La historia de Latinoamérica sería imposible de entender sin grandes cauces fluviales como el Amazonas, el Orinoco o el Río Bravo, imprescindibles para el correcto funcionamiento de los ecosistemas de la zona y la vida de las comunidades que se han asentado a su alrededor



Un rápido vistazo al mapa de cualquier país del mundo sirve para comprobar la enorme importancia que han tenido y tienen los ríos en la historia de toda civilización humana. La mayoría de poblaciones, ya sean grandes ciudades o pequeñas aldeas, se encuentran situadas junto a una o varias de esas delgadas líneas azules con las que solemos representarlos geográficamente. Una coincidencia que no tiene nada de casual: los ríos no solo suponen una de las principales fuentes naturales de agua para todos los seres vivos, sino que son imprescindibles para la biodiversidad, la economía e incluso la meteorología de cualquier lugar del planeta.
Latinoamérica no es una excepción. Desde el Río Grande que sirve de frontera entre Estados Unidos y México hasta el Río de la Plata que supone una división natural entre Argentina, Uruguay y Brasil, los cursos fluviales han ido moldeando la historia y la economía del continente. Y, aunque a veces han sido fuente de conflicto, normalmente han ayudado a mejorar las relaciones entre los países de la región iberoamericana, ya que prácticamente todos los cauces fluviales de la zona son en realidad cuencas internacionales.
Además de su importancia social y económica, los ríos de Latinoamérica tienen unas características hidrográficas que los convierten en un entorno idóneo para alojar una enorme biodiversidad de especies animales y vegetales. Sin embargo, el cambio climático y la falta de depuración en gran parte del continente está poniendo en peligro varios de estos espacios únicos, por lo que urge que los Gobiernos de la zona adopten, con el necesario apoyo internacional, medidas para garantizar su conservación.
A continuación, repasamos los principales ríos de Latinoamérica, entendida como la región mayoritariamente hispanohablante que va del Río Grande a Tierra de Fuego. Para ello, y de acuerdo a los datos disponibles en la Enciclopedia Británica, clasificamos las principales vías fluviales por su longitud, sin entrar a valorar mediante un ránking su importancia relativa en términos económicos y sociales. Y es que todos estos ríos son únicos e importantes y, sin ellos, Latinoamérica cambiaría radicalmente.
1. Amazonas


El imponente Amazonas, considerado el río más largo y caudaloso del planeta, se extiende unas 6.400 km a través de la zona ecuatorial de América del Sur, aunque la mayor parte de su recorrido se encuentra en Brasil. El volumen de agua que transporta es tal que supone una quinta parte del total de agua dulce que fluye del mundo y, cada segundo, vierte 179.800 metros cúbicos en el Atlántico. En total, el Amazonas y sus más de 1.000 afluentes drenan unos 7.050.000 km cuadrados, lo que supone aproximadamente dos quintas partes del territorio sudamericano.
El río nace en los Andes centrales peruanos, del que escapa a través de estrechos cañones (pongos), aunque hay discrepancias en cuanto su origen exacto: si se mide desde la confluencia entre los ríos Marañón y Ucayali, el Amazonas ocupa el segundo lugar en longitud detrás del Nilo. Pero si se sitúa el nacimiento más en el interior de los Andes, el Amazonas es el río más largo del mundo.
Sin embargo, el Amazonas que todos conocemos a través de fotos, con sus epectaculares meandros y su enorme caudal, aparece solo cerca de la ciudad brasileña de Manaos, donde aparece su principal afluente, el río Negro, que drena gran parte del norte de Brasil. Es a partir de ese momento cuando el Amazonas, con toda su fuerza, serpentea a través de las llanuras bajas para pasar entre las Tierras Altas de Guayana y las Tierras Altas de Brasil antes de desembocar en el Atlántico.
2. Paraná-Paraguay-Río de la Plata


El río Paraná es un río en el centro-sur del continente sudamericano que atraviesa Brasil, Paraguay y Argentina a lo largo de sus 4.880 kilómetros, lo que le convierte en el segundo río más largo de la región tras el Amazonas. Aunque nace de la confluencia del río Grande y el río Paranaíba, en Brasil, el río Paraná es de extremada importancia para toda la zona centro-sur de Sudamérica, ya que su enorme cuenca de drenaje abarca esencialmente todo Paraguay, gran parte del sur de Brasil, el norte de Argentina y la parte sureste de Bolivia.
A nivel socio-económico, el hecho de que gran parte de la extensión del Paraná sea navegable convierte este río en una importante vía fluvial que une las ciudades del interior de Argentina y Paraguay con el océano, proporcionando puertos de aguas profundas en algunas de estas ciudades. Además, cuenta con algunas de las mayores represas hidroeléctricas del mundo que, aunque han bloqueado su uso como corredor de transporte hacia ciudades más arriba, han convertido a la pequeña y en gran parte subdesarrollada nación de Paraguay en el mayor exportador mundial de energía hidroeléctrica.
El Paraná se fusiona primero con el río Paraguay y luego río abajo con el Uruguay para formar el río de la Plata, que desemboca en el océano Atlántico y es el principal centro económico de Argentina y Uruguay.
3. Río Grande o Río Bravo.


