El agua nunca ha sido abundante en nuestro país; ni previsible. Dotar de un abastecimiento fiable a los más de 8.000 municipios españoles ha sido una lucha histórica, de siglos, que sólo en las últimas décadas ha sido posible resolver gracias al esfuerzo de administraciones y de empresas del sector del agua que han dotado al territorio de una cobertura segura de recursos hídricos de calidad.
Pero en ese marco de mejora y progreso generalizado quedan todavía comarcas y localidades que siguen luchando por gozar de un acceso garantizado al suministro, donde las inversiones son totalmente necesarias.
El cambio climático, que ya estamos notando con fenómenos cada vez más extremos, no hace otra cosa que añadir más imprevisibilidad al acceso al agua, y no parece razonable que algunos ciudadanos, por su localización geográfica, circunstancias locales o falta de esfuerzos coordinados en tecnología, inversiones o infraestructuras, lidien con situaciones que muchos otros tienen resueltas.
Hay que tener en cuenta que España arrastra un déficit de inversión en infraestructuras de agua notable. Como señalaba en una reciente entrevista en nuestro diario Julián Núñez, presidente de SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras), “mientras que en el conjunto de la UE, en el periodo 2011-2019 las inversiones en infraestructuras hidráulicas cayeron un 10%, en España triplicamos esa restricción de recursos públicos destinados al agua con una caída en el mismo periodo del 29%”.
“Si hemos mirado siempre al cielo esperando el agua, más nos va a hacer falta en los próximos años debido al cambio climático”
Este déficit inversor ha afectado a todos los ámbitos de la gestión de los recursos hídricos, desde el abastecimiento, la distribución urbana o la depuración. Respecto a la renovación y la adaptación, la falta de inversión puede no ser notoria en el día a día, pero ocasionará graves efectos cuando las infraestructuras fallen por haber llegado al final de su vida útil. Pero es el campo del acceso al agua, cuestión evidente e inminente, donde la urgencia y la necesidad se hacen dolorosos en ciertos casos, bien visibles en el día a día de algunos ciudadanos.
No se puede distribuir ni depurar lo que ni siquiera llega a los hogares, los comercios o las industrias. Y, por desgracia, hay algunas poblaciones españolas que, en 2021, siguen lidiando con situaciones de escasez o con dudas respecto al acceso al agua.
“No se puede distribuir ni depurar lo que ni siquiera llega a los hogares, los comercios o las industrias”
Por eso, ganan importancia ciertos ejemplos que señalan que las inversiones se mueven en la dirección adecuada. Otros, por el contrario, siguen en el debate, aún sin resolverse, afectando de forma tangible a la vida diaria y la perspectiva a futuro de quienes padecen de incertidumbre hídrica, aun en nuestros días.
Inversiones en abastecimiento en Cantabria
En el campo de los temas que empiezan a solucionarse, está el caso, por ejemplo, de Cantabria, una comunidad autónoma que, como buena parte del norte peninsular, tiene un reparto poblacional disperso, con numerosos y pequeños núcleos diseminados por un territorio que, orográficamente es, además, complejo y montañoso.
De este modo, se puede explicar que hasta ahora mismo pudiera haber poblaciones que, en un entorno abundante en lluvias como el cántabro, tuvieran dificultades de acceso a los recursos hídricos. Justo este año el Ejecutivo montañés ha destinado unos 2,5 millones de euros procedentes de los fondos europeos asignados a la comunidad para obras de mejora y renovación de los sistemas de abastecimiento en una treintena de ayuntamientos.


Las inversiones también van enfocadas a reducir las pérdidas de agua en localidades de menos de 20.000 habitantes. Además, la apuesta cántabra por las infraestructuras de agua pone el foco en el candente asunto del reto demográfico, de modo que se financiará hasta el 80% de la inversión en sistemas hídricos que realicen los ayuntamientos que se encuentran en riesgo de despoblación. Y es que, como es evidente, no puede haber crecimiento de población si el territorio no tiene agua.
Las necesidades de la Costa del Sol
Un caso bien distinto al de Cantabria es el de la parte occidental de la Costa del Sol malagueña, área muy poblada donde se reclaman obras de renovación y refuerzo de infraestructuras de abastecimiento que se han demorado durante demasiado tiempo.
Desde Manilva a Torremolinos se extiende una conurbación que ronda los 570.000 habitantes y que en verano llega al millón y medio de personas. Si en Cantabria tenemos pequeños pueblos dispersos, aquí hablamos de una zona superpoblada y extendida de forma lineal en torno a la costa. La cuestión es que toda esta área depende de un embalse – La Concepción- de poca capacidad, una desaladora al tope de producción y acuíferos al límite de explotación. Todo ello obliga a traer aportes del Campo de Gibraltar para garantizar el abastecimiento en verano.


