¿Qué es una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP)?

¿Qué es una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP)?

El agua que vemos en la naturaleza esconde muchos peligros que ponen en riesgo nuestra salud. Por ese motivo, antes de que podamos consumirla, el agua debe pasar por una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) que se encargará de transformar el agua bruta en una totalmente limpia y que nos asegura el disfrute de este derecho humano


Puede parecer cristalina, fresca y, en definitiva, un agua perfecta para beber. Sin embargo, el agua que encontramos en la naturaleza en muchas ocasiones esconde bajo esa fachada inofensiva algunos de los peores males de este mundo, como el cólera, causante de más de 800.000 muertes en todo el mundo, tal y como señalan los informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para evitar que entremos en contacto con todos los peligros que acechan bajo ella, las personas hemos desarrollado un estricto proceso de potabilización que tiene lugar en las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), donde el agua bruta de la naturaleza se transforma a una totalmente apta para el consumo humano, asegurando así el disfrute de este derecho humano fundamental en nuestras vidas.

Dentro de ese proceso que tiene lugar en las ETAP nos encontramos con distintas fases, empezado por la captación que, de acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), consiste en la recogida del agua en su medio natural para su posterior traslado a las platas de tratamiento.

 

La gran tradición en España por la construcción de embalses ha provocado que estas infraestructuras se conviertan en la principal fuente de “agua prepotable”, es decir, del agua que aún no es apta para el consumo humano. Sin embargo, que sean las principales no quiere decir que sean las únicas, ya que el recurso se puede extraer de los ríos, mares e, incluso, desde el interior de la tierra, donde queda almacenada en los acuíferos.

Una vez que tenemos el agua en nuestra posesión, se puede iniciar el proceso de potabilización propiamente dicho en la segunda fase: el pretratamiento. De lo que se trata en esta etapa es de liberar al agua de los contaminantes más visibles, como lo son las ramas o la arena, haciendo pasar el agua a través de un enrejado con huecos de distintos tamaños.

Los elementos que logran traspasar este primer obstáculo del pretratamiento, normalmente las arenas, deberán después luchar contra las desarenadoras. Estas estructuras están pensadas para frenar el flujo del agua y provocar la precipitación de esos elementos no deseados hacia el fondo, por un lado, o su flotación, por el otro.

Esta agua menos turbia ya está preparada para iniciar la tercera fase de este proceso, conocida como la floculación y decantación, que tiene lugar principalmente en las decantadoras de agua. En esta etapa de lo que se trata es de eliminar todas esas sustancias que a simple vista no vemos, pero que enturbian el agua. Partículas que, además, no son lo suficientemente pesadas como para que sean arrastradas al fondo por el propio peso de la gravedad.

Proceso de potabilización del agua | Foto: El Ágora/Marta Carrión

Debido a esta dificultad, los técnicos de las ETAP añaden reactivos químicos al agua que tienen la capacidad de agrupar las partículas en unos cúmulos que ellas crean que se conocen como flóculos. Debido al peso de los flóculos, estos terminan por hundirse en los decantadores de la estación, facilitando así su extracción. Del mismo modo que en la desarenadora, los materiales menos densos que floten hacia la superficie también serán recogidos con aparatos especializados para tal fin, como los enrejados.

Ahora bien, este proceso no garantiza que el agua quede en su totalidad libre de partículas, por lo que ha de iniciarse una cuarta fase en la ETAP, la filtración, donde se hace pasar al agua por un medio poroso que pueden llegar a ser tan finos como las membranas de osmosis. El objetivo es dejar el agua totalmente libre de impurezas para que la siguiente fase, la de desinfección, sea lo más efectiva posible.

En esta, lejos de eliminar materiales, lo que persigue es evitar la existencia y proliferación de bacterias u otros microorganismos similares en el agua. Para ello, se somete al agua a un tratamiento con rayos ultravioletas, calor u ozono, entre otros, para su posterior cloración que la mantendrá limpia.

Las diferencias entre la ETAP y la EDAR

Todas estas fases del proceso guardan una estrecha similitud con las que ocurren en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR), sin embargo, a diferencias de estas últimas, el objetivo de las ETAP es conseguir que el agua resultante no solo tenga una excelente calidad, sino que sea apta para el consumo humano.

Otra de las grandes diferencias entre ambas estaciones radica en el camino para limpiar el agua ya que la EDAR se tiene que enfrentar, además, a un gran número de microorganismos nocivos que provienen de las aguas fecales.

Por ese mismo motivo, no se limita solo a decantarlos con reactivos químicos o filtrarlos, sino que las EDAR se alían con ellos para eliminar estos elementos del agua de la forma más natural posible.

Los microorganismos se alimentan de otros, por lo que no es una mala idea utilizarlos para eliminar la mayor parte de los elementos que no deseamos y, después, separarlos del agua, o bien para su posterior reutilización en este proceso, o bien para que se conviertan en fangos útiles.

Por ese motivo, el agua después de la desinfección no se transporta hasta los depósitos o directamente a los hogares, sino que pasa por un estricto control para verificar la calidad real del producto obtenido en la potabilizadoras.

El Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC) es el sistema sanitario que recoge los datos sobre las características de los abastecimientos y la calidad del agua de consumo humano que suministran las potabilizadoras a las residentes en España.

Como norma general, el SINAC controla 53 parámetros que desde las potabilizadoras se analizan para comprobar que no haya ningún tipo de riesgo para la salud de las personas. Algunos de los indicadores más importantes son los microbiológicos (contaminación fecal o similares), químicos (contaminación industrial o agrícola) y radioactivos (contaminación por elementos radioactivos).

Una vez pasado el control, el agua se almacena en depósitos, normalmente cercanos a la ETAP, en los que puede permanecer varios días gracias a su cloración. Incluso en esta fase el agua se sigue vigilando y analizando para evitar cualquier caso de elemento que dañe su calidad, ya sea en su etapa de almacenamiento o en su transporte hacia los hogares. Ahora sí, el agua cristalina y fresca que obtenemos es perfecta para beber.



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