Los gases de efecto invernadero (GEI) - EL ÁGORA DIARIO

Los gases de efecto invernadero (GEI)

En la actualidad, uno de los grandes problemas al que se enfrenta la humanidad es la lucha contra el aumento de los gases de efecto invernadero (GEI). Normalmente se habla de dióxido de carbono, pero son muchos más. Descubre cuáles son los GEI más importantes, qué efectos producen e, incluso, los países que más emisiones lanzan a la atmósfera


El efecto invernadero se presenta como una de las mayores consecuencias derivadas de la actual crisis climática. La Organización para las Naciones Unidas lo define como aquel fenómeno que produce “una elevación de la temperatura media de la Tierra y del agua que la recubre como consecuencia de la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera que retienen la radicación solar”.

Sin embargo mucha gente se pregunta qué son los gases de efecto invernadero o cuáles son los más importantes. A continuación, El Ágora te resolverá algunas de las dudas que giran en torno a ellos.

Los gases de efecto invernadero

De acuerdo con diversos organismos, los gases de efecto invernadero son aquellos componentes gaseosos presentes en la atmósfera que absorben y emiten radiación en determinadas longitudes de onda del espectro de radiación terrestre emitida por la superficie de la Tierra.

Su papel dentro del fenómeno del efecto invernadero es simple, pero significante:

Cuando la luz del sol llega a la Tierra, los rayos traspasan la atmósfera y entran en contacto con la superficie. Una parte de esos rayos rebota y se devuelve de nuevo al espacio, mientras que otra parte es absorbida por el planeta, calentándolo, para después ser devueltos en forma de rayos infrarrojos.

La revolución industrial señala el comienzo de un fuerte aumento de la utilización de combustibles fósiles y de las emisiones, particularmente de dióxido de carbono fósil

En ese momento se inicia el proceso de efecto invernadero. Los rayos infrarrojos poseen una longitud de onda más amplia que los que suelen llegar a la Tierra, como los ultravioletas, y, por tanto, producen una mayor agitación en algunos tipos de moléculas.

De este modo, mientras que esas moléculas responsables de los GEI dejan pasar los rayos ultravioletas provenientes del sol, al mismo tiempo retienen los infrarrojos que emite el planeta, impidiendo que el exceso de calor escape de la Tierra al quedarse retenidas dentro de ellas.

Cabe destacar que este efecto siempre ha existido en la Tierra y es el que permite a nuestro planeta mantener una temperatura apta para la vida. Sin embargo, desde comienzos de la Revolución Industrial a mediados del sigo XVIII (1750), los avances tecnológicos y los combustibles fósiles que motivaron el ascenso de los primeros propiciaron la emisión descontrolada de los gases de efecto invernadero. Un problema que perdura hasta día de hoy, ya que los grandes sumideros de dióxido de carbono, como los bosques, son incapaces de asimilar las grandes cantidades de GEI que los humanos han creado y están creando.

Tipos de gases de efecto invernadero

Atendiendo a sus características, pueden ser clasificados entre gases de efecto invernadero directos e indirectos.

GEI directos: son aquellos gases que contribuyen al efecto invernadero sin sufrir modificaciones, es decir, tal y como son creados y expulsados a la atmósfera. Dentro de este grupo se encuentran el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso.

GEI indirectos: a diferencia de los directos, estos gases sufren una transformación cuando llegan a la atmósfera que los convierten en GEI directos. Aquí se pueden encontrar: los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles diferentes del metano y el monóxido de carbono.

GEI directos

FMI
El CO2 es uno de los gases más importares dentro del papel del efecto invernadero

Dióxido de Carbono (CO2)

Este es, sin duda, uno de los gases más importantes dentro del juego del calentamiento global, detrás del vapor del agua. La gran cantidad de noticias e informaciones en torno a este gas radican en que lo tachan de ser responsable del calentamiento de la Tierra, a pesar de no ser tan abundante como el vapor del agua. Sin embargo, en este aspecto hay que destacar un importante punto: es un gas producido a gran escala por el ser humano.

Además de ser emitido como consecuencia de procesos biológicos, como la respiración, el CO2 se lanza a la atmósfera como resultado del consumo de combustibles fósiles, como carbón o petróleo, para producir la energía que se consume en la actualidad.

Su correlación con el cambio climático ha sido más que probada. Según Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) solo hay que centrarse en el momento en el que comenzó el cambio climático, que coincide con la Revolución Industrial. Durante esos años, los niveles de dióxido de carbono eran de 280 partes por millón (ppm), mientras que en la actualidad esa cifra ha sobrepasado los 400 ppm.

Debido a esos datos, los científicos atribuyen la mayor parte de la concentración de CO2 con las fuentes humanas.

Metano (CH4)

Este es otro de los grandes contribuyentes en el fenómeno del efecto invernadero, así como uno de los principales contribuyentes a la capacidad de oxidación de la troposfera.

Según la Unión Europea, es un gas de efecto invernadero con una alta capacidad de absorción de calor. De acuerdo con sus datos, en 100 años, una tonelada de metano podría calentar la Tierra 23 veces más que una tonelada de dióxido de carbono.

