El ahorro energético y la economía circular son objetivos estratégicos de la Asociación Española de Empresas de Agua Urbana (AGA), que defiende la colaboración público-privada como un factor esencial para el I+D+i del sector y la consecución de la Agenda 2030



Inteligencia artificial, smart cities, big data, machine learning, smart metering son conceptos que poco a poco suenan con más y más fuerza y de los que, por supuesto, el mundo del agua y en particular el sector del agua urbana, no es ajeno, según señala las Asociación Española de Empresas de Agua Urbana (AGA) en un comunicado público.
La entidad recuerda que la innovación y la tecnología permiten una gestión del agua y de los recursos naturales más eficiente y sostenible. “Conscientes de esta realidad, son numerosos los proyectos de I+D+i que las empresas públicas, mixtas y privadas asociadas desarrollan como una parte fundamental de su actividad diaria” defiende AGA.
Ahora más que nunca, debido a las previsibles e imprevisibles consecuencias que el cambio climático, «tenemos la obligación de revisar la información que atañe a la gestión del agua. Para este reto, hacer uso de los últimos avances tecnológicos, será fundamental», explica la patronal del sector.
“El mundo ha cambiado mucho en los últimos años. Existe una nueva realidad social, económica, climática y también, tecnológica. Esto nos obliga a buscar el camino a seguir, teniendo en cuenta todas ellas y siempre desde el diálogo mediante el debate social y la búsqueda de soluciones consensuadas; teniendo siempre en mente la búsqueda del buen estado ambiental y partiendo de la siguiente premisa: abastecimiento y saneamiento son derechos humanos”, afirma AGA.
Agenda 2030 y ODS
Según explica la asociación, que aglutina a los principales actores del sector, la implicación de los operadores de agua urbana con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 es total. Y para ello, consideran que hay que ir más allá de lo convencional e invertir en tecnología e innovación aplicadas al medio ambiente.
En este sentido, subraya que con el acceso al agua de grifo, se mejoran las condiciones de vida (disminución de hambre y pobreza); aumentan higiene y aseo personal (la salud y bienestar); se favorece la igualdad de género, se disminuye el uso de plásticos (acción por el clima) y así se pueden seguir nombrando distintos ODS relacionados con el agua urbana, hasta demostrar que «en realidad todos guardan relación con la misma».
La entidad afirma que el compromiso de las empresas de agua urbana con la acción por el clima y por lograr lugares para vivir de forma sostenible y saludable, sólo se podrá llevar a cabo mediante la aplicación de tecnologías avanzadas, que permitan, por ejemplo, reducir la cantidad de energía necesaria y obtener la misma de fuentes totalmente limpias con el objetivo de descarbonizar el sector al 100%.
La huella de carbono del sector corresponde en su mayoría (alrededor del 75 % del total) a emisiones procedentes de la producción de la energía necesaria para el funcionamiento de las instalaciones. El total de emisiones (menos del 0,4 % del conjunto del país) está muy por debajo de lo que supone el sector en el PIB español (0,65 % del total), explica la entidad. No obstante, «se trabaja por la disminución de dichas cifras de emisiones hasta lograr la total descarbonización».
Digitalización
Para la asociación, el Internet de las cosas, la modelización y el BIM (Building Information Modelling) son conceptos ya familiares y ejemplos de tecnología e innovación aplicadas directamente a obra y explotación de infraestructuras.
Ya sea para el día a día de la gestión de infraestructuras, o para la relación empresa-cliente (facturas, cobros, reclamaciones, atención personalizada, etc.), el futuro será digital o no será, sentencia AGA. En esta línea, las empresas del sector «llevan ya años trabajando y está claro que seguirán afianzando esfuerzos y ampliando horizontes, en beneficio siempre del medio ambiente y del servicio a la ciudadanía», apunta.
Economía circular
AGA se reafirma en que el sector del agua urbana, es uno de los pocos que puede llegar a ser autosuficiente energéticamente -al menos bajo determinadas circunstancias-, aunque para ello son necesarios cambios normativos y legislativos, que espera se vayan sucediendo «a la mayor brevedad posible, en pro de una economía descarbonizada y totalmente verde, en sintonía con la orientación que marca la Agenda 2030″.
La entidad destaca que, en particular, las depuradoras son el paradigma de la economía circular, pues, a partir de agua residual, se obtiene: agua depurada para devolver a cauce, agua regenerada para aplicar a otros usos, energía eléctrica (para autoconsumo e incluso reintroducción a la red), abonos y fertilizantes para usos agrícolas, biogás (aprovechable por ejemplo para flotas de vehículos), entre otros muchos productos.
La continua aplicación de tecnologías innovadoras, hace que esta circularidad de la economía, pueda ir en aumento progresivamente. «En este punto estratégico trabajan constantemente las empresas de agua», afirma AGA.
Percepción social
Por otro lado, según AGA, es fundamental la concienciación de la sociedad civil sobre la importancia del agua y su buena gestión y en el aprecio por el suministro de agua de grifo, cuyo consumo debería ser preferente. «Es básico promover la participación real y efectiva por parte del conjunto de la sociedad y, en ese sentido, se están promoviendo nuevas fórmulas de comunicación y relación con los ciudadanos», concluye.
