La pandemia de Covid-19 ha evidenciado la importancia de la capacitación y profesionalización del colectivo de trabajadores del agua urbana que han garantizado el agua potable a todos los ciudadanos, una formación cada vez más necesaria en un contexto de transformación digital para adaptarse a la nueva realidad



El contexto pandémico actual nos ha enseñado la importancia de un sector que hasta ahora pasaba casi desapercibido y que, sin embargo, es el garante de que cada vez que hemos abierto un grifo para beber o lavarnos las manos el agua potable fluyera con total garantía de seguridad.
No ha sido fácil. Garantizar la actividad de los trabajadores del ciclo urbano del agua ha exigido una gran competencia y capacitación para modificar de un día para otro los procedimientos de actuación, implementar nuevas herramientas digitales y soluciones que al tiempo que aseguran un buen servicio a los ciudadanos preservan la salud de los empleados.
Es un ejemplo de resiliencia y compromiso de los trabajadores del agua que han dado un ejemplo de profesionalidad. Una profesionalidad asentada sobre la formación continua tal y como refleja el VI Convenio colectivo estatal del sector del ciclo integral del agua.
La formación continua de los trabajadores y la incorporación de nuevas tecnologías constituyen una de las bases de este convenio que se asienta en el convencimiento de que la capacitación del empleado redundará en una mejora del servicio prestado a los ciudadanos y a los propios trabajadores.
El contexto actual ha obligado a profesionales y empresas a acelerar la transformación digital para adaptarse a la nueva realidad. En este sentido, la formación es una palanca clave para acompañar este proceso de cambio, capacitando a profesionales en su puesto de trabajo y preparándolos para su futuro en entornos cada vez más digitales.
Semana Europea de la Formación Profesional
Coincidiendo con la celebración estos días de la Semana Europea de la Formación Profesional, que tiene por objeto hacer más atractivo este modelo formativo para las competencias y los empleos de calidad, en El Ágora hemos querido acercarnos a las necesidades de un sector que además de los cambios que ha impuesto la pandemia se enfrenta al reto de una auténtica revolución digital del sector impulsada por el escenario del cambio climático.
El empleo del sector de los servicios de agua urbana es muy cualificado y de calidad, dada la tecnificación y especialización requerida.
Según la Asociación Española de Empresas Gestoras de Servicios de Agua Urbana (AGA), el 20% de los empleos lo cubren titulados universitarios de formación media o superior, lo que actualmente correspondería a grado o máster. Tan sólo un 15% correspondería a personal con baja cualificación.
El sector de los servicios de agua urbana, que utiliza algo menos del 20% del volumen total del agua gestionada en España, representa económicamente el 0,5% del PIB nacional. Emplea a unas 27.000 personas de forma directa, a los que habría que sumar otros 35.000 empleos indirectos por contratación o externalización de trabajos auxiliares.
Según un estudio publicado esta misma semana por el Centro de Referencia Nacional sobre las Necesidades formativas del sector del agua en España es necesario hacer más atractivo el sector del agua para los jóvenes. El estudio anuncia la puesta en marcha de tres nuevos programas formativos sectoriales: Mantenimiento de equipos electromecánicos; instalación y montaje de bombas y su uso en captaciones subterráneas y conceptos básicos del ciclo urbano del agua: la apuesta por la economía circular.
El Centro de Referencia Nacional señala el predominio de las titulaciones de Formación Profesional relacionadas con la energía en detrimento del agua e insiste en la amplia capacidad de mejora en la creación no solo de nuevas titulaciones del agua, sino de abrir las titulaciones ya existentes en más provincias españolas.
En su estudio muestra la estructura organizativa media por categorías profesionales de las empresas del sector del agua correspondiente a 2019.
En las principales empresas del sector del agua analizadas, más de la mitad de los trabajadores (52,6%) se encuadran en dos categorías profesionales: operarios y personal subalterno, y técnicos y oficiales.


Esta situación muestra la relevancia que tienen dichos profesionales en las empresas del sector y la importancia de contar con unos profesionales altamente formados y cualificados.
El CNR destaca que en el sector de la energía y el agua es necesario capacitar a los futuros trabajadores con los conocimientos que demandan las empresas para afrontar sus retos.
Capacitación en nuevas tecnologías y cambio climático
La gestión de los recursos hídricos en un contexto de cambio climático requiere profesionales formados con un enfoque multidisciplinar para una nueva gobernanza del agua.
El cambio climático no es una disciplina por sí misma, sino un fenómeno que exige de transversalidad de conocimientos y aproximaciones, por lo que los programas de formación en el ciclo integral del agua deben propiciar profesionales con una amplia competencia técnica y de gestión, que incorporen una visión holística del recurso y los ecosistemas con una marcada orientación ambiental.
Este contexto obliga a modificar los enfoques y adaptar las formas de aprender en continuo de los profesionales para poder gestionar un recurso esencial como el agua, del que depende el desarrollo de las comunidades, la salud pública, la actividad económica y la propia naturaleza. El agua es un recurso comprometido y cada vez más escaso que demanda profesionales de primer nivel.
Formación Dual, clave para el empleo
El mercado laboral se transforma continuamente, y más en una época marcada por la constante evolución tecnológica. Esto significa que aparecen nuevos puestos de trabajo y, por lo tanto, se abren horizontes distintos para los estudiantes. Por eso, es vital que la formación esté adaptada a las necesidades de las empresas y la Formación Profesional Dual está precisamente diseñada para ello.
La Escuela del Agua es el referente de la FP Dual en el sector, promoviendo esta modalidad formativa desde hace nueve años en colaboración con institutos públicos, ayuntamientos y comunidades autónomas.
Propone un sistema de formación mediante el que las empresas podrían invertir en formación específica a la vez que se aseguran su rentabilización al incorporar trabajadores cualificados y que ya han adquirido el know-how de la empresa, por lo que los costes de aprendizaje para el empleado serán inferiores y será más eficiente que un trabajador que no conoce el oficio.
Este modelo de educación orientado a las necesidades de la empresa es clave para combatir el desempleo juvenil y favorecer la recuperación, ya que cuenta con una ratio de inserción laboral superior al 70% entre los jóvenes de menos de 25 años.
Así lo afirman la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en estudios recientes sobre el futuro del trabajo y la educación tras la pandemia. La OCDE, en particular, asegura que los países que han sido más efectivos a la hora de reducir los niveles de desempleo juvenil cuentan con programas de FP de calidad.
Si bien los organismos internacionales señalan a la FP como un «arma» idónea para luchar contra el desempleo en la era pos-COVID-19, en España solo un 28% del alumnado cursa estos estudios, un porcentaje por debajo de la media de la OCDE (32%). No obstante, el número de matriculados en la FP española se ha incrementado este curso casi un 5,2% respecto al anterior. Actualmente, esta formación cuenta con 46.494 estudiantes más, marcando así un récord de 934.204 jóvenes que han apostado por la FP.
Para planificar cómo adaptar la FP a las necesidades del mercado de trabajo pos-COVID-19 resulta necesario prever cómo será este después de la pandemia, lo que resulta complicado y requiere de más investigación, según algunos expertos. No obstante, apuntan que la crisis sanitaria ha evidenciado la necesidad de transformar el modelo productivo actual hacia las nuevas tecnologías y actividades económicas sostenibles.
La adopción acelerada de tecnologías emergentes y nuevas formas de organización del trabajo que se está presentando transformará la dinámica del mercado laboral. Esto creará la necesidad de que las personas actualicen sus habilidades constantemente y adquieran otras nuevas, para lo que la FP tiene un gran potencial, especialmente en el ciclo integral del agua.
