AECID y Acuacar llevan agua potable a un barrio de Cartagena de Indias

AECID y Acuacar llevan agua potable a un barrio de Cartagena de Indias

Gracias a la alianza estratégica entre AECID, la Alcaldía de Cartagena y Aguas de Cartagena (Acuacar), las familias del barrio Villa Hermosa hoy gozan de tener agua y alcantarillado, dos servicios que han cambiado la vida a las más de 6.500 personas que residen en la zona


La ampliación una  planta potabilizadora de agua y las obras de acueducto y red de saneamiento ejecutadas por la compañía de aguas Aguas de Cartagena (Acuacar) ha supuesto un antes y un después para el barrio Villa Hermosa, en Cartagena de Indias (Colombia), habitado por unas seis mil personas que ya disponen de agua y alcantarillado.

La Secretaria de Estado de Cooperación Internacional de España, Pilar Cancela, ha inaugurado la planta potabilizadora en un acto en el que puso de manifiesto el «trabajo de la Agencia Española de Cooperación en favor de los más necesitados. Esta inauguración de un proyecto de agua potable en el barrio Villa Hermosa, uno de los más deprimidos de Cartagena de Indias es un ejemplo de la labor que ha hecho España», y recordó que desde hace más de 30 años «tenemos presencia estable en Colombia, haciendo proyectos de cooperación en distintos ámbitos».

Villa Hermosa es un barrio de calles de tierra con casas construidas con tablones de madera que la gente recicla. En los sectores donde el agua no potable llegaba en camiones cisterna los habitantes tenían que recogerla en bidones para llevarla a sus hogares.

Gracias a la ampliación de la planta potabilizadora de agua y las obras de acueducto hechas por la empresa Aguas de Cartagena (Acuacar), los 6.439 habitantes del barrio Villa Hermosa tendrán agua potable.

Este proyecto, que comenzó en 2017,  se ha desarrollado  gracias a la alianza entre la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Distrito de Cartagena, con el apoyo del Ministerio de Vivienda, la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC) y Acuacar. Ha contado con una inversión de más de 63.500 millones de pesos (unos 16,4 millones de dólares), para asegurar la prestación del servicio de saneamiento a más de 160.000 habitantes de Cartagena. El Fondo de Agua y Saneamiento (FCAS) de la AECID participó en el proyecto con una inversión del 58% y Cartagena aportó el restante 42%.

Agua para todos

Foto de familia de la inauguración de la planta potabilizadora de El Bosque. | Foto: Aquacar.

El proyecto incluyó la ampliación de la capacidad de la planta de potabilización de El Bosque donde se construyó el primer módulo de tratamiento de agua potable con una capacidad para procesar 40.000 metros cúbicos al día.

Además, se construyeron tanques de almacenamiento de agua cruda y potable, estaciones de bombeo, subestaciones eléctricas y la planta de tratamiento de lodos.

También se instalaron 2.100 metros lineales de tuberías para interconectar el nuevo sistema con la infraestructura existente de acueducto. Se han construido 15,6 kilómetros de redes y se instalaron 1.910 acometidas domiciliarias en el barrio Villa Hermosa.

Allí mismo, se instalaron 20,4 kilómetros de redes del sistema de alcantarillado, 171 cámaras de inspección y 2.291 registros domiciliarios.

Para visualizar el compromiso social de estas obras de infraestructura se han incorporado zonas con juegos infantiles y baterías de baños en la escuela Juan Bautista Scalabrini y la Institución Educativa Metropolitana, que beneficiarán a 980 estudiantes.

Agua como elemento transformador de las dinámicas sociales

Obra de mejora de canalizaciones en un barrio de Cartagena.

No fue fácil para los gobernantes municipales de Cartagena de Indias asumir, en los años 90, que era imprescindible apostar por un cambio en el operador de la gestión del agua eligiendo a la empresa Aguas de Cartagena, del grupo español Agbar como socio para garantizar un servicio de agua potable y saneamiento de calidad.

Sin embargo, esta decisión, junto con la de invertir en el servicio de agua y saneamiento como pilar básico e imprescindible para el desarrollo de la urbe, se ha demostrado absolutamente esencial para el mantenimiento y progresivo crecimiento de una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad colombiana: el turismo y las industrias asociadas a éste.

Y es que las inversiones asociadas a la red de infraestructuras de aguas no solo han permitido la mejora del servicio y su gestión más eficiente y sostenible, sino que además han conseguido cambiar dinámicas sociales y la forma de vida de los ciudadanos.

Ahora éstos tienen una conciencia mucho mayor en torno a la necesidad de preservar un recurso escaso, especialmente en un contexto de cambio climático como el actual; de apoyar una adecuada gestión de los recursos hídricos, que permita además desarrollar planes de estímulo económico, una mayor eficiencia en los sistemas de producción agrícola y el desarrollo socioeconómico local; o de convertirse en partícipes de la propia gestión, a través de su participación en mesas y comités constituidos entre las instituciones y la operadora.

