El agua urbana aprueba en seguridad y salud laboral durante la pandemia - EL ÁGORA DIARIO

El agua urbana aprueba en seguridad y salud laboral durante la pandemia

Las presiones y riesgos que ha afrontado el personal del ciclo del agua durante la pandemia han sido todo un desafío para empresas y empleados, que han demostrado la resiliencia de sus sistemas de seguridad y salud laboral. Una fortaleza y resiliencia que hoy la Organización Internacional del Trabajo reivindica para todos los sectores


Trabajar en sistemas de salud y prevención de riesgos laborales sólidos y resilientes frente a futuras crisis como la del coronavirus es la recomendación que hace hoy, 28 de abril, la Organización Internacional del Trabajo con motivo de la celebración del Día Mundial de la Seguridad y Salud laboral 2021.

La pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 ha llevado a gobiernos, empleadores, trabajadores y a la población en general a enfrentarse a retos sin precedentes, también en el ámbito laboral, y precisamente por ello y como no podía ser de otra manera, el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo se centra este año en las estrategias para fortalecer los sistemas nacionales de seguridad y salud en el trabajo (SST) con el fin de desarrollar resiliencia para hacer frente a las crisis, hoy y en el futuro, aprovechando las enseñanzas y experiencias extraídas del mundo del trabajo.

La OIT aboga por el establecimiento de sistemas de seguridad y salud en el trabajo resilientes para hacer frente a futuras situaciones de emergencia

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es necesario que los países pongan en marcha sistemas de seguridad y salud laboral sólidos y resistentes, a fin de mitigar los riesgos que corren todas las personas en el mundo del trabajo frente a futuras emergencias sanitarias.

A tal efecto, será necesario invertir en infraestructuras de SST e integrarlas en planes generales de preparación y respuesta frente a crisis a escala nacional, con objeto de velar por la seguridad y la salud de los trabajadores y facilitar la continuidad de la actividad empresarial.

Unos sistemas que en el caso del sector español del agua urbana han superado el desafío, ya que el compromiso de empresas, públicas y privadas, y de sus 32.700 empleados, ha permitido dar continuidad a una actividad esencial, garante del derecho efectivo al agua potable y al saneamiento, anticipándose a la evolución de la crisis y agilizando respuestas que han protegido la salud de los trabajadores y del servicio que prestan.

El agua urbana superó el desafío de la salud laboral en pandemia

Desde que surgió la pandemia de COVID-19, los trabajadores de sectores específicos, en particular los de atención en caso de emergencias, los del ciclo integral del agua, la sanidad o la asistencia social, se han encontrado en una situación particularmente vulnerable frente al riesgo de infección.

La salud del colectivo del agua urbana fue una prioridad absoluta para el conjunto del sector, que estableció protocolos de prevención para abordar la contingencia pandémica sin exponer a los operarios, al tiempo que se garantizaba el agua como elemento esencial para la salud de toda la sociedad. Una muestra de la fortaleza y resiliencia de los sistemas de salud y prevención de riesgos laborales del sector.

Técnico de una planta de gestión de agua urbana.

Así, ya el 18 de marzo de 2020, las patronales del agua urbana AGA y AEAS diseñaron un manual de buenas prácticas para que todos los operadores adoptasen una batería de medidas, tanto generales como relativas a la movilidad, la higiene, el control de los posibles casos de COVID-19, la situación en las oficinas de atención al usuario, los servicios mínimos, y medidas específicas para la operación de las plantas potabilizadoras y depuradoras y el mantenimiento de las redes.

Incluso, gracias al compromiso de todo el colectivo de trabajadores, se integró la  flexibilidad en las condiciones establecidas en el Convenio Colectivo para las dotaciones de las plantillas y en la movilidad del personal, así como en las facilidades para realizar contrataciones si los recursos humanos se hubieran visto mermados por la pandemia.

