¿Qué es una Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR)?

¿Qué es una Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR)?

Las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales o EDAR son una herramienta fundamental dentro del ciclo integral del agua al ser responsables de limpiar el agua que utilizamos en las ciudades para su posterior devolución al medio con una alta calidad. Para alcanzar tal fin, el agua debe pasar por unas estrictas fases de depuración


En algunas partes del mundo, el agua que vierten los núcleos urbanos al medio es tan insalubre que puede llegar a causar la muerte. En otras, sin embargo, esa misma agua posee tanta calidad que se mimetiza a la perfección con aquella que encontramos en la naturaleza ¿Por qué sucede esto? La respuesta queda determina por la presencia de una EDAR.

Las EDAR, o Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales, son unas infraestructuras clave dentro del ciclo integral urbano del agua al ser las responsables de mitigar los impactos humanos en el agua derivados de nuestras actividades en las ciudades.

 

En concreto, según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), se tratan de las infraestructuras encargadas de recoger el agua contaminada de las ciudades, transportada por el sistema de alcantarillado, para después liberarla de materias orgánicas e inorgánicas nocivas. Su objetivo es, por tanto, convertir el agua “sucia” en un agua limpia que se pueda verter al medio sin causar impactos nocivos.

Las aguas residuales poseen una gran cantidad de contaminantes que alteran o perjudican el medio acuático en el que son vertidas. Así, por ejemplo, la materia orgánica que desechamos alimenta a microorganismos que, a la larga, reducirán los niveles de oxígenos en las aguas naturales, incapacitando la vida a los seres que dependen de ella.

El exceso de nutrientes puede impulsar el fenómeno de la eutrofización que ya está mermando las grandes masas de agua dulce de este mundo. Además, hay que recordar que los patógenos de las aguas residuales pueden poner en peligro la salud animal y humana.

Por no hablar de los elementos químicos que vertemos que pueden ser tóxicos para los organismos vivos del medio natural.

Antes de su llegada, todos los núcleos vertían sus aguas contaminadas al medio sin ningún tipo de tratamiento. Esta estrategia, que ya estaba reduciendo la calidad del agua natural en muchos lugares, se intensificó con la llegada de la Revolución Industrial hasta el punto incluso muchas de ellas no eran aptas ni para el baño.

“Bacterias fecales, cianobacterias y otros contaminantes se transportaban directamente a los ríos, provocando que muchas de las aguas que fluían por ellos, así como en los lagos y mares, quedaran totalmente inutilizados para bañase o para ser reutilizados de nuevo en otros núcleos urbanos”, resaltan desde la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema).

“En los últimos años, la calidad del agua que nos rodea se ha incrementado fruto de la construcción de mejores sistemas de alcantarillado y estaciones de tratamiento de aguas residuales […] Al fin y al cabo, cabe recordar que un agua limpia no es solo beneficiosa para los ecosistemas, sino también para nuestra propia salud al garantizar así un suministro que podemos volver a utilizar con todas las garantías”, añaden desde la Agencia.

El funcionamiento de la EDAR

Desde que llega a la estación depuradora hasta que sale totalmente limpia, el agua debe pasar por una serie de fases que se prolongarán más o menos en el tiempo teniendo en cuenta la naturaleza de la EDAR.

Esquema del funcionamiento de una Estación Depuradora de Aguas Residuales o EDAR | Fuente: El Ágora

En este sentido, podemos encontrarnos con una estación física, es decir, aquella que solo utiliza procedimientos físicos y químicos para limpiar el agua, o con una biológica. Esta última, además de los procesos presentes en las EDAR físicas, también se apoyan en la utilización de seres vivos, como bacterias, para incrementar la calidad del agua depurada.

Ahora bien, en todo caso, el proceso de depuración contará de cuatro fases esenciales: el pretratamiento, el tratamiento primario, el tratamiento secundario y el tratamiento terciario.

Pretratamiento

El pretratamiento es una etapa de preparación del agua para que inicie de la manera más eficiente su proceso de limpieza, es decir, libre de las impurezas más visibles.

Según los técnicos de la EDAR de Aguas de Alicante, esta fase está destinada, además, a proteger las instalaciones de la depuradora de objetos de gran tamaño que, de entrar en el ciclo de depuración principal, puedan puedan causar daños físicos o abrasivos.

