado y parte de esa agua en forma de pedrisco y heladas que tanto daño hacen a un campo a punto de regalarnos sus mejores frutos.

Un mes de abril que marca el ecuador del año hidrológico, que en sus seis primeros meses arroja unas cifras acumuladas de precipitaciones un 6% menores que la media de este período. En algunas zonas las lluvias han descendido hasta un 75% respecto a otros años.

Con estos datos los embalses volvieron a perder agua esta última semana pese a las lluvias y cayeron hasta el 60,9% de su capacidad total.

¿Por cierto, sabían que en España tenemos más de 1.200 grandes presas y entre ellas algunos de los embalses más grandes de todo el continente europeo?

 

España es un país lleno de embalses. Algunos de ellos esconden misterios bajo sus aguas. El más grande de España es el Embalse de La Serena, en la provincia de Badajoz. Esta acumulación de agua es, a su vez, el tercer embalse más grande de Europa por detrás de las presas de Alqueva (Portugal) con capacidad para 4.150 hm³, y la de Kremasta (Grecia), con 3.800 hm³.

Embalse de la Serena (Badajoz).

Toda esa agua de La Serena podría servir para abastecer a Extremadura durante más de 30 años, sin embargo, además del líquido elemento, el embalse cuenta con una central que ayuda a sostener la segunda mayor fuente de energía renovable de nuestro país: la hidroeléctrica.

También en Extremadura se encuentra el segundo embalse más grande de España, el embalse de Alcántara, que en el momento de su edificación a finales de la década de los 60 se convirtió en el embalse más grande de toda la Europa occidental.

En la actualidad, el embalse ocupa una superficie de 10.400 hectáreas y tiene una capacidad de 3162 hm3, aunque lo más curioso es que todas esas aguas acabaron por inundar algunos de los vestigios humanos más representativos de la zona, como poblados enteros e, incluso, fortalezas.

La Torre de Floripes es una de las huellas más representativas que se puede ver “nadando entre las aguas”. De origen árabe, la fortaleza en la que se sitúa la torre se construyó para proteger la Vía de la Plata que solo se puede ver cuando el nivel del agua baja.

Día Mundial del Trabajador, en el sector del agua urbana

Diciendo adiós al mes de abril nos topamos con mayo que empieza por todo lo alto celebrando el día Internacional del trabajador. Una de las conmemoraciones más significativas en el mundo por lo que el trabajo representa para la dignidad de las personas.

Toda una fiesta enturbiada por el contexto pandémico que se ha llevado en todo el mundo más de 255 millones de puestos de trabajo.

Resiliencia y transformación son dos de los mantras que en el ámbito laboral se han marcado a fuego durante los últimos doce meses. El teletrabajo, la distancia social, los nuevos protocolos de salud y prevención de riegos que han acompañado la pandemia han cambiado la forma de trabajar y las relaciones laborales y sociales.

Bien lo saben en el sector del agua urbana, uno de esos colectivos esenciales que, desde los primeros días de la pandemia, y a pesar del miedo, se han mantenido al pie del cañón garantizando un servicio esencial que ha amortiguado el impacto de la enfermedad garantizándonos el agua en los grifos de todos los hospitales, residencias y hogares de los ciudadanos en todos los rincones de España. Unos trabajadores que entendieron que no podían dejar a nadie sin agua cuando estaba en juego la salud de todos.

Y así nos lo contaba el representante sindical Gustavo Vargas que reivindica una respuesta a ese compromiso con la sociedad para dotarles de formación calidad en el empleo y el reconocimiento como colectivo prioritario para la vacunación frente a la covid-19 de manera que puedan seguir garantizándonos algo tan esencial como agua potable de calidad.

Día mundial del atún

Con mayo también llegó el gran día de una de las especies oceánicas más veloces y curiosas: el atún.

Las especies de atún, más de 40 diferentes repartidas por el Atlántico, Indico, Pacífico y Mediterráneo representan el 20% del valor de la pesca marítima y más del 8 ciento de todos los productos del mar que se comercializan en el mundo.

El año pasado se convirtió en un gran aliado durante la pandemia y en uno de los peces más amenazados ante el exceso de demanda. Según las últimas estimaciones, el 33,3% de las poblaciones de las siete especies principales de atún están explotadas a niveles biológicamente insostenibles.

Actualmente existen 96 países involucrados en la conservación y gestión del mercado del atún, el cual genera un valor anual de 10 mil millones de dólares, y la FAO cuenta con proyectos que están dando resultados positivos en la lucha contra la sobrepesca de atún.

Uno de los Icono de nuestros mares es el atún rojo, puede llegar a medir hasta cuatro metros y alcanzar pesos récords superiores a los 600 kilos. Pasa su vida entre el Atlántico y el Mediterráneo, a donde acude para reproducirse, y se distingue del resto de especies de atunes por su capacidad de adaptarse al entorno. Cuando las temperaturas del agua se enfrían, es capaz de incrementar su temperatura corporal para aclimatarse con mayor facilidad.

En sus viajes, los atunes recorren distancias de hasta 50 kilómetros diarios, a una velocidad de crucero de siete kilómetros por hora. Sin embargo, en distancias cortas, cuando se ven acosados por depredadores o cuando aceleran para capturar a otros peces pueden alcanzar los 70 kilómetros por hora, lo que los convierte en uno de los peces más rápidos del mundo, solo por detrás del pez espada (Xiphias gladius) y de los peces vela o marlines (Istiophorus spp.)

Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales

Bomberos en el incendio que asoló Tamadaba en agosto de 2019.

Esta semana tenemos otra cita importante con nuestros bosques. El 4 de mayo se celebra el Día Internacional del Combatiente de Incendios Forestales para concienciar a la población de la importancia de evitar estos desastres forestales que suponen la pérdida de biodiversidad y, en algunos casos, la muerte de quienes luchan por extinguirlos.

El cambio climático que azota el planeta crea un caldo de cultivo para la proliferación de los incendios forestales. Se producen como consecuencia del cambio de temperaturas, de la escasez de agua y, evidentemente, de la acción del hombre.

Es importante entender que estos desastres naturales ocurren, en muchas ocasiones, por el efecto de la acción del hombre sobre el medio. Acciones como no apagar una fogata correctamente, tirar una colilla por la ventanilla del coche o dejar objetos de vidrio sobre la vegetación son algunas de las causas antrópicas de los incendios forestales. Estos descuidos son altamente evitables y es nuestra responsabilidad cuando estemos en un entorno natural.

Aunque quedan poco más de mes y medio para que comience la temporada de incendios forestales en España, abril y mayo no han estado faltos de llamas, especialmente en el norte de la península.


El año pasado se produjeron 7.158 siniestros de los cuales 4.750 fueron conatos (67%) y 2.408 incendios (33%). Se registraron 17 grandes incendios (GIF), de más de 500 hectáreas, destacando el de Almonaster la Real (Huelva) con una superficie forestal afectada de 12.101,35 ha y el de Cabezuela del Valle (Cáceres) con 4.118,78 ha.

Esta cifra supone una reducción del 30% respecto a la media del último decenio, que se sitúa en 10.167 siniestros. Esto lo convierte, por ahora, en el segundo mejor año del último decenio en cuanto a menor número de siniestros tras 2018.

Ahora que se terminan las restricciones a la movilidad que establecía el estado de alarma y con las ganas que tenemos de naturaleza es el momento de reflexionar acerca de este dato: el 95% de los incendios forestales son producidos por la mano del hombre, siendo dentro de estos los principales escenarios fogatas y colillas de cigarrillos mal apagadas, el abandono de tierras, la preparación de áreas de pastoreo con fuego.


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