La reducción del número de vuelos ha provocado que los aviones registren una menor cantidad de datos esenciales que se utilizan en la elaboración de proyecciones meteorológicas. La privatización total de esa información podría acarrear un error de hasta el 15 % en la exactitud de las previsiones diarias



En principio, los aviones pueden parecer simples vehículos para el transporte de personas o productos, pero lo cierto es que muchos estos artefactos voladores tienen una función secundaria de gran importancia para el día a día de las personas: la recogida de datos meteorológicos.
El Centro europeo para pronósticos meteorológicos de mediano alcance (ECMWF) destaca que gracias a ellos podemos obtener valiosos datos sobre temperatura y viento, y en algunos casos incluso acerca de la humedad o turbulencias presentes a grandes altitudes.
“Tales observaciones hacen una contribución importante y creciente a la calidad de los pronósticos del tiempo. Junto con otros datos, ayudan a estimar el estado de la atmósfera en el inicio de la elaboración de los pronósticos”, destacan desde la institución.
No obstante, estos datos no se han salvado de la pandemia. Según el organismo, una de las consecuencias de la pandemia de COVID-19 ha sido la disminución del número de vuelos a nivel global, reduciendo, por tanto, el número de observaciones.
Solo en marzo, el ECMWF ha informado de que el número de informes obtenidos de los aviones que sobrevuelan Europa disminuyó de unos 50.000 el día tres de este mes, a cerca de 15.000 durante la jornada del 23.


Cobertura europea de AMDAR para el 2 de marzo de 2020 (izquierda) y el 23 de marzo de 2020 (derecha). Los colores indican la altitud, siendo el rojo las más bajas. Se aprecia una reducción general en la densidad de informes, particularmente en Italia y partes de Europa del Este. | Foto: Stewart Taylor, EUMETNET
Esta reducción, sobre todo, deriva de la escasa afluencia de aviones de los Estados Unidos que sobrevuelan Europa durante el último mes y que, según el ECMWF, son los que proporcionan el grueso de esta informes.
No obstante, ha señalado la entidad, que los programas europeos también realizan aportaciones significativas. De hecho, durante la semana pasada, los informes que realizan aviones europeos, sobre todo aquellos coordinados por la EUMETNET, han sido los principales afectados, reduciendo en gran medida la cantidad de informes.
Otros programas, como el que hace uso de la retransmisión de datos meteorológicos de aeronaves (AMDAR) de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), también ha presentado un grave descenso en el número de informes.
Se espera que la cobertura europea de AMDAR disminuya en un 65 % o más durante el próximo mes debido a la reducción en el número de vuelos por el coronavirus
También se espera que los números de informes y la cobertura geográfica se reduzcan en otros lugares durante las próximas semanas, como en los Estados Unidos, tal y como ha explicado Christopher Hill, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EEUU (NOAA):
«Estamos anticipando una reducción sustancial en la disponibilidad de los datos de AMDAR de los EEUU, lo que probablemente genere alguna medida de impacto en la producción de nuestros sistemas numéricos de predicción del clima».
Por otro lado, desde el ECMWF han señalado que el programa australiano AMDAR ha sido normal hasta ahora, pero que debido a las medidas que van a tomar como precaución al virus, “se espera que la situación cambie pronto cuando la aerolínea australiana Qantas suspenda todos los vuelos internacionales y reduzca los vuelos nacionales en un 60% para finales de marzo”, según Douglas Body, de la Oficina Australiana de Meteorología (BoM).
El impacto de la reducción
Para demostrar el impacto en la reducción de estos informes a la hora de desarrollar proyecciones meteorológicas, en 2019 se llevó a cabo una prueba que consistió en la realización de una serie de pronósticos sin usar los informes de aeronaves.
Los estudios del ECMWF demostraron que eliminar todos los datos de los aviones degrada los pronósticos de viento y temperatura de corto alcance, y a una altura de entre 11 y 12 kilómetros, hasta en un 15% durante las primeras 24 horas, con reducciones significativas en la exactitud en todos los rangos de pronóstico que abarcan hasta siete días.
La cara positiva de la reducción del número de vuelos es que los aviones son el medio de transporte que más contaminan, junto a los barcos, según Agencia Europea del Medio Ambiente. A esto se le suma que las emisiones de la aviación internacional y el transporte marítimo han crecido casi un 130% y un 32% respectivamente en las últimas dos décadas.
Además, las predicciones del Parlamento Europeo apuntan a que las emisiones de los aviones en 2050 serán unas siete o 10 veces superiores con respecto a los niveles de 1990.
En este sentido, la reducción en la actividad aérea como consecuencia del coronavirus ha contribuido a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en el último mes en muchos países, según la ESA y la NASA.