ODS6, imprescindible para la salud ambiental de la humanidad

ODS6, imprescindible para la salud ambiental de la humanidad

El Día de la Salud Ambiental de este año está dedicado al fortalecimiento de los sistemas de salud para la implementación de los ODS. La consecución de la meta dedicada al agua limpia y el saneamiento es vital para reducir millones de muertes en el planeta


La salud y el medio que nos rodea están íntimamente relacionados, ya que son muchos y diversos los factores que nos rodean e influyen sobre nuestro organismo. El aire que respiramos, el agua que bebemos, el entorno de trabajo o el interior de los edificios tienen una gran implicación en nuestro bienestar y nuestra salud. Cada 26 de septiembre, desde el año 2011,  se celebra el Día Mundial de la Salud Ambiental, orientada a garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas, en pro de la salud de las generaciones actuales y futuras. Asimismo, pretende concienciar a la población mundial acerca de la importancia de cuidar nuestro planeta, sus recursos naturales y las especies que habitan en él.

La sanidad ambiental incluye los factores químicos, físicos, biológicos y sociales externos de una persona, excluyendo los factores genéticos e intrínsecos de propio individuo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 24% de la carga mundial de morbilidad y un 23% de la mortalidad son atribuibles a factores medioambientales. Respecto a la población mundial, esta cifra supone 12,6 millones de muertes cada año, distribuyéndose de manera desigual alrededor del planeta. Las condiciones de cada zona (sanitarias, industriales, económicas, sociales, etc.) y las circunstancias en las que viven las personas tienen una gran influencia en la manera en la que el medio ambiente afecta a la población. En Europa se estima que 1,4 millones de muertes al año son debidas a causas relacionadas con el medio ambiente.

El lema de este año es «Fortalecimiento de los sistemas de salud ambiental para la implementación de las metas de desarrollo sostenible» que pretende dar a conocer el rol fundamental de la salud ambiental en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), contemplados por la Organización de las Naciones Unidas en la Agenda 2030.

La Federación Internacional de Salud Ambiental (International Federation on Environmental Health) que promueve este Día Mundial, destaca que los 17 ODS están integrados y reconoce que la acción en un área afectará los resultados en otras. Así, el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad social, económica y ambiental, al mismo tiempo que aborda el cambio climático y trabaja para preservar nuestros océanos y bosques.

Desafortunadamente, «la Salud Ambiental enfrenta muchos desafíos, y esto está impidiendo la realización de estos
ODS. La organización de la salud ambiental difiere significativamente de un país a otro y está influenciada por el
desarrollo y la situación económica de las naciones». La entidad señala muchos sistemas de salud se enfrentan a la «falta de financiación, falta de recursos humanos, falta de herramientas y de apoyo gubernamental».

Sin agua limpia no puede haber salud

El agua potable no es un bien del que disponga todo el mundo. Según apunta Naciones Unidasel 29% de la población mundial no dispone de agua limpia para beber y más de la mitad carece de acceso a un saneamiento seguro. 

La falta de acceso y saneamiento del agua es uno de los puntos más preocupantes para la Organización Mundial de la Salud, pues su consumo no sólo es imprescindible, sino que el acceso al agua es necesario para prevenir enfermedades. Al mismo tiempo, el agua superficial de mala calidad puede ser el origen de las enfermedades mismas y provocar infecciones. Según el Informe mundial de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos 2021, la situación global del agua, el saneamiento y la higiene adecuadas (WASH, por sus siglas en ingles) debe ser prioritario para los gobiernos.

Sin embargo la realidad es otra muy distinta: en un mundo 3.000 millones de personas (el 40% de la población) no dispone de instalaciones seguras para poder lavarse las manos con agua y jabón, una de las recetas de salud más básicas para la población, y 2.200 millones no disponen de agua limpia para beber, por lo que abren la puerta a innumerables enfermedades y a la desnutrición. Para resolver este problema antes de 2030, la ONU advierte que hay que cuadruplicar las inversiones y esfuerzos en ODS6.

Diarrea, fiebre tifoidea, cólera, diarrea, dengue, virus del Nilo, zika y chikungunya son algunas de las enfermedades que de una u otra forma están relacionadas con el agua. Muchas de estas proliferan por el consumo de agua no potable, ya que esta proviene de fuentes superficiales que se encuentran contaminadas. El mosquito que provoca el dengue, la chikungunya, zika o virus del Nilo prolifera también estas fuentes de agua estancadas.

Otra de las problemáticas más grandes a nivel medioambiental e hídrica es que la materia fecal contamina el líquido superficial, ya que se calcula que solo el 45% de la población mundial tiene acceso a un retrete o letrina no compartidos. Estas carentes instalaciones implican que un gran parte de los excrementos humanos no son eliminados in situ o transportados a una planta de tratamiento. Como problema agregado, según la OMS el agua para lavarse las manos no está disponible en dos de cada cinco centros de atención sanitaria en el mundo.

Una de los males más comunes y preocupantes relacionados con la falta de saneamiento del agua es la diarrea, pues esta puede causar desnutrición y por ende miles de muertes anualmente. Según estimaciones de la OMS, el consumo de agua sin saneamiento provoca 829.000 muertes anuales por diarrea. De este estimado, alrededor de de 300.000 son niños menores de cinco años. La diarrea no solo es a causa del consumo de agua no potable, si no también por la falta de higiene (no lavarse las manos). Los expertos aluden a que el 50% de los casos de desnutrición está relacionada con repetidos cuadros infecciosos de diarrea o de parasitosis intestinal debidos al consumo directo de agua en mal estado o a la falta de saneamiento e higiene. Una evaluación contenida en informe de la ONU sobre el desarrollo de los recursos hídricos halló que cuando el agua es canalizada a instalaciones de más calidad y hay una disponibilidad continua, el riesgo de diarrea se reducía un 75%.



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