El agua del mar Adriático se adentra en el cauce seco del río Po

El agua del mar Adriático se adentra en el cauce seco del río Po

Debido a la sequía del río Po, al norte de Italia, el agua salada del Mar Adriático ha comenzado a fluir por su vertiente. Esto agrega una nueva amenaza para los ya de por sí secos cultivos italianos en la peor situación hídrica que se recuerda en el país


El río Po, el río más largo de Italia, está alcanzando niveles récord de sequía tras meses sin lluvias. La peor sequía en 70 años para la zona ha provocado un problema agregado: que el agua salada del mar Adriático fluya río arriba, causando daños agregados a los cultivos ya de por sí afectados.

Extendiéndose desde los Alpes en el noroeste hasta el Mar Adriático en la costa este, la vasta vía fluvial es una fuente vital de agua para varias regiones. Se utiliza para beber agua, nutre grandes extensiones de tierra agrícola y produce energía hidroeléctrica en el norte de Italia.

El valle del Po es la zona agrícola más importante del país, ya que produce alrededor del 40% de los alimentos de Italia, incluidos el trigo, el arroz y los tomates. Con la sequía en curso, los agricultores luchan por mantener los cultivos irrigados y se ha pedido a muchas ciudades del valle del Po que racionen el agua durante la noche en medio de la sequía.

Pero ahora es también el flujo de agua de mar hacia el Po lo que hace casi imposible el riego con la escasa agua que hay, ya que el agua salada quema y arruina los de por sí secos cultivos. En el punto donde el río Po se encuentra con el Mar Adriático, en el pueblo de Scardovari, los habitantes afirman que las olas rompen las barreras antisal y empujan río abajo entrando en la capa freática.

Una severa sequía

Una parte del valle del Po, cerca de Piacenza (una ciudad en la región de Emilia-Romagna, en el norte de Italia). Las imágenes del Copernicus Sentinel-2 revelan cómo el río se ha reducido significativamente entre junio de 2020 y junio de 2022. | Crédito: Copernicus Sentinel (2020-22), procesados por ESA

El agua en el valle del Po ha caído a niveles mínimos históricos, en parte como resultado de la falta de lluvia que ha estado sufriendo el norte de Italia; así como de las altas temperaturas y la falta de nieve en las montañas que alimentan el río.

Muchas de estas áreas han estado sin lluvia durante más de 110 días, según el Observatorio del Río Po. El río Po es normalmente una amplia franja de agua turbia, pero ahora se ha secado con grandes extensiones de arena expuestas.

La ESA vigila las sequías

Benjamin Koetz, Jefe de la Oficina de Iniciativas Sostenibles de la ESA, dijo en un comunicado este lunes: «Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la agricultura consume hasta el 70% del agua dulce y, considerando la creciente escasez de agua, el uso del agua debe ser más eficiente en este sector. Para ello, la ESA está preparando la Misión de Monitoreo de la Temperatura de la Superficie Terrestre como parte de las Misiones de Expansión de Copernicus que nos permitirá monitorear la evapotranspiración de los cultivos a nivel de campo y, con ello, apoyar prácticas de riego sostenibles».

Según los nuevos resultados publicados por un proyecto financiado por la ESA llamado CAREHeat, el mar Mediterráneo está sufriendo actualmente una ola de calor marino con temperaturas en mayo de 2022 4°C más altas que el promedio del período 1985-2005. Según los hallazgos, la temperatura del agua superficial alcanzó picos de más de 23°C.

El proyecto, que cuenta con la participación de agencias de investigación italianas como la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible (ENEA) y el Consejo Nacional de Investigación (CNR), busca desarrollar estrategias para identificar olas de calor oceánicas y determinar su efecto sobre los ecosistemas marinos y actividades económicas como la pesca.



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