Gracias a su integración dentro del Centro de Interpretación del Agua, Dinapsis Albacete ayuda no solo a la resiliencia hídrica y sostenibilidad de esta ciudad, sino que también es un importante polo de desarrollo territorial, dinamización social e innovación



El edificio más alto de Castilla-La Mancha no es una gran torre de apartamentos ni un rascacielos lleno de oficinas. Con casi 70 metros de altura y otros tantos de antigüedad, el Mirador de la Torre del Agua de Albacete se alza cual gigante sobre todas las otras construcciones de esta región, especialmente desde su reciente reforma que lo ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de esta ciudad manchega. Sin embargo, este imponente depósito reconvertido tras décadas de historia es tan solo la vistosa punta del iceberg de un proyecto que busca situar Albacete a la cabeza de la sostenibilidad y la resiliencia hídrica en España, al tiempo que le ayuda a dinamizar su territorio: el binomio Dinapsis-Centro de Interpretación del Agua (CIAb).
Abierto el pasado 1 de junio, Dinapsis-CIAb es a la vez un hub operativo que permite la operación integrada de los servicios de agua y salud ambiental gracias a una amplia gama de soluciones digitales, un lugar para la cocreación e innovación y un espacio abierto a los ciudadanos de Albacete en el que pueden aprender sobre el agua y conocer mejor la conexión del líquido elemento con su ciudad. Pero este proyecto único en España que combina museo, acción social y tecnología sostenible y puntera es sobre todo una herramienta para afrontar dos de los mayores retos que tiene esta urbe manchega: el estrés hídrico y el desarrollo territorial.
“Estamos ante un un centro único, un espacio que pretende ser un referente a nivel de estrés hídrico y desarrollo territorial. Hay que tener en cuenta que, en Albacete y Castilla-La Mancha, la cantidad de precipitaciones al año son bastante escasas y el estrés hídrico lo llevamos prácticamente en nuestro ADN. Por eso, es fundamental para nosotros que todas las actuaciones que hagamos y por supuesto también el enfoque que estamos trabajando de la mano de Dinapsis vaya centrado en solucionar este tipo de problemas” explica José Belda, director gerente de Aguas de Albacete, una empresa mixta del Ayuntamiento local y Agbar gracias a cuyo empeño ha salido adelante esta iniciativa.


Eso sí, poner en marcha el centro Dinapsis-CIAb no fue sencillo: hablamos de un edificio que, a pesar de su imponente figura y relevancia histórica, estuvo décadas abandonado. Pero ahora, la transformación ha sido tan importante que cualquier visitante que se pasee por su museo o salas de incubación tendría muy difícil saber que ante allí había depósitos de agua. “Esto es un proyecto que nace hace muchos años con una idea: recuperar este edificio, que es un símbolo para Albacete, como espacio icónico vinculado con el agua. De esta manera se empieza a engendrar este proyecto integral, que como eje central tiene el CIAb y DINAPSIS, pero que también acoge otras dependencias vecinales y municipales que lo enriquecen socialmente y refuerzan su vínculo con la sociedad”, apunta Julián Martinez, director del CIAb.
Y es que, ante todo, el centro Dinapsis-CIAB de Albacete, es un magnífico ejemplo de colaboración público-privada. Al fin y al cabo, todo el proyecto nace de los esfuerzos de una empresa mixta en la que las sinergias entre al ayuntamiento y el capital han facilitado no solo la mejora de la gestión hídrica y ambiental de la urbe, sino ir más allá. “Este es el mejor ejemplo que podemos encontrar en la ciudad de una colaboración público-privada: aquí se han alineado tanto las entidades públicas como el grupo Agbar y Aguas de Albacete para poner al servicio de la ciudadanía y la ciudad soluciones que aporten valor a la vida de todos”, apunta Belda.
Dinapsis, el corazón del centro
Aunque la Torre del Agua y el Museo han sido el centro de todas las miradas, el núcleo duro de esta alianza es Dinapsis Albacete, que forma parte de la red de hubs de transformación digital del grupo Agbar con la que se pretende impulsar la resiliencia, sostenibilidad y salud ambiental de las ciudades y el territorio español. Gracias a él, no solo es posible unificar toda la gestión del ciclo integral del agua en una única plataforma, sino que además se proporcionan servicios para optimizar la gestión ambiental de la ciudad, mejorar el mantenimiento y conservación de las infraestructuras, avanzar en economía circular y asegurar el control de la calidad del agua y otros indicadores ambientales. Es decir, hablamos de una innovación que no está condicionada a futuro, sino que es una realidad presente.
En este sentido, este centro de control, conectado con los otros nueve Dinapsis que hay repartidos por toda la península para maximizar su potencial, tiene además en ese foco específico del estrés hídrico y el desarrollo territorial un área de expertise propia que conecta directamente con la realidad de Albacete. “Vivimos es una región muy árida, donde además los efectos del cambio climático son muy palpables. Además, las masas de agua superficial son escasas y hay que controlar mucho el agua de la que disponemos a nivel territorial y local”, apunta Martínez. “En este sentido, el desarrollo territorial está íntimamente relacionado con el estrés hídrico, porque al final Castilla-La Mancha tiene como motor económico al sector primario, que depende del agua para mover tanto la agricultura como la ganadería”, prosigue.


