Los arcoíris son un elemento estrechamente relacionado con la historia y cultura de Hawái debido a que el archipiélago aúna unos factores que facilitan la aparición de estos fenómenos ¿Quieres saber cuáles son y por que han convertido a las islas en la capital mundial del arcoíris?



Cuenta la leyenda hawaiana que Kahalapuna, la hija de los jefes del valle de Mānoa, fue asesinada a manos de un pretendiente celoso. Sus padres, ante esta esta desgracia, se convirtieron en viento y lluvia para que, cuando coincidiesen ambos elementos, se formase en el cielo un arcoíris en representación de Kahalapuna.
Otras historias cuentan que los arcoíris son los caminos celestiales que erigieron los dioses hawaianos para bajar a la Tierra, junto a los primeros habitantes de la isla, y que ahora son utilizados por las almas difuntas para acceder a Nu’umealani, su tierra sagrada.
Con estos relatos queda claro que los arcoíris constituyen un elemento irremplazable dentro de la cultura e historia de las icónicas islas de los Estados Unidos. De hecho, en la actualidad sus habitantes siguen recurriendo a ellos como elemento de diferenciación hasta el punto de que el archipiélago es considerado como la capital del arcoíris.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los arcoíris son un producto de la refracción y reflexión de los rayos de luz procedente del Sol o de la Luna en las gotas de agua presentes en las precipitaciones o niebla
Se conoce que las gotas de agua son capaces de descomponer la luz solar en distintos colores y proyectarlos en un cono de luz de 42 grados, por eso mismo si observamos las gotas de lluvia cuando la luz forme un ángulo mayor en el plano que ese, no podremos apreciar el arcoíris a no ser que lo hagamos desde un lugar alto.
Ahora bien, esta estrecha relación entre los arcoíris y la sociedad hawaiana no es una casualidad, sino que responde a la facilidad con la que estos fenómenos aparecen en las islas y que Steven Businger, profesor en las Universidad de Hawai, abordó en un artículo científico.
Y es que, según el experto, las islas están “bendecidas” con cuatro factores decisivos que facilitan la aparición de arcoíris, empezando por la célula de Hadley. Esta se trata de una serie de corrientes de aire que favorecen la presencia de vientos alisios del noreste en las islas. Para él, este flujo permite la creación de lluvias convectivas entremezcladas con cielos despejados:
“El espacio de unos 50 kilómetros entre chubascos es suficiente para permitir que la luz del sol llegue a las gotas de lluvia que desprenden esas nubes. Por la noche, una superficie cálida del mar calienta la convección desde abajo, mientras que la radiación enfría las cimas de las nubes, lo que resulta en lluvias más profundas por la mañana que producen arco iris a tiempo para el desayuno”, explica el experto.
Eso sí, nada de esto sería posible sin el carácter montañoso de las islas ya que sin estas elevaciones Hawái sería un desierto, con una precipitación anual escasa de unos 430 mm. En este caso, las montañas estimulan la aparición de nubes sobre ellas mientras el sol ilumina el resto de la isla, sobre todo durante la estación fría, al tiempo que “cortan” aquellas nubes que pueden bloquear la luz del sol.


El tercer factor que convierte a Hawái en la capital del arcoíris es el calentamiento diurno que crea circulaciones a escala en la isla: “Los volcanes de Maui y la isla de Hawái son lo suficientemente altos como para bloquear los vientos alisios predominantes. Por lo tanto, estas islas experimentan las brisas marinas y las circulaciones entre montañas y valles más constantes”, señala el experto, que indica que estas condiciones propician las condiciones de lluvia sobre las crestas de las colinas sobre Oahu y Kauai por la tarde y, por lo tanto, el avistamiento de arcoíris
Por último, entran en escena los aerosoles. Hawái es conocida por estar en una ubicación que la permite estar libre parcialmente de los contaminantes que afectan a las regiones continentales. De hecho, una de las estaciones más famosas que miden la calidad del aire mundial se encuentra precisamente en el archipiélago.
Una menor concentración de aerosoles es sinónimo de una menor dispersión solar, por lo que la luz solar contiene el espectro completo de colores incluso en ángulos bajos cuando el sol está próximo a ponerse. Además, con menos núcleos de condensación existen menos gotas de agua, pero más nubes propicias a generar lluvia gracias a la coalescencia.
Con todo esto ya solo queda “perseguir” a los arcoíris por la isla y por el mundo entero para conocer si realmente las historias de nuestros antepasados son ciertas o si simplemente es una prueba más de cómo el agua ha construido un universo único en el mundo.