Una de las primeras obras requeridas es la renovación de la gran tubería de agua que suministra agua a la franja litoral que va de Manilva a Torremolinos, que tiene 100 kilómetros de longitud y sufre una media de 50 roturas al año, con las consiguientes molestias y pérdida de recursos hídricos valiosos.
En la actualidad se está redactando por la Junta de Andalucía un proyecto para la realización de esta obra, definida como Ramal Oeste, que todos los sectores socioeconómicos de Costa del Sol consideran urgente para no afectar al desarrollo de la comarca.
“La Costa del Sol sigue reclamando una desaladora en Mijas y otras obras para reforzar el suministro de una zona con gran población”
A esto hay que sumar otra demanda, que es reforzar el Ramal Este, que enlazaría la Costa del Sol con Málaga, lo que permitiría abastecer a Torremolinos, Mijas, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre, que solo disponen agua de abastecimiento desde el acuífero. También en este caso ha iniciado la Junta de Andalucía los trámites iniciales para un proyecto que debería acelerarse cuanto antes.
Otra obra esencial para dar robustez al abastecimiento en la Costa del Sol es la de una nueva desaladora para Mijas, una infraestructura proyectada hace más de una década, que nunca se construyó y que actualmente sigue en el limbo.
Sin embargo, levantarla permitiría ofrecer agua a la zona de más afluencia turística, con municipios como Benahavís, Benalmádena, Casares, Estepona, Fuengirola, Istán, Manilva, Marbella, Mijas, Ojén y Torremolinos.
Esta desaladora, tan demandada, unida a los ramales Este y Oeste permitiría garantizar el suministro y hasta disponer de potenciales intercambios de agua entre el gaditano Campo de Gibraltar y la Axarquía con la Costa del Sol y Málaga.
Tentudía reclama un embalse nuevo
La comarca pacense de Tentudía da nombre a una de las etiquetas más afamadas de vinos extremeños, Monasterio de Tentudía. Pero tal parece que allí es más fácil encontrar vino que agua.
La mancomunidad de Tentudía abarca municipios que conforman una población aproximada de 20.000 habitantes y está sometida de forma recurrente a medidas de restricción en el uso del agua que no son habituales en otras zonas y son propias de fenómenos de excepción por la declaración de medidas urgentes de sequía.
Lo que en otras áreas es extraordinario en el caso de Tentudía es algo que se repite. Y no porque esté situada en un entorno meteorológicamente seco, sino por un enfoque de gestión.
El abastecimiento de esta población -de un tamaño considerable para la demografía extremeña- y sus zonas aledañas, depende de un pequeño embalse que apenas da para garantizar el agua a meses vista y que lleva tiempo obligando a tomar medidas de restricción del uso del agua incluso en periodos que no son necesariamente de sequía oficial.


Básicamente, en este caso, los recursos proporcionados por la red actual de abastecimiento son insuficientes para atender las diversas necesidades de la comarca. La clave está en la pequeña dimensión del embalse de Tentudía, en la cuenca del Guadiana, que con apenas cinco hectómetros de capacidad de almacenamiento es claramente insuficiente para garantizar los requerimientos de la zona.
Sucede que la nueva planificación hidrológica, basándose en criterios de sostenibilidad y gestión de la demanda, considera que no es necesario abordar nuevos embalses, especialmente para regadíos o gestión de avenidas, pero no es el caso de Tentudía, donde la necesidad es más perentoria, pues se trata del agua de boca de miles de vecinos.
“Lo que en otras áreas es excepcional, en el caso de la comarca pacense de Tentudía es recurrente”
Según el último parte de embalses elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), el pantano de Tentudía se encuentra a principios de diciembre de 2021 al 23,6% de su capacidad, un 12% por debajo de las cifras del año pasado por estas fechas. Según este porcentaje, el pantano aloja 1,2 hectómetros cúbicos de agua; recursos que, como mucho, garantizan el consumo para los próximos tres meses, es decir, hasta febrero, como recoge la prensa regional.
Desde la Mancomunidad de Tentudía consideran como única solución a esta situación enquistada la construcción de un nuevo pantano, y reivindican que el Plan Hidrológico Nacional reincorpore la construcción de una obra que en 2015 fue catalogada como “de interés público” y que ha sido borrada del nuevo ciclo de planificación.
Esto es lo que abordó la Asamblea de la Mancomunidad de Tentudía, reunida de forma extraordinaria hace unos días. Su presidenta, Mercedes Díaz, definió la situación como «crítica» y planteó como única solución la construcción de unas nuevas infraestructuras de mayor capacidad que garanticen el abastecimiento de los ciudadanos, señala el diario Hoy de Badajoz.
De hecho, en los próximos días se harán públicas medidas restrictivas, incluso para el consumo humano.
Desde la Administración del Estado se proponen vías alternativas, como trasvases desde zonas aledañas, pero la mancomunidad se opone “por coste económico y por considerarlo solución cortoplacista”.
En esta cuestión, además, Tentudía cuenta con el apoyo de la Junta de Extremadura, que entiende que la construcción de un embalse adaptado a las necesidades de abastecimiento actuales de la población es la solución más realista y ambientalmente sostenible.
La presidenta de la Mancomunidad de Tentudía reclama a los organismos competentes que atiendan una petición que es unánime entre los alcaldes de la zona y que cuenta con el respaldo del Gobierno regional. «No se cierran en banda a la construcción del nuevo pantano, pero ha desaparecido del borrador del próximo Plan Hidrológico», ha explicado.
Las causas aducidas son ambientales. Algo que extraña a los alcaldes de la comarca después de que el proyecto fuese catalogado en 2015 como obra de interés público. Por eso, la Mancomunidad propondrá las medidas correctoras oportunas a fin de enmendar el problema, indica el diario Hoy.
Puertollano y Campo de Calatrava
En relación a la misma confederación hidrográfica, la del Guadiana, pero en este caso en la comunidad autónoma vecina, la de Castilla-La Mancha, sí se han afrontado obras para resolver problemas urgentes.
El pasado 29 de noviembre, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural del Gobierno castellano-manchego, Francisco Martínez Arroyo, anunciaba que la administración invertirá un total de 800.000 euros para “garantizar el abastecimiento de agua de calidad a Puertollano (Ciudad Real) y a otros 12 municipios del Campo de Calatrava”. Se trata de asegurar la potabilización del agua hasta que se conecten con la tubería desde la llanura manchega.


