La necesidad de conocer la cantidad de agua que utilizamos en las cadenas de producción condujo a la creación del concepto de huella hídrica, un indicador vital para preservar un recurso que promete ser escaso en el futuro. La huella hídrica de un producto se define como el volumen total de agua dulce utilizada directamente o indirectamente para producir un producto en concreto, teniendo en cuenta además la contaminación del agua en todas las etapas de la cadena de producción.