Como si de una película de terror se tratara, los residentes de la región de Victoria en Australia descubrieron con asombro cómo un manto blanco cubría gran parte del terreno. Se trataba de una gran telaraña de más de un kilómetro de largo que respondería a una técnica de supervivencia de los arácnidos, conocido como ‘vuelo arácnido’, ante las lluvias torrenciales registradas en el país oceánico. Estos insectos, que viven bajo tierra, suben a la superficie a tejer esta tela para que su hábitat no quede completamente anegado por el agua.