“Nunca llueve a gusto de todos ni nunca, tampoco, llueven las inversiones al gusto de la mayoría”
En ese sentido, entre otras medidas, la Junta de Comunidades acometerá en los próximos meses una nueva actuación en la cuenca del Guadiana para construir una potabilizadora que garantice el suministro de agua de calidad a 12 municipios del Campo de Calatrava, sobre todo durante el verano.
El consejero señalaba que esta obra contará con un gasto de 500.000 euros y servirá de «transición» en la mecánica del suministro hasta que estos municipios puedan conectarse a los ramales de la Tubería Manchega, lo que está previsto en 2023 tras una inversión de 36 millones de euros.
Según Martínez Arroyo, el Gobierno regional ha invertido en 2021 un total de 3,5 millones de euros en proyectos relacionados con el abastecimiento de agua, mediante 47 actuaciones.
Conexión a embalse para Huesca
Con respecto a los pantanos y su uso para el abastecimiento de poblaciones, como es el caso del demandado embalse de Tentudía, bien está como ejemplo en positivo el caso de una capital de provincia como Huesca, con 54.000 habitantes, ciudad que está al pie de una de las fuentes de agua más abundantes de España como son los Pirineos.
Eso no impide que la capital oscense demande abastecimiento fiable de agua. Porque tener agua al lado no es garantía de acceso si no hay infraestructuras ni inversiones adecuadas.


Por ese motivo, se acaba de licitar la construcción de una conducción a presión que comunicará el embalse de Montearagón con una nueva Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), destinada a resolver las presiones de abastecimiento de la capital pirenaica.
“Tener agua cerca no es garantía de acceso si no hay infraestructuras ni inversiones adecuadas, como ocurre en Huesca”
La aspiración de Huesca para mejorar su abastecimiento por medio de una tubería conectada con el embalse de Montearagón, acabado en 2006, está más cercana, puesto que este otoño el organismo Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha autorizado el contrato, por medio millón de euros, para la elaboración del plan de alternativas, los estudios ambientales y la redacción del proyecto.
Como se ve, nunca llueve a gusto de todos ni nunca, tampoco, llueven las inversiones al gusto de la mayoría. Pero abordar las obras necesarias es perentorio, y más en tiempos de cambio climático y en un territorio como España.
Durante tiempo se ha hablado de una Europa de dos velocidades, para distinguir entre aquellos países o regiones subidos al tren del desarrollo o no. Pero también cabe hablar de una España de dos velocidades en cuanto al acceso a la distribución del agua, con algunos casos excepcionales en los que se trata de un asunto de primera necesidad que aúna en la demanda de soluciones a todos lo actores.
La dinámica del nuevo Plan Hidrológico Nacional es no hacer grandes inversiones en embalses, sobre la base de que España es uno de los países con más ratio de pantanos por territorio o persona del mundo y la conciencia de que todas las grandes obras que debían hacerse para regular avenidas o garantizar el regadío se han ejecutado en un amplio grado en un siglo y medio.
Pero otra cuestión serían aquellas inversiones clave para ciertos territorios y más si se trata de garantizar el acceso a la población de agua para uso doméstico y no solo el riego o la regulación de caudales: “Si bien en la planificación hidrológica para el próximo ciclo 2021-2027 prácticamente desaparecen las obras de regulación hidráulica el cambio climático ha cambiado los patrones de precipitaciones y por tanto cualquiera de los proyectos de las medidas identificadas como necesarias y cuantificadas en coste de ejecución podría ser incorporada a la financiación Next Generation”, señala Julián Núñez, de SEOPAN.