El pretratamiento trata de eliminar los sólidos más grandes presentes en el agua a través de grandes filtros

Debido, por tanto, a que se quieren eliminar los materiales más visibles del agua, se hace pasar al líquido por un enrejado con aperturas de diferentes tamaños, que van desde los 15 centímetros hasta los dos milímetros. Los objetos inorgánicos menores a dos milímetros, como la arena o las grasas, viajan con el agua hasta el desarenador, donde son eliminados, o bien dejando reposar el agua para que estos materiales se depositen en el fondo o floten, o mediante aire.

En este último caso, se crea una serie de flujos de aire contantes que remueven las partículas de mayor densidad, facilitando su extracción. Una vez libre de materiales visibles, el agua está lista para iniciar la depuración propiamente dicha.

Tratamiento primario

Esta fase de la depuración tiene como objetivo la eliminación de, por lo menos, el 50% de los sólidos suspendidos menores de dos milímetros que pueden sedimentarse y, al menos, el 20% de la materia orgánica . Para ello, el agua se transporta a un decantador primario, donde queda prácticamente en reposo durante unas horas.

Debido a que la velocidad del agua es prácticamente nula, los materiales comienzan a depositarse en el fondo, donde luego son arrastrados hacia un conducto de desagüe para ser trasladados hacia otra instalación en la que serán aprovechados más adelante. Para ayudar en el proceso de eliminación, cabe la posibilidad de añadir reactivos químicos, como coagulantes, que tienen la capacidad de agrupar las partículas que por sí solas no pueden sedimentar (floculación), o aire a presión para favorecer que los materiales se depositen en la superficie del agua mediante burbujas.

Una vez completado este proceso, el agua fluye hacia la siguiente fase.

Tratamiento secundario

Al dejar aislada en el agua prácticamente solo materia orgánica, el siguiente camino que toma la depuración es tratar de eliminar principalmente ese elemento, aunque también se centra en separar nutrientes vinculados, como lo es el fósforo.

Para alcanzar esta meta se pueden seguir dos vertientes: una en la que se utilicen medios químicos, lo cual es más agresivo, u otra en la que haga uso precisamente de microorganismos que devorarán toda esa materia orgánica. Eso se consigue inyectando oxígeno al agua para que favorecer el crecimiento de estos seres, que se unirán creando estructuras visibles que, posteriormente, serán más fáciles de eliminar.

Los decantadores sirven para impulsar la precipitación de materiales no deseados para facilitar su extracción

La creación de esta materia tiene lugar en el llamado reactor biológico donde, además, se aprovechará el metano que expulsen estos microorganismos para disponer de una fuente de combustible más sostenible. La eliminación de los organismos se realiza después en un decantador secundario mediante sedimentación donde, o bien serán devueltos al reactor biológico para ayudar en el proceso de descomposición, o se transportarán hacia otras instalación donde serán tratados como fangos.

Cabe destacar que esta fase solo está presente en las EDAR de mayor envergadura. En poblaciones pequeñas con infraestructuras más básicas se suele unir esta etapa con la primera, es decir, haciendo funcionar el decantador primario como estructura de sedimentación y descomposición al mismo tiempo.

Tratamiento terciario

Por último, antes de verter el agua libre de impurezas al medio natural, tenemos que asegurarnos de que realmente esa agua queda totalmente limpia. Una misión que tiene lugar en la tercera y última fase de la depuración.

Principalmente, lo que se elimina en esta fase son pequeños fragmentos de materia orgánica que no se han sedimentado en el decantador secundario, así como los nutrientes asociados a ellos. Para ello, se filtra el agua por un lecho de material granular compuesto por arena y grava o por unos filtros sintéticos compuestos por membranas.

Esta agua limpia después llega a unos estanques donde se desinfecta para evitar que los patógenos puedan entrar en contacto con el medio. Esto se consigue a través de distintas fórmulas, aunque las más comunes son mediante cloración, exposición a rayos ultravioletas u ozonización.

Una vez terminada la fase, el agua podrá ser devuelta al medio con todas las garantías, asegurando la circularidad de este recurso vital.

Subproductos de la depuración

La operación de las depuradoras de aguas residuales genera grandes cantidades de lodos, fundamentalmente orgánicos, como producto final de la depuración del agua, que pueden llegar a ser peligrosos si las aguas tratadas contuviesen compuestos tóxicos, aunque por normal general son seguros.

Si se tratan correctamente, estos fangos pueden ser utilizados para aplicaciones agrícolas o extraer biocombustibles que pueden reducir la dependencia energética de la depuradora. Esto se consigue, en primer lugar, eliminando las grandes cantidades de agua que poseen y estabilizando los procesos aeróbicos de estos fangos.



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