A diferencia del dióxido de carbono, la principal fuente de producción de este gas es la descomposición de materia orgánica en sistemas biológicos, convirtiendo de este modo a la ganadería como el sector que mayores cantidades de este gas produce.

Principales gases de efecto invernadero | CE

En este sentido, se estima que aproximadamente el 40% de las emisiones globales de metano son producidas por los rumiantes. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las vacas del planeta liberan cada año a la atmósfera unas 100 millones de toneladas de metano, que tienen el mismo efecto que 2.500 millones de toneladas de CO2.

Además de esta fuente natural, los científicos han advertido que los océanos y gran parte de la criosfera de la Tierra tienen almacenado en su interior este gas, por lo que la descongelación del hielo como consecuencia del calentamiento del planeta exacerbaría aún más la crisis climática.

Óxido nitroso (N2O)

Según la Unión Europea, “el óxido nitroso es el único óxido de nitrógeno (NOx) que actúa como gas de efecto invernadero”. Comparándolo con el CO2, el óxido nitroso en un siglo puede tener un efecto de calentamiento global aproximadamente 300 veces superior al del dióxido de carbono.

Sin embargo, y para beneficio de la humanidad, sus concentraciones no son muy elevadas en la atmósfera terrestre, aunque hay que destacar que desde la revolución industrial este gas ha aumentado en un 18%.

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recursos naturales

Cabe recordar que estos tres gases, según el IPCC, son GEI de larga vida (GEILV). Esto significa que son químicamente estables y persisten en la atmósfera durante escalas de tiempo desde décadas hasta siglos o más, de modo que sus emisiones ejercen su influencia en el clima a largo plazo.

Debido a su larga vida, estos gases se mezclan bien en la atmósfera, mucho más rápido de lo que se eliminan, y los datos de sus concentraciones mundiales se pueden calcular con exactitud en pocas localidades.

Compuestos halogenados

Los clorofluorocarbonos (CFCs), los cuales incluyen el CFC11 (CFC3) y el CFC12 (CF2Cl2) son una familia de compuestos que no existen de forma natural en el ambiente, por lo que su origen es exclusivamente antropogénico.

Estos compuestos, que comenzaron a fabricarse en la década de los años 30, tuvieron distintas aplicaciones industriales, pero con el descubrimiento de la destrucción de la capa de ozono, fueron prohibidos a través del Protocolo de Montreal.

Dentro de los compuestos halogenados, existen varios con mayor poder de ejercer como gas de efecto invernadero. Estos son los Hidrofluorocarbonos (HFCs), perfluorocarbonos (PFCs) y el hexafluoruro de azufre (SF6).

Vapor de agua

Aunque no lo parezca, el vapor de agua sigue siendo el GEI más abundante en la atmósfera y las nubes son una parte importante del invernadero planetario de la Tierra.

Las actividades humanas no están afectando directamente la concentración media global del vapor del agua. Sin embargo, el forzamiento radiactivo producido por el incremento en las concentraciones de otros GEIs puede afectar indirectamente el ciclo hidrológico. Una atmósfera más caliente tiende a incrementar su contenido de vapor de agua lo cual afectará la formación de nubes.

GEI indirectos

Óxidos de nitrógeno (NOx)

Los óxidos de nitrógeno forman una gran familia de gases que se pueden encontrar en la troposfera de la Tierra, entre los que se destacan el óxido nítrico (NO), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ácido nítrico (HNO3).

Este tipo de gases se originan por vías naturales, como con la quema de biomasa, y por vía antropogénica, principalmente por la combustión de los motores. Debido a su alta producción por los humanos y por su papel en la formación de ozono y acidificación del agua, este tipo de GEI ha estado en el foco de las políticas ambientales de los Estados internacionales.

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contaminación

Monóxido de carbono (CO)

Aunque el CO no contribuye directamente al efecto invernadero, su cantidad en la atmósfera afecta directamente en la formación de otros GEI, como el metano.

Al igual que en otros casos, la principal fuente de CO es antropogénica, ya que es un residuo proveniente de la combustión de los motores.

Óxido de azufre y partículas en suspensión

Los óxidos de azufre, como el dióxido de azufre (SO2) son gases potencialmente peligrosos y, aunque no afectan directamente sobre el bienestar del planeta, sí que lo hacen en la salud de los seres vivos.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), el origen de estos gases es principalmente antropogénico. “Es un gas que se origina, sobre todo, durante la combustión de carburantes fósiles que contienen azufre (petróleo, combustibles sólidos), llevada a cabo sobre todo en los procesos industriales de alta temperatura y de generación eléctrica”, explica el organismo.

Por otro lado, destacan las partículas en suspensión que, aunque no sean un propio gas en sí, ya que son sólidas y calientan la atmósfera de diferente manera que un gas, provocan un efecto invernadero significativo. En este caso, el origen es natural, como la quema de biomasa a través de los incendios. No obstante, cabe destacar que esta fuente se ha visto alterada por la mano del hombre, por lo que, debido a causas antropogénicas, los incendios se han visto exacerbados durante los últimos años.

Para conocer cuáles son los países que más contaminan, puedes pinchar en el siguiente enlace.



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