Un nuevo informe pone en evidencia cómo las inundaciones de los últimos 14 años han causado importantes trastornos en todo tipo de pueblos y ciudades del Reino Unido, afectando especialmente a escuelas, hospitales, residencias de mayores y centros comerciales



El Reino Unido no está adecuadamente preparado para el riesgo cada vez mayor que representan las inundaciones, cuya frecuencia y virulencia se están viendo exacerbadas por el cambio climático. Es más, los británicos tienen un problema de drenaje urbano que afecta a ciudades y pueblos de todo el país cada vez que hay lluvias particularmente intensas, lo que pone a prueba la infraestructura de drenaje y alcantarillado hasta el punto de que ésta en algunos casos incluso contribuye a las inundaciones.
Esa es una de las principales conclusiones de un extenso informe publicado este miércoles por el think-tank Bright Blue, en el que se detalla cómo desde 2007 diferentes comunidades del Reino Unido se han visto afectadas por inundaciones repentinas un total de 51 veces.
En concreto, el informe se basa en el análisis de archivos de miles de artículos de periódicos locales, regionales y nacionales desde 2007, utilizando una forma de inteligencia artificial llamada Procesamiento del lenguaje natural (NLP) para conocer los impactos reales de las inundaciones. Esta técnica permite no solo numerar las inundaciones, sino puntualizar las consecuencias que éstas han tenido en servicios públicos clave como la atención médica y la educación o en infraestructuras críticas como el servicio urbano de agua, el transporte y la energía, además de detallar cómo han afectado a la actividad económica de distintas empresas.
El resultado es un mapa interactivo que permite repasar de manera sencilla las 51 inundaciones que han afectado al Reino Unido en los últimos años, entre las que se incluyen al menos 10 en Londres, al menos siete en Birmingham, otras siete en Merseyside (Liverpool), seis en Manchester y al menos seis en Edimburgo. Es decir, todas las grandes ciudades británicas se han visto afectadas repetidas veces por las inundaciones desde 2007.
El último ejemplo es la tormenta Arwen, que dejó una estela de destrucción el pasado noviembre a su paso por las islas, arrebatando la vida de al menos tres personas y provocando tanto inundaciones como cortes de luz en diferentes zonas de Escocia.
Pero lo peor es los efectos que tienen las inundaciones sobre los servicios públicos clave. Según apunta el informe, al menos 15 hospitales han experimentado inundaciones que causaron interrupciones o un riesgo inminente de interrupción de los servicios para pacientes o de los servicios de apoyo hospitalario. Además, 68 escuelas han sufrido inundaciones suficientemente graves como para interrumpir las clases y el agua afectó a al menos nueve residencias de ancianos y cuatro complejos de jubilados. Y las actividades privadas esenciales tampoco se libran: desde 2007, ha habido daños por inundaciones en al menos 31 sucursales de supermercados del Reino Unido.
Infraestructura crítica en peligro
Más allá de los problemas para los servicios públicos o el comercio, otro gran reto que plantean las inundaciones es su daño a infraestructuras críticas. Según el informe, en dos ocasiones ha estado incluso en riesgo la seguridad de embalses debido a las inundaciones. Por un lado, en 2019, el muro que contenía el embalse de Toddbrook en Derbyshire resultó dañado durante las fuertes lluvias y la ciudad cercana de Whaley Bridge fue evacuada, mientras que en 2007, 700 personas fueron evacuadas de cerca del embalse de Ulley en South Yorkshire. También ha habido al menos tres casos de inundaciones en las infraestructuras clave de tratamiento de agua, como potabilizadoras o depuradoras.
Además, el informe señala al menos 12 casos de subestaciones eléctricas inundadas, que condujeron a cortes de energía que fueron problemáticos para la respuesta de emergencia y la resiliencia de la comunidad. “Los problemas causados por la tormenta Arwen destacan la necesidad de hacer que nuestra infraestructura sea resistente al clima extremo, y sea más preventiva y menos reactiva. Muchos pueblos y ciudades del Reino Unido están experimentando episodios repetidos de inundaciones repentinas que afectan a hogares, empresas y sistemas de transporte», ha explicado la autora del informe, Helen Jackson.


Entre las recomendaciones finales, Bright Blue pide al Gobierno británico que apoye y financie programas de investigación en curso para identificar y monitorear los riesgos asociados con las lluvias extremas en las áreas urbanas, además de realizar simulacros para estar preparados para el próximo evento de lluvia extrema en una importante área urbana del Reino Unido y solucionar cualquier fallo significativo en la infraestructura.
“El impacto de las inundaciones ya se siente profundamente en las comunidades de todo el Reino Unido. El Gobierno puede y debe hacer mucho más para mejorar la resiliencia de las comunidades locales, las empresas, los servicios públicos y la infraestructura crítica ante las inundaciones», ha asegurado Ryan Shorthouse, director ejecutivo del think-tank.
