Las aves, como todos los animales de sangre caliente, sudan, pero lo hacen de una manera diferente a los mamíferos, gracias a unas bolsas que llevan en su cuerpo, llamadas sacos aéreos, que les sirve para la evaporación del agua corporal cuando aumenta la temperatura



Los humanos sudamos y los animales también. Todas las especies de sangre caliente regulan su temperatura con la evaporación del agua corporal. Pero en el caso de las aves es diferente. Los pájaros cuentan con unas bolsas denominadas sacos aéreos situadas alrededor del cuerpo que les ayudan a bajar su temperatura gracias a la evaporación de líquidos.
Los pulmones de las aves están conectados con estos pequeños espacios. Los sacos proporcionan a nivel interno una superficie de evaporación corporal más amplia que la de los pulmones en los mamíferos.
Las bolsas están localizadas en las zonas del cuello, del tórax y los abdominales y suman nueve en total. Estos sacos están rodeados de vasos sanguíneos con paredes muy finas que son dilataciones de la membrana bronquial.
Los sacos se vacían de aire con cada espiración e inspiración. Su misión además es aumentar la ligereza de las aves cuando vuelan ya que en esta acción aumenta su respiración y su temperatura por el esfuerzo.
