Un grupo de científicos ha demostrado cómo es posible que en el lago Baikal existan piedras sostenidas por pilares de hielo, llamadas piedras zen. Sus resultados pueden tener implicaciones para conocer los mecanismos de deshielo de los glaciares del mundo



Las piedras zen se presentan como estructuras de rocas redondeadas unas encimas de otras sostenidas solo con ayuda del equilibro. Algunos piensan que su origen se remonta a la cultura oriental, pero lo cierto es que la misma naturaleza lleva construyendo estas torres mucho antes de que los humanos entrasen en escena e, incluso, desde que la vida se abriese paso en tierra firme.
En tierra firme, el viento también crea piedras zen a través de la erosión
Ante el asombro, los científicos estudiaron el origen de estas edificaciones, llegando a la conclusión que la piedra actúa como un paraguas que protege a una pequeña columna de hielo de la radiación solar. Mientras el resto del hielo desaparece, la columna protegida se mantiene en pie, dando como resultado esas estructuras misteriosas.
“Durante mucho tiempo se desconocía el origen de las piedras zen sobre el lago Baikal. En nuestro estudio demostramos la variación en la tasa de sublimación del hielo circundante es la causa del origen”, señalan los autores del estudio que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
«Comprender este proceso arroja luz sobre otros procesos de ablación diferencial que se encuentran en las superficies de hielo, como los glaciares cubiertos de escombros, cuya existencia está amenazada por el calentamiento global, y los cuerpos helados en el espacio», explican los investigadores.
Para demostrar sus ideas, recrearon el procedimiento en una cámara de vacío. Allí colocaron un disco de metal en una superficie helada que poco a poco se iba descongelando. En la naturaleza, señalan, este proceso puede tomar varias semanas hasta verse completado. Gracias al experimento, también pudieron ver cómo la radiación emitida por el propio objeto permitía crear una depresión característica cerca de la columna de hielo.
«Las tablas de los glaciares se forman porque la roca puede actuar como un aislante térmico y, por lo tanto, sus propiedades térmicas (conductividad y calor específico) son cruciales. La conclusión es exactamente opuesta para las piedras Zen como lo demuestran nuestros experimentos», explican los investigadores.