El agua, aliada perfecta para la descarbonización

El agua, aliada perfecta para la descarbonización

El último reporte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático plantea las medidas necesarias para frenar la emergencia climática. Entre las miles de propuestas que realizadas por los especialistas, resaltan las pertinentes al agua, convirtiéndola en un aliado clave para la descarbonización


El tercer capítulo del informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha advertido que el momento de actuar contra el cambio climático «es ahora o nunca». Los expertos del IPCC han dicho que el mundo puede evitar la catástrofe ambiental virando hacia una economía centrada en la descarbonización y tomando medidas paliativas para reducir las emisiones de dióxido de carbono.

El IPCC elaboró el informe con la aportación de 239 científicos y representantes de 195 países y las medidas constituyen una hoja de ruta realista para enfrentar la emergencia climática. Entre las muchas sugerencias que hacer el informe para lograr reducir la emisión de gases invernadero, el agua, su ciclo y presencia se asoman como potenciales aliados para lograr la descarbonización necesaria.

El informe de la IPCC enfatiza la importancia de la implicación de agentes empresariales para poder frenar el cambio climático.
«La mitigación del CO2 debe abarcar cambios en la infraestructura, el uso de la tecnología y cambios en el comportamiento. Se deben buscar nuevas medidas y formas de proveer servicios para reducir las emisiones un 40%-70% antes del 2050», sugiere el reporte. Además enfatiza la importancia de encontrar vías para que los servicios municipales contribuyan para que las ciudades y localidades sean más sostenibles. «La planeación e infraestructura urbana sostenible, incluidos los techos y fachadas verdes, los parques, bosques y humedales urbanos, así como los huertos urbanos y el diseño sensible al agua pueden ayudar a la mitigación del CO2. Además de reducir los riesgos de las inundaciones, la presión en el alcantarillado, el calentamiento urbano y proveer beneficios de salud al reducir la contaminación ambiental», plantea el informe.
Estas sugerencias se engloban en acciones puestas en marcha por algunas empresas involucradas en el ciclo urbano del agua. Estas iniciativas demuestran que la descarbonización tal y como la sugieren las medidas del IPCC es posible. Como ejemplo está lo logrado por la Empresa Municipal de Aguas de Granada, Emasagra, la primera del sector en la gestión del ciclo integral del agua con neutralidad climática. Desde 2019 Emasagra logró ser neutral en su emisiones de CO2 a través de acciones en el ámbito ambiental, social y económico. Emasagra utiliza energías renovables, la gestión circular del biogás producido en los procesos de depuración y realiza proyectos sostenibles. La empresa utiliza energía solar fotovoltaica e hidroeléctrica, prima el uso del vehículo eléctrico y tienen instaladas cuatro electrolineras en diferentes puntos de Granada que se alimentan de la propia energía que generan las plantas potabilizadoras.

Depurar agua y conseguir biocombustible

El reporte del IPCC también señala que frenar el cambio climático es posible si se plantean estrategias que primen el uso de biocombustibles por encima de los fósiles. Los científicos del IPCC han dicho enfáticamente que la tecnología para este cambio ya está al alcance y tan solo queda que las empresas apuesten por estas alternativas. «Los biocombustibles pueden ofrecer beneficios de mitigación a corto y mediano plazo. Los combustibles sostenibles, de hidrógeno bajo en emisión y otros derivados sostienen una posible mitigación del CO2 emitido por el transporte», afirma el informe del IPCC.

Operario de CEMEX en la planta de secado de lodos de Alicante. | Foto: CEMEX

Un ejemplo de lo que el IPCC quiere decir con estas medidas es el trabajo realizado en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR). Las EDAR son infraestructuras encargadas de recoger el agua contaminada de las ciudades para liberarla de materias orgánicas e inorgánicas nocivas. Del proceso de depuración actualmente se extraen los llamados lodos que pueden ser utilizados para aplicaciones agrícolas o extraer biocombustibles que pueden reducir la dependencia energética de la misma depuradora. Además de esos lodos además pueden llegar a tener otros usos como sucede en el proyecto pionero en España y Europa impulsado por Aguas de Alicante: en una fábrica de CEMEX se utiliza el lodo como combustible alternativo para el horno cementero. El programa ha evitado la emisión en una década de 120.000 toneladas de CO2 a la atmósfera usando 300.000 toneladas de lodos de depuradora.

Las EDAR además tienen la capacidad de convertirse en biofactorías, tal y como sucede en la Biofactoría Sur de Granada. Este sitio, que recoge y trata el agua equivalente a unos 425.000 habitantes, recicla la totalidad de los materiales sólidos producidos en los procesos. Estos luego son utilizados como fertilizantes agrícolas. Además de que producen la energía que consumen y hasta permiten obtener un superávit energético.

Humedales rehabilitados en España

Una de las medidas necesarias para reducir emisiones y eliminar de la atmósfera gases de efecto invernadero según el informe es la preservación y proliferación de los llamados sumideros de carbón. Parajes naturales como bosques y humedales que absorben el CO2. Pese a que el IPCC advierte que esta no puede ser la única solución, el reporte enfatizó la importancia de este recurso para lograr no sobrepasar el calentamiento de 1,5°C. «El despliegue de la mitigación del CO2 en base a soluciones de políticas e incentivos económicos para promover los biocombustibles, la regulación del agua, conservación de bosques y ecosistemas», sugiere el informe como medida de mitigación. En pocas palabras: que los gobiernos y empresas apuesten por la conservación de los sumideros de carbón, tal y como pueden ser los bosques y humedales.

Humedal del Clot de Galvany, en Elche, Alicante, ailmentado con parte de las aguas depuradas de la localidad. | FOTO Adriana Iacob
Humedal del Clot de Galvany, en Elche, Alicante, ailmentado en parte con las aguas depuradas de la localidad. | FOTO: Adriana Iacob

Un ejemplo de la viabilidad y éxito de estas medidas es el esfuerzo impulsado por el grupo Agbar para mejorar los ecosistemas en los humedales españoles, lugares que sirven naturalmente para reducir el CO2 en la atmósfera. La rehabilitación con aguas regeneradas del Delta del Ebro, en Tarragona; la Albufera de Valencia; el alicantino Clot de Galvany; la laguna de Navaseca, en Daimiel, Ciudad Real; o las zonas inundadas de la EDAR de Cabezo Beaza, en Cartagena, son ejemplos de compromiso empresarial para ayudar al medioambiente. La rehabilitación de estos parajes no solo es importante por la biodiversidad que contienen y su rol en el ciclo del agua, si no que supone un modelo de las medidas que sugiere la IPCC.

En términos específicos está el trabajo realizado por la Agbar en las lagunas de los Tancats de l’Illa y Tancats de Milia, en la Albufera de Valencia. Las 50 hectáreas de área lacustre no existían hace una década. Sin embargo, en aquel entonces se puso en marcha un exitoso experimento de gestión de aguas residuales. Ahora, estos espacios, que eran hace poco campos de arroz, son un sumidero de carbón natural, refugio de fauna y un eficiente sistema de mejora de la calidad hídrica de la región.



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