Aunque todos conocemos la famosa leyenda de la Atlántida, existen verdaderas ciudades sumergidas en las aguas de todos los continentes. Algunas de ellas desaparecieron por cataclismos naturales, mientras que la humanidad estuvo detrás del declive de otras ¿quieres conocerlas?



Los diálogos de Timeo y Critias, escritos por el filósofo griego Platón, describen una isla más grande que Libia y Asia menor juntas, situada más allá de las Columnas de Hércules -el estrecho de Gibraltar- en la que se erige una poderosa ciudad conocida como Atlantis.
El dominio de su civilización fue tal que fue capaz de someter toda Europa y el norte de África hasta que los ejércitos atenienses lograron frenarla. Después de aquella derrota, los atlantes fueron desapareciendo, marcando su final con un cataclismo descomunal que hizo desaparecer la isla entre las aguas de los océanos.
Tachado de un relato fantasioso en la Edad Media, no fue así con la llegada de autores modernos, como Ignatius Donnelly, que escribió en su obra de 1883 La Atlántida: el mundo Antediluviano la mayoría de las ideas que tenemos sobre la isla y su civilización, tales como la avanzada tecnología de sus habitantes.
Algunos estudios apuntan que la isla se trata de Santorini y que el cataclismo no fue otro que la erupción del volcán que le da vida. Otros estudios incluso apuntan a que Doñana podría ser en realidad la ubicación en la que desapareció la ciudad.
Leyenda o no, lo que los expertos conocen es la autenticidad de un gran puñado de ciudades que, ya fuesen por unas causas u otras, acabaron en el fondo de nuestros mares. ¿Quieres descubrir algunas de ellas? Pues entonces bucea con nosotros en este Ágorapedia.
Port Royal, Jamaica
Fundada a mediados del siglo XVII en un recodo bien defendido por una gran barrera de arena en la Bahía de Kingston, en Jamaica, Port Royal se transformó en pocos años en una de las ciudades más grandes de la isla y en un enclave comercial de gran valor para el imperio británico.


Aunque, en cierto modo como intentaron reflejar las películas de Piratas del Caribe, también se transformó en un hervidero de piratas decididos a atacar a los navíos franceses y españoles. El nivel de desenfreno de estos navegantes propició a que fuese bautizada como «la Sodoma del Nuevo Mundo» en la década de 1660.
En cualquier caso, el 7 de junio de 1692, un terremoto que sacudió la ciudad desintegró la barrera arenosa donde estaban cimentadas las edificaciones, hundiendo las dos terceras partes del enclave debajo de las aguas del caribe.
Por suerte, la gran mayoría de ellas quedó intacta, lo que ha permitido a buceadores y arqueólogos visitar y estudiar la ciudad casi en las mismas condiciones en las que se hundió.
Ciudad de León, China
Una ciudad conocida como Shi Cheng fue construida cerca de la montaña china de Wu Shi -en español “cinco leones”, de ahí el nombre de la ciudad-. Su esplendor la convirtió en el centro de la política y la economía de los condados de Chun’an y Sui’an, creados a comienzos del siglo III bajo el dominio de Sun Quan, fundador del reino de Wu.


Y por lo menos así fue hasta el 1957, momento en el que la sed la necesidad de disponer de una fuente de energía condujo a China a inundar el valle donde estaba presente la ciudad. Ahora, esa masa de agua, conocida como lago Qiandao o embalse del río Xin’an, está decorada con cientos de islotes que no son más que los remanentes de las cimas de las montañas que rodeaban la ciudad.
Por supuesto, a unos 30 metros de profundidad se encuentra la antigua ciudad, ahora visitada por los buceadores y foco de propuestas que buscan sacarla de su ataúd azul para convertirla en el Machu Pichu de China.
Baia, Italia
La historia de la medicina balnearia cuenta con una dilatada historia que tuvo sus primeras grandes explosiones con el nacimiento de las civilizaciones griegas y, posteriormente, romana. Esta última se encargó de construirlas allá por donde pasaban, siendo especialmente famosas en la península itálica las de la ciudad de Baia (o Bayas).


Esta ciudad era una de las decenas que se construyeron a lo largo del mar de Tirreno con el fin de servir de lugares de retiro, pero a diferencia del resto, Baia se convirtió en un imponente complejo que no paraba de expandirse con ayuda cada vez más nuevas y ostentosas edificaciones.
Pronto, pasó de ser de un lugar de descanso a un lugar de lujuria y desenfreno que no paraba de atraer más visitantes por el exceso de sus actividades. Autores como Séneca o Varrón criticaron la vida viciosa que se llevaba entre sus muros, mientras que otros como Horacio o Marcial adoraban el enclave.
Allí establecieron su residencia Marco Licinio Craso, Lucio Licinio Lúculo, Pompeyo y el orador Hortensio. Incluso, Julio César instaló su morada en el punto más alto del litoral, el actual Castello, donde podía tener una vista panorámica del lugar.
Pero aquel lugar de desenfreno vio su final cuando los movimientos tectónicos, registrados entre los siglos III y VIII, provocaron el hundimiento de gran parte de la costa entre Pozzuoli y Cumas, incluida Baia. Aun así, la porción de ciudad superviviente mantuvo su fama de balneario.
La ciudad de del Golfo de Khambhat, India
A principios del presente siglo, los investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Oceánica (NIOT) de la India encontraron en el Golfo de Khambhat la prueba más tangible de la existencia de una posible Atlántida.
Esto es porque las distintas dataciones que se hicieron de aquel lugar sepultado 40 metros por debajo del nivel del mar y a 20 kilómetros de la costa actual señalaban a que llevaban ahí, como mínimo, desde el año 7.000 a.c, es decir, erigida después de la segunda edad de hielo.
Para comprender la magnitud del hallazgo, hay que recordar que la civilización sumeria, la primera de la que se tiene constancia, surgió en torno al 3.500 a.c, justo después del hallazgo de la agricultura o la rueda.
Estudios posteriores señalan a que muchos de los materiales que se recuperaron de los restos de la ciudad pertenecían a otras épocas y que habían llegado hasta allí por las corrientes marinas o las técnicas de extracción. De hecho, esta ciudad se inundó por corrimientos en el lecho marino, por lo que en ese proceso pudieron extraviarse artefactos de civilizaciones posteriores hacia las ruinas.
En todo caso, la polémica está servida.
Pavlopetri, Grecia
En este caso no hablamos de la civilización perdida más antigua, sino de una de las ciudades más antiguas que se conocen. El enclave de Pavlopetri, sumergido en la costa sur de Laconia, en Grecia, data del año 3.000 a.c y cuenta con al menos 15 edificios a unos cuatro metros de profundidad.


Antes de las investigaciones llevadas a cabo en el 2009, se creía que esta ciudad estuvo habitada entre el 1.600 y el 1.000 antes de cristo.
Se desconoce cómo se sumergió. Aunque se sabe que el área no fue reconstruida o alterada por la agricultura gracias que la erosión apenas ha afectado al enclave. Sin embargo, los cazadores de tesoros, las anclas de los barcos y los propios turistas están dando la vuelta a la situación, poniendo en peligro esta ciudad única en los océanos.
