Este término balear, que podría traducirse como resaca, se refiere a un curioso fenómeno que ocurre en diversos mares del mundo y que, en el caso de España, es especialmente llamativo en Menorca, la más norteña de las islas Baleares. En las calas y puertos de Menorca se pueden experimentar oscilaciones extraordinarias del nivel del mar que llegan a alcanzar los dos metros de amplitud en periodos de 10 minutos. Es una bajada rápida de la marea que viene acompañada inmediatamente de una subida más brusca si cabe.