A ello sin duda han contribuido planes como los impulsados por Acuacar en el barrio de Villa Hermosa, un asentamiento constituido hace más de 20 años en un territorio muy cercano a la zona industrial de Cartagena, donde gracias a la gestión articulada de la empresa, el Ayuntamiento, y el apoyo de la Agencia de Cooperación Española, se han logrado recursos para ejecutar un proyecto que conecta a cerca de 1.500 familias al sistema de acueducto y alcantarillado de la ciudad.

Panorámica del barrio Villa Hermosa.

Proyecto que además va acompañado por un Plan de Gestión Social con el objetivo de impulsar el desarrollo local de la comunidad, y con el que, entre otros, implementará programas de formación para los habitantes y lanzará programas de apoyo para las iniciativas productivas generadoras de ingresos, que permitirán mejorar la situación socioeconómica de Villa Hermosa.

El ejemplo en el barrio de Nelson Mandela

El barrio de Nelson Mandela es otro asentamiento urbano donde tradicionalmente se conjugó pobreza y contaminación ambiental. Con una población cercana a los 40.000 habitantes, cerca del 80% de las familias que lo conforman son familias desplazadas por el conflicto armado.

Hace apenas diez años, este barrio contaba con una cobertura de alcantarillado del 15%, situación que obligada a sus moradores a construir pozas sépticas en sus viviendas, o a verter directamente las aguas residuales y heces a las calles, arroyos naturales, terrenos baldíos o basureros satélites, lo que provocaba la proliferación de enfermedades infecciosas, especialmente en la población infantil.

Este escenario se agudizaba en épocas de lluvias, debido a la emisión de gases, y al recorrido de los lixiviados por las calles, lo cual intensificaba el problema de la insalubridad, aumentando además las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, y enfermedades de la piel.

Sin embargo, la situación actual dista mucho de la narrada, porque un proyecto impulsado por Aguas de Cartagena y la Agencia Española de Cooperación Internacional, consiguió transformar radicalmente la vida de los 40.000 residentes en el barrio de Nelson Mandela, gracias a la implantación de un sistema de alcantarillado que consiguió mejorar sustancialmente las condiciones de salud, especialmente las de la población infantil, que ya no se encuentra expuesta a los vertidos de aguas residuales.

Una mejora esencial en la calidad de vida de sus habitantes gracias a la infraestructura del agua urbana, pero que además se vio acompañada de una vertiente social muy significativa, porque como en el barrio de Villa Hermosa, Aguas de Cartagena también impulsó en el Nelson Mandela proyectos de desarrollo socioeconómico y formativos para los habitantes (suministro de alimentación y uniforme; capacitación de los habitantes en educación, convivencia, emprendimiento y liderazgo comunitario; reducción de la desigualdad de género; campañas de sensibilización en el uso racional del agua y para el buen uso del sistema de alcantarillado, etc.)

La gestión social del agua en Cartagena

Vista de la zona moderna de Cartagena de Indias, Colombia.El agua, más allá de ser un elemento esencial para la vida de la sociedad, también se ha convertido en uno de los principales articuladores de las iniciativas que generan desarrollo social en Cartagena, gracias a la labor desarrollada por el operador de agua urbana, que ha vertebrado en torno al líquido elemento numerosos programas de gestión social con las comunidades.

Así, durante el año 2020, Aguas de Cartagena organizó talleres, encuentros con líderes comunitarios, jornadas ambientales, etc. en los que participaron más de 30.000 personas, y en las que, bajo el paraguas de promover el uso eficiente, el ahorro de agua, el adecuado uso del servicio de alcantarillado, o el cumplimiento de la legalidad, se pretendía aportar en la constitución de una ciudadanía conocedora de sus derechos y deberes.

Participantes en el proyecto ‘Me la juego por mi barrio.

También impulsó la habilitación de puntos de encuentro comunitario para la integración y el bienestar, y con iniciativas como  “Me la juego por mi barrio” – que recibió además el premio nacional como mejor práctica en Desarrollo Sostenible, por apostar por el ODS 10–, promovió la habilitación de espacios donde incentivar la sana convivencia a través del deporte y la recreación, aportando al cierre de la brecha social -por ejemplo, en el Corregimiento de Puerto Badel, se recuperó el parque principal, la cancha polideportiva y una amplia zona verde, y se reconstruyeron dos edificaciones destinadas al encuentro de las organizaciones de base comunitaria, sitios todos ellos utilizados para reuniones, capacitaciones y actividades culturales-.

Bajo la misma sombrilla de integración social y desarrollo comunitario, destaca el proyecto de inversión social enfocado en mujeres cabeza de hogar impulsado en el corregimiento de Rocha, vecinos a la fuente de captación del acueducto de Cartagena, a través del cual diferentes grupos de mujeres van aprendiendo el oficio de la panadería.

Y es que una de las máximas de la labor desarrollada por Aguas de Cartagena ha sido promover el valor social como principio de integración, cercanía y confianza en cada una de las comunidades donde tiene presencia, aportando de esta manera al desarrollo sostenible de la ciudad.


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