Si todo el mundo consumiera recursos al ritmo de España harían falta 2,5 planetas para satisfacer la demanda. El país arrastra su déficit ecológico desde el 28 de mayo, un dato que hace más que necesario extremar el consumo de uno de los recursos más escasos: el agua



El pasado 29 julio se registró el “Día de Sobrecapacidad de la Tierra” (“Earth Overshoot Day”), momento a partir del cual, el planeta comienza a consumir más recursos naturales de los que produce anualmente. Sin embargo en España ese déficit ecológico comenzó el pasado 28 de mayo.
Esto es una muestra más, de que la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático necesitan actuaciones de calado y que éstas se ejecuten ya, según afirma AGA.
La mayoría de los efectos más evidentes del cambio climático, tienen que ver directamente con agua: sequías, lluvias torrenciales, aumento del nivel del mar, deshielo, pérdida de biodiversidad fluvial y marina, etc.
En consecuencia, es un tema que preocupa al sector del agua urbana y que está claramente definido en los condicionantes diarios de su gestión.
El agua: bien básico y derecho humano a proteger
Todas las empresas de agua urbana y en especial las públicas, mixtas y privadas que forman parte de AGA, están totalmente concienciadas con el medio ambiente.
La materia prima de los operadores es el agua: bien básico esencial considerado como derecho humano, que es además de titularidad pública subordinado al interés general
Un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente publicado en 2016, ya señalaba a España como el país más vulnerable frente al cambio climático de toda la Unión Europea por su posición geográfica, la escasez generalizada de agua y el estrés hídrico.
Otro informe del Centro de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) publicado en 2017 prevé una reducción drástica de los caudales fluviales en la Península en los próximos años.
Economía circular: la clave del presente y del futuro
Ante esta situación, desde la patronal de las empresas de agua urbana señalan que es importante que se hagan políticas públicas que apoyen el nuevo concepto de economía circular del agua, aunque el sector ya viene trabajando históricamente en este sentido.
El potencial de la economía circular en la gestión de los recursos hídricos es enorme: el agua es fuente de energía renovable; bebiendo agua de grifo se evita el uso de plásticos de un solo uso; a partir de los distintos procesos del ciclo urbano del agua se pueden obtener subproductos como abono, agua regenerada y un larguísimo etcétera.
El sector en su conjunto está alineado con los Objetivos de Desarrollos Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Desde hace décadas están transformando sus instalaciones para que sean más eficientes energéticamente y verdaderas garantes de la economía circular.
En este sentido AGA destaca como ejemplo las Estaciones Depuradoras de Agua Residual (EDAR) que poco a poco se están comenzando a conocer como “bio-factorías”. En estas instalaciones con el agua residual que llega a las plantas, el sector es capaz de producir agua depurada que se devuelve en buen estado al cauce; agua reutilizada; fósforo en forma de estruvita para su uso como fertilizante; abono; biogás que puede ser utilizado para cargar flotas de vehículos; y energía eléctrica para el consumo propio de la planta (llegando incluso al 100 %) o ser introducida en la red general.
Herramientas adecuadas: caminos hacia el éxito
Para que la burocracia no lastre la innovación tecnológica, AGA reclama la alineación de todas las políticas públicas, que permitan la consecución de los objetivos medioambientales, sociales y económicos que nos demanda actualmente la sociedad a la que servimos y en la que estamos inmersos.
Aplicar innovación y tecnología y apostar por I+D+i, para hacer frente a los retos del agua es indispensable para el sector
El cumplimiento de los objetivos ambientales expuesto, exige un gran despliegue de capacidad inversora que no puede ser cubierto de forma íntegra por las administraciones públicas. Por ello, la colaboración público-privada será actor esencial en el futuro del agua urbana y su camino hacia la descarbonización y el mantenimiento de la excelencia del servicio.