Se dotaron de equipos de protección individual (EPIS) para trabajadores de potabilizadoras y laboratorios, y se garantizó el transporte de reactivos imprescindible para el funcionamiento de potabilizadoras y depuradoras.

Para poder realizar las operaciones de reparación y mantenimiento de manera eficiente, el sector habilitó permisos para la circulación en vehículos compartidos cuando los desplazamientos fuesen para acometer misiones, siempre respetando las distancias de seguridad personal.

Se suspendieron todos los cortes de suministro, y las brigadas de mantenimiento y conservación se dedicaron solo a la resolución de incidencias: roturas de tuberías, problemas en redes de saneamiento, etc. Asimismo, se establecieron grupos de personas que permanecieron en aislamiento en sus domicilios, en previsión de que se pudieran producir casos de infección entre la plantilla de los centros; y en los centros de atención telefónica, se redujeron las plantillas operativas simultáneas para rotarlas y asegurar el servicio continuamente, apostándose en todo caso por la digitalización para mantener la adecuada atención a los usuarios sin presencialidad en las oficinas.

Los laboratorios de calidad de agua también dividieron sus plantillas para asegurar el control permanente de la calidad del agua y asegurar que en todo momento se cumplía con los requerimientos normativos para el agua suministrada.

Autocaravanas aparcadas en una instalación de SUEZ España / SUEZ España

Hubo empresas que incluso confinaron voluntariamente retenes de personal en las plantas potabilizadoras para minimizar el riesgo de contagio, y durante semanas vivieron en caravanas dentro de las propias instalaciones de las compañías.

Un esfuerzo de todo un sector, el del agua urbana, que se ha desarrollado con total éxito durante toda la pandemia gracias al compromiso de operadores y trabajadores, todo en aras de garantizar la salud del conjunto de la sociedad y dar cobertura a esos sanitarios que luchan en primera línea.

Un convenio pionero que vela por la salud de los trabajadores

Una de las novedades introducidas este año en el XVI Estudio sectorial del agua es un capítulo inédito que analiza las medidas de prevención, seguridad, salud y vida en el trabajo del ciclo urbano del agua.

En esta radiografía se muestra como hasta un 83% de los trabajadores del sector están amparados por estudios psicosociales en su empresa.

El 66% trabaja en una entidad que define campañas de salud a raíz de estudios epidemiológicos, desarrollados dentro del ámbito de la vigilancia de la salud de sus trabajadores.

La incidencia de siniestralidad en el sector se sitúa en 2.470 accidentes por cada 100.000 trabajadores. Los motivos más frecuentes de baja laboral son debidos, en un 41%, a causas posturales o sobreesfuerzos, seguidos por atrapamientos por o entre objetos, y accidentes de tráfico, ambos con un 13%.

Los riesgos ergonómicos e higiénicos son los más relevantes en la actividad laboral que se desarrolla en el sector del agua

La formación continua de los trabajadores, su constante capacitación y adaptación a las nuevas tecnologías, así como la vocación innovadora del sector del agua urbana, unido a la estabilidad en el empleo que le caracteriza -el 85% de los contratos son indefinidos-, favorecen la baja siniestralidad que presenta su actividad, en palabras de Gustavo Vargas, responsable estatal de agua de FICA-UGT

El sector de los servicios de agua urbana, que utiliza algo menos del 20% del volumen total del agua gestionada en España, representa económicamente el 0,5% del PIB nacional. Emplea a más de 30.000 personas de forma directa, a los que habría que sumar otros 35.000 empleos indirectos por contratación o externalización de trabajos auxiliares.

El empleo del sector del agua urbana es estable, de calidad, cualificado y equitativo. El número de empleos directos en plantilla de los operadores del sector asciende a 32.700, repartidos entre abastecimiento, 66% del total; alcantarillado, 13%; y depuración, 21%. Los contratos fijos del sector se sitúan en el 85%, frente al 74% de la media nacional, y la brecha salarial de género es un 38% inferior a la media española.



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