Una alianza para llevar agua a todos los hospitales del mundo

Una alianza para llevar agua a todos los hospitales del mundo

En los 47 países más desfavorecidos del mundo las instalaciones sanitarias apenas disponen de agua limpia o instalaciones de higiene, lo que perpetúa la vida de enfermedades como la COVID-19. Por este motivo, la ONU impulsa una alianza para atajar este problema


“¿Para qué están los amigos?”. Esta pregunta, que puede tener un significado banal, es en realidad de gran relevancia para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que cree que, en un mundo donde el multilateralismo esta ganando más peso, es necesario apoyarse en amigos, o en Estados, para ayudarse y conseguir objetivos comunes.

De este espíritu nacieron los llamados Grupos de Amigos de la ONU, coaliciones de Estados Miembro que empezaron a trabajar conjuntamente para resolver en la guerra fría cuestiones relacionadas con la paz mundial, pero que poco a poco han ido exponiéndose para abordar cuestiones tan diversas y adaptadas al escenario actual como lo son el cambio climático, la justicia para las poblaciones indígenas o el agua.

Este último nació en el marco del Decenio del agua para promocionar la agenda del agua de la ONU. Pero el agua sin el saneamiento no se entiende y, por es emotivo, la ONU ha anunciado la creación de un nuevo Grupo de Amigos en apoyo al agua, saneamiento e higiene. Eso sí, en las instalaciones sanitarias.

Para entender este moviente tan enfocado en un solo sector hace falta remitirse a un reciente estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF en el que exponen que uno de cada cuatro centros de atención de la salud carece de servicios de agua en todo el mundo, uno de cada cinco carece de acceso a higiene para manos, uno de cada 10 no tiene servicios de saneamiento y en uno de cada tres no separan los desechos de manera segura.

La situación es peor en los 47 países más desfavorecidos del mundo ya que en ellos uno de cada dos centros de atención de salud carece de agua potable básica, uno de cada cuatro centros de atención de salud no dispone de instalaciones para la higiene de las manos en los puntos de atención, mientras que tres de cada cinco carecen de servicios básicos de saneamiento.

Si tenemos en cuenta el contexto de pandemia que estamos atravesando, la tragedia se escribe sola: debido a estas carencias 1.800 millones de personas corren un mayor riesgo de contraer la COVID-19 y otras enfermedades. En palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, trabajar en un centro de atención sanitaria sin agua, saneamiento e higiene es como enviar a enfermeras y médicos a trabajar sin un equipo de protección personal. “Enviar allí a personas que necesitan tratamiento es poner en peligro sus vidas”, exclama.

Lejos de la pandemia, otras de las consecuencias indirectas que preocupa a la OMS es aquella que tiene que ver con el vertido de aguas residuales no tratadas y los lodos fecales de las instalaciones de atención médica, que pueden contener antibióticos, así como patógenos y genes resistentes, pueden incrementar la resistencia microbiana, lo cual puede ser nefasto para abordar enfermedades presentes y futuras.

Retretes en el hospital Nekemte en Etiopía | Foto: Clive Chilvers

“El grupo envía un mensaje poderoso que resuena en todo el sistema de WASH de la ONU, que no es otro que en las instalaciones de atención médica es fundamental para los sistemas de salud sólidos y la cobertura universal de salud. Es clave para el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, dijo durante la presentación del Grupo de Amigos Bud Rock, exdirector de Global Water 2020.

Este nuevo Grupo, que incluye a representantes de la ONU de Colombia, Tailandia y Egipto, y está presidido por Hungría y Filipinas, tiene como objetivo crear conciencia sobre el tema, abogar por la acción y mejorar la cooperación y la colaboración en torno al tema. Aunque uno de los puntos más críticos y en los que trabajarán con mayor intensidad será la histórica brecha en la financiación.

Los asociados mundiales en materia de agua, saneamiento e higiene y los asociados en el ámbito de la salud han mostrado su apoyo al cumplimiento de los objetivos mundiales y nacionales en materia de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención de la salud. Para 2020, más de 130 asociados se han comprometido a aportar recursos, de los cuales 34 han asumido compromisos financieros específicos por un total de 125 millones de dólares.

Y es que, según el informe, solo costaría aproximadamente un dólar per cápita facilitar que los 47 países menos adelantados establezcan un servicio básico de agua en los centros de salud. Como promedio, se necesitan 0,20 dólares per cápita cada año para operar y mantener los servicios.

Según el informe, las inversiones incrementales e inmediatas en agua y saneamiento producen grandes beneficios: la mejora de la higiene en los centros de atención de la salud es la “mejor compra” que se puede realizar para hacer frente a la resistencia antimicrobiana. Reduce los costos de la atención de la salud porque disminuye las infecciones asociadas a los centros de salud (que son costosas de tratar). Ahorra tiempo, ya que los trabajadores sanitarios no tienen que buscar agua para la higiene de las manos. Una mejor higiene también aumenta la utilización de los servicios. Todo esto se plasma en un retorno de 1,5 dólares por cada dólar invertido.



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