Investigadores en colaboración con la OMS y UNICEF han realizado el estudio más riguroso hasta la fecha sobre las intervenciones más efectivas en materia de agua y saneamiento para prevenir las muertes infantiles por enfermedades diarreicas



Las enfermedades diarreicas, motivadas por la falta de acceso a agua potable, saneamiento e higiene, son la tercera causa de muerte en niños menores de 5 años en el mundo, según la OMS. 300.000 pequeños mueren cada año directamente por no tener agua limpia.
Investigadores de la Escuela de Salud Pública Emory Rollins, en colaboración con la OMS y UNICEF, han estimado la efectividad de varias intervenciones relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene (WASH, por sus siglas en inglés) en la diarrea infantil temprana para niños en países de bajos ingresos. El trabajo se basa en gran medida en ensayos controlados aleatorios dirigidos por investigadores de la entidad durante la última década y brinda la evaluación más rigurosa hasta la fecha sobre la reducción esperada en la carga de enfermedades diarreicas mediante la inversión en mejoras en la infraestructura y la programación de WASH. El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet.
La revisión sistemática incluyó 124 estudios que abarcan una variedad de tipos de intervención, evaluando desde la falta total de acceso a servicios básicos y agua corriente y alcantarillado. A diferencia de varias revisiones anteriores, este artículo miró más allá del impacto de las intervenciones WASH básicas y examinó métodos adicionales para prevenir la diarrea, incluidos los impactos de proporcionar agua potable segura (ya sea en las instalaciones a través de sistemas de filtración o en entregas regulares y confiables), lavarse las manos con agua y jabón, y sistemas de eliminación o tratamiento de aguas residuales. Además, esta es la primera revisión de WASH que identifica la escasez de datos desglosados por sexo.
El estudio demostró que las intervenciones de WASH más efectivas para reducir el riesgo de diarrea son el suministro de agua filtrada en el punto de uso, un agua de mayor calidad de una fuente mejorada en las instalaciones y servicios básicos de saneamiento con conexión de alcantarillado.
“La enfermedad diarreica persiste como una de las principales causas de morbilidad y mortalidad entre los niños pequeños. Nuestros hallazgos presentan un caso convincente para el papel de mejorar WASH entre los más pobres del mundo, aunque se necesita mucho más trabajo para determinar la mejor manera de brindar estos servicios para lograr el acceso universal y prevenir enfermedades”, dice el investigador Matthew Freeman especializado en salud ambiental.
Durante un episodio de diarrea, una infección en el tracto digestivo, ocasionada por un virus, bacteria o parásito, los niños pierden agua, electrolitos y se altera su flora intestinal, y, si no se trata de manera adecuada, pueden llegar a presentar cuadros de deshidratación severa. En países de bajos recursos, los infantes presentan en promedio tres episodios de diarrea al año y, con cada uno, empeora su malnutrición. Como consecuencia de un cuadro grave de diarrea, un niño puede perder el conocimiento e, incluso, fallecer.
“Solo el 4% de los artículos informaron cómo las intervenciones afectaron los resultados de diarrea por sexo. Sin datos desglosados, no es posible comprender si los impactos de las intervenciones de WASH pueden variar según el sexo y cómo. Al resaltar esta brecha de datos, tenemos la esperanza de que esta revisión de alto impacto motive un cambio necesario y solicitado desde hace mucho tiempo en los informes de investigación de WASH”, dice la investigadora Bethany Caruso.