El Río Grande o Río Bravo es con 3.060 km el quinto río más largo de América del Norte, y el vigésimo más largo del mundo. Sin embargo, su fama e importancia viene sobre todo de su condición de frontera natural entre el estado estadounidense de Texas y México, que es también la razón del doble nombre: al norte, lo llaman Grande, mientras que al sur, Bravo.
Esta importante vía fluvial nace como un claro arroyo de montaña alimentado por la nieve a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar en las Montañas Rocosas de Colorado, para luego descender a través de estepas o desiertos y acabar regando ricas regiones agrícolas mientras fluye hacia su desembocadura en el Golfo de México.
El área dentro de toda la cuenca del Río Bravo es de unos 870.000 kilómetros cuadrados. Sin embargo, debido a que una gran proporción de la cuenca del río es árida o semiárida, solo aproximadamente la mitad del área total, unos 456.000 kilómetros cuadrados, contribuye realmente al caudal del río. Sus principales afluentes son los ríos Pecos, Devils, Chama y Puerco en Estados Unidos y Conchos, Salado y San Juan en México.
4. São Francisco


El río São Francisco es uno de los principales ríos del este de América del Sur. De hecho, con una longitud de 2.914 kilómetros, es el cuarto sistema fluvial más grande del continente y el río más grande que se encuentra totalmente dentro de Brasil, ya que su cuenca ocupa unos 631.200 kilómetros cuadrados.
El São Francisco es considerado por los brasileños el río de la unidad o la integración nacional, ya que durante mucho tiempo ha servido como línea de comunicación entre las regiones marítima y occidental de Brasil, además de ser una conexión entre el noreste y el sur. El río, que lleva el nombre del líder jesuita del siglo XVI, San Francisco Borgia, es además una importante fuente de energía hidroeléctrica y riego para el este y noreste de Brasil.
5. Orinoco


El Orinoco es uno de los ríos más importantes del norte de América del Sur, ya que su curso en forma de semicírculo gigante recorre unos 2.740 km desde su nacimiento en las Tierras Altas de Guayana hasta su desembocadura en el Océano Atlántico, a pesar de que ambos puntos se encuentran separados por apenas unos centenares de kilómetros de distancia.
Durante la mayor parte de su recorrido, el Orinoco atraviesa Venezuela, salvo un tramo interior que sirve de frontera natural entre este país y Colombia. A lo largo de su historia, este río ha sido de gran importancia para el transporte y la comunicación en la zona y de hecho su propio nombre se deriva de las palabras Warao, que en el idioma indígena local significan “un lugar para remar”.
El Orinoco y sus afluentes constituyen el más septentrional de los cuatro principales sistemas fluviales de América del Sur. Limita con la Cordillera de los Andes al oeste y al norte, las Tierras Altas de Guayana al este y la cuenca del Amazonas al sur, por lo que la cuenca del río cubre un área de aproximadamente 948,000 km cuadrados, lo que significa abarcar aproximadamente cuatro quintas partes de Venezuela y una cuarta parte de Colombia.
6. Magdalena


El Magdalena es un río que recorre unos 1.497 kilómetros del centro-norte de Colombia, una longitud que no es la mayor de Colombia, pero su navegabilidad lo convierte en el río más importante de este país. Nace en el punto de unión que conforman las Cordilleras Central y Oriental de los Andes y fluye hacia el norte hasta el Mar Caribe, recibiendo por el camino agua de afluentes como los ríos San Jorge, César y Cauca.
El Magdalena ha sido una importante arteria comercial de Colombia desde la conquista española y por sus aguas han ido pasando todo tipo de transportes marítimos, desde canoas y botes de quilla hasta barcos de vapor. De hecho, en la desembocadura, conocida como Bocas de Ceniza, se tuvo que hacer a comienzos del siglo XX una importante obra de drenaje para permitir la entrada de barcos desde Barranquilla, lo que obliga a una continua intervención tanto a través de la construcción de diques direccionales como mediante la recogida regular de sedimentos que se acumulan en volúmenes considerables.
El curso del río es relativamente recto, y aunque la corriente es rápida y la profundidad está sujeta a fuertes variaciones, nada de esto evita que sea la principal arteria del comercio fluvial en Colombia. También tiene la mayor concentración de pesca de agua dulce del país.
7. Uruguay-Río de la Plata


El Uruguay es un río en el sur de América del Sur que nace en la cordillera costera del sur de Brasil. Su cabecera principal, el río Pelotas, se eleva a sólo 64 km de la costa atlántica en el estado de Santa Catarina, Brasil, y toma el nombre de Uruguay poco después, cuando se une al río Canoas cerca de Piratuba. Aunque en un principio fluye hacia el oeste a través de la cadena costera de Brasil (que separa los estados de Santa Catarina y Rio Grande do Sul), luego gira hacia el suroeste, formando la frontera entre Argentina y Brasil.
Por debajo de Monte Caseros, Argentina, gira hacia el sur, formando la frontera entre Argentina y Uruguay hasta que, por encima de Buenos Aires, se combina con el río Paraná para formar el gran estuario del Río de la Plata, que es el río más ancho del mundo con un máximo de más de 200 kilómetros. Eso sí, antes de convertirse en este nuevo sistema fluvial, no es apenas navegable por la presencia de rápidos.
El nombre Uruguay, que también bautiza el pequeño país situado entre Argentina y Brasil, proviene del guaraní y existen varias explicaciones acerca de su etimología: según las diferentes interpretaciones, podría significar “río de los caracoles”, “río de los pájaros”, “río de las vueltas” o “río principal”.