Para lograr superar estos retos, una de las principales apuestas de Dinapsis pasa por la digitalización. La conexión en tiempo real con el estado de toda la red de agua de Albacete permite no solo optimizar los procesos de gestión y mantenimiento, reduciendo la huella hídrica de la ciudad, sino también avanzar en neutralidad de carbono al poder planificar recorridos e itinerarios de forma más sostenible. Además, esta herramienta puede tener también una gran utilidad para cada ciudadano, que va a poder conocer en tiempo real sus consumos y así poder racionalizarlos.
“Nosotros siempre decimos que Dinapsis es algo más que digitalización, no es simplemente pasar de un papel a algo digital, es una transformación de procesos. Ponemos a las personas en el centro de la transformación y todo lo que se hace en Dinapsis son soluciones pensadas para mejorar la calidad de vida de las ciudades y las personas, para las que desarrollamos soluciones”, asegura Martínez. “Hablamos de inteligencia artificial, de digitalización, de big data. Llevamos muchos años como grupo recogiendo datos de los distintos servicios desde Dinapsis, lo que nos permite solucionar los problemas reales que tiene la ciudad de Albacete”, añade Belda.Los resultados no se han hecho esperar: en algo más de medio año desde su puesta en marcha, el centro Dinapsis-CIAb ha permitido ahorrar a la ciudad de Albacete más de medio hectómetro cúbico de agua. También se ha avanzado en telelectura, especialmente en el polígono industrial, donde ahora se puede conocer en tiempo real exactamente qué está pasando con los consumos de agua. “Además, respecto a eventos climáticos extremos como inundaciones, Dinapsis ha demostrado ser también una herramienta potente porque permite colaborar con la ciudad y anticiparnos a esos eventos que podrían poner en peligro no solo el funcionamiento de la ciudad, sino las personas”, explica el director del CIAb.


