El consumo de botellas de plástico a nivel mundial, 480.000 millones de unidades al año, supone que a cada habitante le corresponden 62 botellas de agua. Mientras el consumo crece, también aumentan las iniciativas para reducir el uso de este material



Para la playa, en la oficina, cuando vamos al parque… las situaciones en las que necesitamos botellas de agua son infinitas y en la mayoría de las ocasiones no pensamos en utilizar envases reutilizables, sino que recurrimos a las botellas de un solo uso que se pueden adquirir en cualquier supermercado o tienda de alimentación. Según datos de Euromonitor International, especialistas en investigaciones de mercado, el año pasado se vendieron más de 480.000 millones de botellas de agua en todo el mundo.
Esta cifra supone que en el año 2018 se compraron un millón de botellas de agua por minuto. La cantidad de plástico utilizada equivaldría a la mitad de la Torre Eiffel, de 324 metros y el ritmo de compra supone que en una hora, el Cristo Redentor de Río de Janeiro podría quedar soterrado por botellas. Si lo comparamos con la isla de Manhattan, que mide cerca de 60 kilómetros cuadrados, el total de botellas vendidas desde hace 10 años se elevarían por encima del conocido distrito.
Más allá de la contaminación que implica el uso del tereftalato de polietileno (PET), el plástico del que están hechos estos envases, el consumo de agua embotellada también se nota en nuestros bolsillos. Consumir agua del grifo es 500 veces más barato que comprarla según la estimación de la Comisión Europea, que calcula que un litro de agua extraída del grifo no llega a costar medio céntimo de euro.