Alianzas y desarrollo social
En cualquier caso, al integrarse dentro del CIAb, Dinapsis Albacete lleva las alianzas y la colaboración entre diferentes actores a su máxima expresión, incluso más allá de las conexiones que le brinda el estar integrado en una red de hubs. “Estamos hablando de un centro está siendo un referente a nivel turismo, empleo e innovación en la ciudad sobre todo por las alianzas que estamos llevando a cabo, que son tanto a nivel de ciudad como de región: hablo de la Universidad de Castilla-La Mancha, empresarios y emprendedores de todo tipo, organismos públicos…”, enumera Belda, que recuerda que el centro Dinapsis-CIAb cuenta también con una incubadora de innovación y desarrollo en la que se organizan concursos y hackáthones para buscar nuevas ideas.
“No solamente Dinapsis da solución a los problemas actuales, sino que van surgiendo problemas futuros y hay que darles solución. Una solución que puede todavía no existir, y aunque por supuesto la podemos desarrollar internamente, a nosotros nos gusta contar con la colaboración que nos aportan los agentes externos, como puede ser una universidad, un centro tecnológico, un centro de investigación y al final aquí tenemos espacios que nos permiten esa cocreación con otras entidades”, apunta Martínez.
Gracias a este espíritu, el centro Dinapsis-CIAb de Albacete se ha convertido en menos de un año en una referencia local e incluso regional, como demuestra la visita que realizó el pasado enero el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pero también la atención que ha recibido el proyecto por parte de los albaceteños. Desde el 1 de junio, más de 22.000 personas han visitado el CIAb, incluyendo más de 2.500 escolares de 80 centros educativos que han podido concienciarse sobre el respeto y el cuidado del agua. Pero, sobre todo, todos ellos han tenido la oportunidad de conocer la gestión que desde Aguas de Albacete se realiza en Dinapsis para controlar más de mil kilómetros de canalizaciones y llevar la ciudad a un futuro más resiliente.


“Somos un ejemplo de desarrollo territorial por esa integración con la propia ciudad. Aquí también tenemos dependencias municipales como salas de estudio y bibliotecas, además de distintas asociaciones con las que también colaboramos. De esta manera, aportamos mucho valor, porque ellos ven de una manera transparente y clara lo que es esta gestión avanzada del ciclo del agua y entienden los esfuerzos que se están haciendo para avanzar en desarrollo sostenible”, asegura Belda. Además, todo el centro está diseñado de forma accesible y adaptada, de forma que personas de todas las edades e incluso con algún tipo de discapacidad puedan disfrutar él.
En cualquier caso, el centro Dinapsis-CIAb de Albacete ha demostrado ser un auténtico polo de atracción turístico, tecnológico, cultural y museístico a nivel local, regional y nacional, a lo que se suma su vocación como centro dinamizador de empleo, con la generación de más de 20 puestos de trabajo de manera directa e indirecta. Un todo basado en las alianzas que, además, prepara esta ciudad manchega para el futuro y la sitúa en la vanguardia de la sostenibilidad urbana. “Dinapsis-CIAb es la palanca de la transformación digital tanto del ciclo del agua como de la ciudad de Albacete. Es un impulsor de toda la transformación de la ciudad y el punto cero para convertir Albacete en una verdadera smart city, preparada y resiliente ante cualquier evento meteorológico o ambiental a los que nos tengamos que enfrentar a medida que avance el cambio climático”, concluye Martínez. Una unión, por tanto, de pasado y futuro, que cristaliza en un presente para que el Albacete está sobradamente preparado.
Más allá del estrés hídrico y el desarrollo territorial, Dinapsis Albacete está íntimamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, y no solo a nivel hídrico, ya que Aguas de Albacete desarrolla, a través de Dinapsis, todos los proyectos estratégicos de la ciudad con esta óptica. “Por ejemplo, a nivel energético estamos trabajando en que Aguas de Albacete sea una empresa autosuficiente a nivel de energía renovable. Toda la energía que consumimos debe ser producida en el propio municipio a través de paneles solares, molinos eólicos y otras fuentes. También trabajamos en el tema de la economía circular: tenemos una depuradora que permite valorizar todos aquellos residuos que se van generando a lo largo de todo el ciclo del ciclo del agua. Aquello que antes era basura lo podemos convertir en una materia prima de alto valor”, explica Martínez.
Además, dentro del propio Dinapsis, una de las funciones del panel de control consiste en marcar una serie de objetivos a nivel municipal para luego hacer un seguimiento. Una actividad que a menuda está muy relacionada con los ODS, ya que a través de herramientas satelitales y de parámetros de medición en tiempo real a nivel local pueden ir analizando la evolución de los diferentes objetivos ambientales que prefiere el ayuntamiento. “No podemos pensar una ciudad del futuro sin una gestión avanzada del ciclo del agua ni sin medir los diversos indicadores ambientales de forma regular y teniendo en cuenta el punto de vista de la Agenda 2030”, asegura Belda.
